“La Antártida siempre es impresionante”

La UVigo inició este domingo su octava campaña en isla Decepción | Los biólogos ponen a punto los experimentos para estudiar el impacto sobre las macroalgas del cambio climático y la radiación

Jesús Souza, Mariano Lastra y Jesús López, con la bandera de Vigo. Al fondo, la base española.

Jesús Souza, Mariano Lastra y Jesús López, con la bandera de Vigo. Al fondo, la base española. / Cedida

Sandra Penelas

Sandra Penelas

Cada minuto es oro en la Antártida y los investigadores de la UVigo que arribaron el domingo a la base Gabriel de Castilla para iniciar su octava misión en el continente helado apuran los preparativos de sus experimentos. Tras desempaquetar el material el mismo día de su llegada, el equipo de biólogos liderado por Mariano Lastra ya ha recogido algas en la bahía Foster e instalado un ensayo para comprobar los efectos de la radiación sobre estas poblaciones. Y hoy preveían montar las campanas en una de las playas de Decepción que simulan el efecto invernadero y que les permitirán estudiar el impacto del incremento de la temperatura.

“No podemos perder el tiempo. El martes solo pudimos hacer trabajo de laboratorio por el viento y la nieve. Pero hoy [por ayer] la previsión es buena, con una temperatura agradable de entre 1 y 3º C, y se puede trabajar. La idea es empezar a montar las campanas este jueves si el tiempo acompaña para poder mantener el experimento durante 15 días. Por ahora, vamos bien, pero aquí todo depende de la meteorología”, reconoce Lastra.

La misión también está integrada por los profesores vigueses Jesús Souza y Jesús López, que ya participaron en la última de 2017, y por Iván Franco Rodil, de la Universidad de Cádiz, que los acompañó en una expedición anterior. Los cuatro llegaron a isla Decepción el domingo a bordo del buque del programa polar búlgaro y permanecerán en la base española hasta el 16 o el 17 de marzo.

A pesar de su experiencia, reconocen el privilegio que supone volver a trabajar en un laboratorio único como la Antártida: “Siempre es impresionante. Y la isla está tan bonita como en años anteriores. Hay menos nieve, quizá porque hemos venido más tarde y estamos a finales de verano, pero seguramente a partir de ahora empiece a nevar más”.

Además la base les ha recibido con “mejoras sustanciales”, aplaude Lastra. “Con nosotros llegó una nueva incineradora y se está construyendo un módulo de laboratorio. La dotación militar es más nutrida este año porque hay un grupo dedicado exclusivamente a ello. Ahora también disponemos de un taller grande y cómodo y se ha estabilizado el frente que se estaba desmoronando por el oleaje. Y respecto a las embarcaciones y las medidas de seguridad están tan bien como siempre”, añade.

El proyecto Radiant que lideran los expertos de la UVigo está financiado con 50.000 euros por el plan nacional de I+D e incluye una segunda estancia en Decepción en 2024. Es una de las 26 propuestas elegidas para la XXXVI Campaña Antártica Español, en la que participan más de 200 personas entre militares, investigadores y personal técnico.

“Todos los científicos nos apoyamos porque son periodos cortos que hay que aprovechar al 100%”

Algunos de los científicos ya han abandonado la base y los vigueses serán los últimos en hacerlo en apenas un mes: “Los militares se quedarán una semana más para echar la llave definitiva. Ahora mismo debemos estar unas 35 personas. Hay un grupo de la Universidad de Barcelona que busca nuevas moléculas con aplicaciones en salud humana, otro estudia microplásticos y también hay un proyecto italiano de vulcanología. Además de los geólogos y meteorólogos que realizan las series históricas cada año. La variedad es muy grande y las comidas y cenas son el ágora de cada día donde intercambiamos información”.

El resto del día, apunta Lastra, cada equipo está centrado en su trabajo, aunque bajo la atenta mirada de los habitantes de la isla. “La colonia de pingüinos es tan abundante como siempre. El martes estuvimos acompañados por un grupo a pie de base y también por leones marinos. No sé si nos observan por curiosidad innata, pero desde luego no nos tienen miedo”, comenta entre risas.

Varamiento de macroalgas.

Varamiento de macroalgas. / Cedida

Y un año más, en la base impera un ambiente cordial y de cooperación: “Además del apoyo constante de la dotación, también los científicos estamos dispuestos a ayudarnos en todo momento porque son periodos cortos y hay que aprovecharlos al 100%. Mi experiencia siempre ha sido fantástica. He tenido el apoyo de mis colegas y yo también les he ayudado en lo que he podido”.

La buena convivencia hace más llevaderas las intensas jornadas de trabajo, pero también influye la excelente labor en cocina. “Los dos cocineros trabajan de maravilla y son muy simpáticos. Las comidas y cenas son fantásticas, de 4 tenedores”, elogia Lastra.

La divulgación forma parte de las responsabilidades diarias de los investigadores, que se conectan con colegios e institutos de todo el país a lo largo de toda la campaña. El catedrático vigués charló este lunes con estudiantes de La Rioja, Barcelona o Zamora: “Es divertido y participo encantado. Difundir la importancia de estos ecosistemas, en particular, y de todo el planeta, en general, es una forma de inculcarles desde pequeños el respeto por el medio ambiente y la naturaleza”.

Experimento para medir el efecto de la radiación ultravioleta sobre las algas.

Experimento para medir el efecto de la radiación ultravioleta sobre las algas. / Cedida

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A través de varios experimentos, los biólogos de la UVigo estudian cómo impacta sobre los varamientos de macroalgas de la Antártida el incremento de la radiación solar provocada por el deterioro de la capa de ozono y de la temperatura que origina el cambio climático.

En una playa cercana a la base instalarán estos días las campanas que someten a las macroalgas a un efecto invernadero para conocer cómo afecta a la liberación de CO2 y de nutrientes. Y ayer ya completaron el montaje en el entorno de la base de un experimento en el que irradiarán algas con lámparas de luz ultravioleta A y B para analizar sus efectos si se mantienen los problemas con la capa de ozono.

“Pero además vamos a recorrer otras diez playas de la isla para medir CO2, nitrógeno y fósforo. Es un seguimiento que repetimos todos los años en paralelo a los experimentos y que hay que continuar”, explica Lastra.

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