“La piedra entró al coche como un misil”

Un empresario que circulaba por la AP-9 hacia el Puerto de Vigo de madrugada sufrió el impacto de un pedrusco bajo un paso elevado: “Atravesó el parabrisas, si me da bien me mata”

Óscar Parada muestra los daños en su brazo derecho a causa del impacto de la piedra.

Óscar Parada muestra los daños en su brazo derecho a causa del impacto de la piedra. / Alba Villar

Marta Fontán

Marta Fontán

El susto fue mayúsculo. Óscar Parada García, un vecino de Marín con empresas radicadas en dicha localidad y en el Puerto de Vigo, conducía la madrugada del pasado 5 de julio por la autopista AP-9 en dirección a O Berbés, para afrontar una jornada laboral, cuando una piedra de considerable tamaño impactó con violencia contra el parabrisas de su todoterreno, un Mercedes GLC Coupé, rompiendo y atravesando el cristal. “Entró como un misil, si me llega a dar bien me mata”, recuerda este hombre, que recibió el golpe en el codo y en la mano derecha. Afortunadamente no llegó a perder el control de su vehículo. Todo sucedió cuando circulaba bajo un paso elevado, cree recordar que a la altura de Chapela (Redondela). “Está claro que tal y como entró la tuvieron que tirar desde una zona elevada”, afirma el empresario, que ha denunciado estos hechos en la comisaría viguesa.

Ocurrió sobre las 02.45 horas. “Yo iba al Puerto de Vigo, a trabajar”, relata. Era plena madrugada, así que apenas había tráfico. “Yo creo que estaba más o menos en Chapela; iba conduciendo y de repente la piedra atravesó el cristal e impactó contra mi codo y mi mano derecha; fue todo muy rápido, al principio pensé que había explotado algo en el coche; me di cuenta de lo que era cuando noté la piedra en la mano”, describe.

Los daños en el parabrisas del vehículo por el impacto de la piedra

Los daños en el parabrisas del vehículo por el impacto de la piedra. / Cedida

No solo tuvo lesiones por el golpe directo del pedrusco. “El cristal del parabrisas rompió en miles de trozos que, en forma de arenilla, se me clavaron también en el brazo”, cuenta. De hecho, horas después, cuando recibió asistencia en el Hospital Ribera Povisa, junto a las contusiones presentaba cortes en la piel por el impacto de esos minúsculos fragmentos de cristales, algunos de los cuales quedaron clavados y se los tuvieron que extraer en dicho centro sanitario.

Su reacción tras recibir el impacto fue continuar conduciendo hacia su destino. No perdió el control del volante, algo en lo que cree que resultaron claves las características de su vehículo tipo todoterreno. “Dada la fuerza del golpe, si es un coche más pequeño entraría todo el cristal para dentro”, considera. Cuando llegó al Puerto llamó a la sala del 091 de la Policía Nacional para avisar de lo ocurrido. “Fui a trabajar y al acabar me dirigí a Povisa para recibir asistencia sanitaria y a continuación acudí a presentar la denuncia en la comisaría de Vigo”, afirma este hombre, que, tras el siniestro, no llegó a ver a nadie en el paso elevado. La piedra acabó bajo el asiento del copiloto del vehículo. “Era grande, pesaba más de 900 gramos”, concluye.

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