Las jubilaciones de docentes y empleados de la Universidad de Vigo se duplican respecto a 2019

La mitad de los funcionarios de administración y servicios y un tercio de profesores tienen entre 55 y 64 años

En 2022 se retiraron 41empleados frente a los 23 de tres años antes

Acto de homenaje a los trabajadores jubilados celebrado en julio en el campus. |  // DUVI

Acto de homenaje a los trabajadores jubilados celebrado en julio en el campus. | // DUVI / s. penelas

Sandra Penelas

Sandra Penelas

Las jubilaciones de profesores y de trabajadores de administración y servicios (PAS) de la Universidad de Vigo se duplicaron el año pasado con respecto a 2019. La cifra de bajas pasó de 23 a 41, casi la mitad de ellas –16– tuvieron carácter voluntario y 12 fueron forzosas por cumplimiento de la edad reglamentaria.

El incremento se debe a un aumento de los retiros dentro del colectivo del PAS, que se duplicaron en solo un año, pasando de 11 a 22. Mientras que los números en el personal docente e investigador (PDI) se mantienen estables desde 2019 en torno a las 19 y 20 bajas anuales.

En todo caso, la UVigo, a igual que todas las universidades españolas, deberá enfrentarse en los próximos años a una oleada de jubilaciones en su plantilla. De hecho, prevé que, en menos de una década, el 60% del personal docente fijo abandone su actividad laboral y que las bajas crezcan hasta alcanzar una media de 60-70 anuales a partir de 2031.

Una plantilla de 1.501 profesores con una edad media de 52,3 años

Según los últimos datos publicados por la propia institución y cerrados en diciembre de 2022, el colectivo docente está integrado por 1.501 trabajadores, 815 funcionarios y 686 laborales. Y la media de edad es de 52,3 años, dos más que en 2018. En el caso de los hombres aumenta a los 53, 5 y las mujeres se quedan por debajo de los 51.

Así las cosas, dos tercios de los profesores de la Universidad de Vigo tienen entre 45 y 64 años. Un total de 583 ya han cumplido los 55 y otros 534 se encuentran por debajo, en el tramo 45-54.

El resto de la plantilla está integrada por 213 docentes con edades entre los 35 y los 44 y solo 89 se sitúan en los 25-34. Además, un único profesor está por debajo de los 25 años y un total de 81 han superado la barrera de los 65.

Respecto a las jubilaciones registradas a lo largo del año pasado, 16 fueron de hombres y 3 de mujeres. La mayoría –13– fueron voluntarias, 5 docentes dejaron la actividad laboral al finalizar el curso tras cumplir la edad reglamentaria durante el mismo, y también hubo una baja por incapacidad permanente.

Los profesores universitarios pueden jubilarse voluntariamente a los 65 años y de forma forzosa cuando cumplen los 70. Pero a partir de esa edad tienen la opción de solicitar al rector continuar como eméritos si cumplen ciertos requisitos académicos.

Nueve de los docentes que abandonaron la UVigo en 2022 tenían entre 60 y 65 años, cuatro estaban en el tramo de los 66-69, cinco superaban esta edad, y uno no había cumplido los 60.

La mitad de funcionarios del PAS tienen entre 55 y 64 años

En el caso del PAS, la avalancha de jubilaciones todavía será más acusada puesto que la mitad del personal funcionario –306 de un total de 663– tienen entre 55 y 64 años. En el tramo de 45 a 54 hay 281 trabajadores y los que se sitúan por debajo, entre los 25 y los 44, suman 65.

Entre el personal laboral la situación es menos grave y solo 36 de los 147 empleados han cumplido los 55 años, mientras que el tramo más nutrido es el de 45-54 años con 71 trabajadores.

De las 22 jubilaciones registradas el año pasado en todo el colectivo PAS, ocho tuvieron un carácter anticipado por causas legalmente establecidas y siete fueron forzosas al alcanzar la edad reglamentaria. Además se formalizaron cuatro bajas por incapacidad permanente y tres voluntarias.

La mayoría de quienes cesaron su actividad laboral tenían entre 60 y 65 años, un total de 14, otros 6 superaban los 66 y solo 2 todavía no habían cumplido los 60 años.

Respecto al personal funcionario y laboral apenas hubo diferencias, 12 y 10 jubilaciones, respectivamente.

Plazas de ayudante doctor para impulsar la renovación de la plantilla

Las jubilaciones masivas previstas para los próximos años constituyen uno de los mayores retos a los que se enfrentan las universidades españolas. Según los cálculos del ministerio, el 54% de los docentes alcanzarán la edad de jubilación durante el curso 2030-31.

Atajar esta sangría es una de las prioridades del equipo de Manuel Reigosa desde su primer mandato. La carrera como docente universitario implica ir cubriendo diferentes etapas y contratos a lo largo de varios años, por lo que el relevo debe estar garantizado previamente con una buena cantera. De lo contrario, la jubilación de un catedrático o de un profesor titular, además de la pérdida de su plaza, puede implicar la de todo el conocimiento acumulado dentro de su grupo y departamento.

Para evitar que se pierda esta experiencia, desde el Rectorado vigués apuestan por ofrecer desgravaciones a los trabajadores mayores de 65 años y por aumentar las plazas de ayudante doctor. Según explicaba el rector Reigosa en una reciente entrevista con FARO, esta figura ya está permitiendo a la institución hace contrataciones para cubrir jubilaciones que todavía no se han producido. Si el Gobierno mantiene las tasas de reposición y permite incrementar la masa salarial, añadía Reigosa, la UVigo tiene por delante “un horizonte bueno” para enfrentarse a la renovación obligada de su plantilla docente.

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