El arresto de tres atracadores históricos vigueses resuelve seis robos bancarios que suman 565.000 euros de botín

Los operativos policiales que en solo una semana derivaron en la detención de tres históricos y veteranos atracadores de bancos de Vigo han permitido esclarecer al menos seis asaltos ocurridos en la ciudad olívica desde 2021 en los que, en total, el dinero sustraído sumó 565.000 euros. Una abultada cantidad que en su mayoría no ha podido ser recuperada. El 3 de noviembre caían Laureano Fernández Rodríguez, “Laurín”, y Edelmiro Fernández Rial minutos después de sustraer supuestamente 120.000 euros en una sucursal de la avenida de Ricardo Mella, en Coruxo. Ambos de 56 años de edad y con un historial delictivo que no han dejado de ir engrosando desde su juventud, con su arresto la Policía Nacional dio también por resueltos los robos del 30 de abril de 2021 en la calle Cronista Rodríguez Elías de Coia y del 28 de octubre de 2022 en la avenida del Aeropuerto de Candeán.

Ambos ingresaron en prisión preventiva, idéntica decisión que se adoptó este pasado sábado para Miguel Ángel Francisco Oterino, “Migallas”, capturado en relación con el atraco de hace una semana en la entidad de Ramón Nieto, en el que, junto a un cómplice al que se sigue buscando, se hizo con 3.150 euros. De la misma quinta que los otros dos, ya que pronto cumplirá 56 años, este activo delincuente ya había sido detenido en mayo –en aquella ocasión quedó en libertad provisional– por el golpe asestado semanas antes a una sucursal de Martínez Garrido en la que junto a un compinche obtuvo un botín de 117.465 euros. Y se le vincula con otro intento de robo ocurrido este mismo mes, el 3 de noviembre, en la avenida del Aeropuerto, que quedó en nada ya que el personal no le llegó a abrir la puerta.

Como sospechaba la Policía Nacional por el “modus operandi” utilizado, la sucesión de atracos bancarios a punta de pistola que se han venido sufriendo en Vigo no son obra de delincuentes jóvenes. Al contrario, es cosa de históricos que ya vienen actuando desde los peligrosos años 80 y 90, cuando los robos en bancos estaban prácticamente a la orden del día. En el caso de “Migallas”, su carrera delictiva ya empezó hace casi cuatro décadas de la mano de su adicción a la heroína. Según consta en la hemeroteca de FARO, en 1986, cuando aún no había alcanzado la veintena, ya fue detenido por asaltos bancarios, algo que se repitió en los 90 y en décadas posteriores. En 2002, por ejemplo, era capturado como líder de de un grupo al que se atribuían ocho atracos. Con muchas idas y venidas, la última vez que había salido de la cárcel hasta que este fin de semana volvió a ingresar fue en la primavera de 2022.

Con gorro y pañuelo

Ahora está de nuevo en A Lama. Tras pedirlo el fiscal, la jueza de guardia decretó el sábado prisión provisional y sin fianza por los indicios en su contra y por el “palpable” riesgo de reiteración delictiva y de que se dé a la fuga. En el asalto de Ramón Nieto de hace una semana la Policía Nacional identificó “sin ningún género de dudas” a “Migallas” en las imágenes de las cámaras de seguridad como el atracador que entró en primer lugar en la sucursal tapando parcialmente su rostro con un gorro y un pañuelo: con una pistola plateada con la que intimidó al director y a las tres empleadas, les conminó a que introdujesen las contraseñas de caja fuerte y cajeros. Pero los dos asaltantes huyeron sin esperar a los retardos de los dispositivos, llevándose solo 3.000 euros de un dispensador que estaba activado con la clave personal de una trabajadora. También sustrajeron 150 euros a un cliente al que ataron con bridas y dos teléfonos móviles de una empleada, terminales que después fueron hallados tras el campo de fútbol de Barreiro.

Antes de este robo se le detuvo por el de abril de Martínez Garrido, donde él y otro investigado se llevaron presuntamente 117.465 euros. En la investigación judicial se acaba de averiguar que su ADN es el que está en el coche sustraído aquel día al director de la sucursal. “Estoy enfermo, estoy con metadona”, dijo tras quedar en libertad por aquel robo, del que ante los periodistas se declaró inocente.

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