Hazaña completada: “Ha sido increíble”

Discamino concluye su reto por la “Perimetral Ibérica” y ya preparan nueva aventura

Carolina Sertal

Carolina Sertal

Que si una persona quiere, puede, aunque tenga unas determinadas circunstancias detrás, y que es fundamental que “uno no sea su propio freno”. Son los dos potentes mensajes que Pablo Paz lanzaba minutos después de desembarcar en el puerto pesquero de Vigo en su bicicleta adaptada. Llevaba 4.600 kilómetros y 74 días acumulados en los pedales y en el cuerpo, pero una gran sonrisa iluminaba su cara cuando se le preguntaba por la aventura, mientras afirmaba al momento que había sido “una experiencia increíble; esto nos quedará para toda la vida”.

Junto a Chema Díaz e Iván Bragado, Pablo Paz fue ayer uno de los protagonistas de la jornada en Vigo, puesto que culminó uno de los grandes retos de su vida: rodear la Península Ibérica en vehículos adaptados. Lo que había dado comienzo con una apuesta entre el ex policía local y promotor de la entidad viguesa Discamino, Javier Pitillas, y el deportista Iván Bragado, a quien retó a sacar el título de entrenador, se convirtió ayer en un sueño cumplido al llegar a la ciudad olívica tras más de dos meses pedaleando por la costa portuguesa y española, además de pisar una parte de Francia, atravesando Andorra y los Pirineos.

Pedaleando lo llevamos bien porque madrugábamos, pero las tardes eran más complicadas

Tras pisar el puerto después de cruzar la ría en un bateeiro desde Moaña, la caravana de Discamino se dirigió hasta el Hospital Povisa, uno de los principales apoyos en la nueva aventura de Discamino. Una vez allí, Javier Pitillas explicaba que “la experiencia ha sido muy emocionante, no solo por terminar, sino por cómo ha ido”. El impulsor de la entidad viguesa destacó que, a lo largo de la ruta, se dieron algunos momentos duros, especialmente en Andalucía y en el Levante mediterráneo, por el calor extremo: “Uno cuando va en bici piensa que lo que más le va a molestar va a ser la lluvia, pero hemos tenido suerte porque solo nos hemos mojado dos días. Lo pasamos peor descansando por las tardes, ya que, en los 74 días, hemos dormido en 60 polideportivos gracias a los ayuntamientos que nos han apoyado y los techos en estas instalaciones eran metálicos, por lo que en verano se alcanzaban temperaturas de 40 grados. Pedaleando lo llevamos bien porque madrugábamos, pero las tardes eran más complicadas”.

Pablo Paz se lleva para el recuerdo un sinfín de anécdotas, pero no duda a la hora de señalar que una de las más especiales fue “ver las caras de alegría de personas que llevaban años y años sin moverse, pero que de repente montaban en nuestros vehículos, empezaban a manejarlos y avanzaban... su cara de satisfacción era indescriptible. Para mí fue una de las cosas más bonitas de esta ruta, al presentar nuestros vehículos en los concellos que visitábamos”.

Una experiencia increíble; esto nos quedará para toda la vida

Todavía no habían llegado a la línea de meta y el equipo de Discamino ya tenía en mente la siguiente aventura en la que se embarcarán. Antes de finalice el año realizarán cinco rutas más, pero la más inminente partirá de Porto para acompañar a un matrimonio muy especial. Los estadounidenses Robert y Betsy serán “escoltados” hasta Santiago por varios integrantes de la asociación que quieren formar parte de esa ilusión que tiene Robert por llevar a su mujer, que ya ni siquiera lo reconoce, a través de uno de los pocos trayectos que no han completado hasta la capital.

“Betsy tiene alzhéimer y Robert una discapacidad. De jóvenes hicieron muchas veces el Camino y nosotros queremos acompañarles hasta Santiago porque, aunque ella ya no reconoce a su marido, él sabe que a Betsy le encantaba el Camino y por eso la quiere seguir llevando a él. Uno de los pocos que les faltan es el portugués por la costa y vamos a ir con ellos a partir del 2 de octubre”, contaba Javier Pitillas antes de volver a subirse a la bicicleta y continuar pedaleando hasta la “casa” de Discamino en Navia, en donde estos deportistas sin límites fueron recibidos con honores por sus familias y compañeros.

Discamino culmina su hazaña: 4.600 km. en 74 días

El barco bateeiro de Moaña al que embacaron los integrantes de Discamino para cruzar la ría. / Santos Álvarez

Parada y homenaje en Tirán antes de embarcar hacia Vigo

Antes de la llegada a la meta en Vigo, los integrantes de la expedición de Discamino, que recorrieron en las bicicletas adaptadas la costa española y portuguesa, además de los Pirineos, pisando Francia y atravesando Andorra, fueron recibidos en Moaña, en un acto en el Club de Remo de Tirán, en donde embarcaron en el barco bateeiro que les llevaría al puerto vigués.

En Tirán, además de los miembros del gobierno local, estaban las remeras de la Asociación de diagnosticadas de cáncer de mama (Adicam) que entrenan en las instalaciones con Pablo Paz.

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