La falta de PXOM dispara el precio del suelo residencial: dobla el del norte luso

El metro cuadrado alcanza los 600 euros de media en el municipio

El sector del ladrillo lamenta la oferta, cada vez menor, y advierte de la fuga de millones a Portugal y A Coruña

Edificio en construcción en el número 11 de la avenida de Madrid, cerca de la Praza de España.

Edificio en construcción en el número 11 de la avenida de Madrid, cerca de la Praza de España. / Ricardo Grobas

El suelo residencial en la ciudad es, a la espera de la entrada en vigor del nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), un bien de auténtico lujo. Hay muy poca oferta, según confirman a FARO fuentes del sector del ladrillo, y su precio, en consecuencia, está “disparado”. Es uno de los tantos efectos negativos derivados de la falta de un instrumento urbanístico adaptado a las necesidades de la urbe más poblada de Galicia: actualmente, rige la norma de 1993 con el apoyo, principalmente, del Instrumento de Ordenación Provisional (IOP) aprobado en 2019, que hace de tirita para intentar tapar una herida que crece con el paso de los meses.

Según la información que manejan la Asociación de Empresas Inmobiliarias de Vigo (Asemi) y la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), el precio medio del suelo urbanizable en todo el municipio de Vigo –considerando el centro, los barrios y las parroquias– es de 600 euros por metro cuadrado, entre un 20% y un 30% más que hace 10 años. En todo caso, como confirman desde la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la provincia de Pontevedra (Aproin), la cantidad supera los 500 euros en la práctica totalidad de los anuncios y existen pocos terrenos –cada vez menos– en venta a un precio accesible para sacarles una rentabilidad mínima.

Esta coyuntura comprometida para el sector del ladrillo pone en riesgo la inversión de decenas y decenas de millones de euros y, a su vez, cientos y cientos puestos de trabajo: si no hay solares para construir viviendas, el dinero se va a áreas atractivas próximas. En el caso de Vigo, son A Coruña y su zona de influencia y el norte de Portugal, sobre todo, Oporto y entorno. En el norte luso, desde Vila Nova de Cerveira hasta la ciudad del Douro, el precio medio del suelo asciende a 325 euros, aproximadamente, la mitad que en el ayuntamiento olívico. En Oporto, el suelo finalista con licencia directa alcanza los 580 euros de media por metro cuadrado.

Son datos que aportan Fegein y Asemi. Su presidente, Benito Iglesias, alerta de la necesidad de que la Xunta y el Concello trabajen mano a mano para sacar adelante lo más rápido posible el nuevo Plan Xeral, que trae bajo el brazo más de 51.000 viviendas –unas 14.500, de protección–, pero también la ampliación de Navia, donde se esperan unas 1.600 nuevas viviendas de protección. La actualización del instrumento urbanístico y el desarrollo del PAU son la gran esperanza para facilitar el acceso a un techo bajo el que vivir: los precios del alquiler y venta de pisos y casas están cifras récord en un momento de inflación generalizada.

Al precio del suelo, que supone entre un 20% y un 30% de la inversión de los promotores, se suman el incremento sin precedentes de los costes de los materiales y los servicios, así como la falta de mano de obra en especialidades fundamentales para dar vida a un edificio: encofradores, carpinteros, electricistas, fontaneros, escayolistas o fontaneros. Es una tormenta perfecta que deriva en el aumento del precio de la vivienda o, directamente, en la inviabilidad de proyectos, como destaca el presidente de Aproin, Javier Garrido. Cifra en unos 500 euros el metro cuadrado del suelo como límite para hacer posible un proyecto residencial en Vigo.

Una ley estatal de seguridad jurídico-urbanística

“El escenario urbanístico y de vivienda en Vigo es problemático”, expone Benito Iglesias antes de reclamar una ley estatal de seguridad jurídico-urbanística que permita seguir adelante con los Planes de Ordenación Municipal en caso de detectarse errores, petición que el alcalde de Vigo y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Abel Caballero, ya puso sobre la mesa en reuniones de este organismo estatal. “Eso evitaría tener que tumbar el documento entero si se detecta alguna anomalía, como sucedió con el PXOM de 2008, anulado por el Tribunal Supremo en 2015”, explica el representante de la patronal inmobiliaria.

El camino que están tomando los inversores ante la falta de suelo y la paralización de licencias de obras vinculadas al Instrumento de Ordenación Provisional desde diciembre por orden del secretario del Ayuntamiento –situación denunciada por el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) en FARO la semana pasada– es la rehabilitación de edificios: algunos ejemplos son la reforma del edificio Ribas, en la esquina de Colón y Marqués de Valladares; del inmueble que se levanta en el número 30 de Colón, de Jenaro de la Fuente; o el Círculo Católico de Obreros, entre Doutor Cadaval y López de Neira.

Son excepciones los proyectos que se levantan en terrenos urbanizables. En la parcela del número 11 de la avenida de Madrid, se construye el edificio Plaza España, un bloque de nueve viviendas “de alto standing”, como describen los promotores, de dos, tres y cuatro habitaciones. A unos 10 minutos a pie, se encuentra el solar sobre el que se hará realidad la segunda promoción prevista en este vial: en el número 71, se levantará un edificio con 12 viviendas. Otro proyecto en marcha es el que Habitat desarrolla en Areal: un bloque de 52 viviendas frente a la estación de Guixar.

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