Un punto violeta para dar preferencia a colectivos vulnerables en Urgencias

Ante la misma prioridad de síntomas, el servicio atiende antes a dependientes, paliativos, personas con discapacidad intelectual, sordas, víctimas de maltrato o de agresión sexual

Nueva señalización de colores en el servicio de Urgencias del Cunqueiro. |   // FdV

Nueva señalización de colores en el servicio de Urgencias del Cunqueiro. | // FdV / A. Blasco

En el Servicio de Urgencias del Hospital Álvaro Cunqueiro notaban un déficit a la hora de asignar el orden de atención a los pacientes. Había ciertos grupos de personas más vulnerables que, a pesar de tener los mismos síntomas y signos que otras, la espera les perjudicaba más. Buscando la equidad en la atención a los pacientes vulnerables, han creado una nueva herramienta: la pegatina violeta. Se trata de un acceso preferente para colectivos de riesgo especial.

La medida está dirigida a dependientes –con tarjeta A/A–, pacientes en situación paliativa, personas con discapacidad intelectual, sordas, víctimas de maltrato o violencia de género y de agresión sexual. Son pacientes que pueden presentar trastornos cognitivos o de memoria, trastornos de conducta y problemas de comunicación. En Urgencias detectaron que las esperas prologadas interferían de forma negativa en la adecuada exploración clínica que luego hace el personal facultativo mediante preguntas, así como en la comunicación empática con ellos.

El jefe de Urgencias, el doctor Ángel Pichel, explica que es una iniciativa pionera en Galicia que Urgencias del Cunqueiro ha puesto a punto a lo largo del pasado año, dentro de un plan de humanización. “Funciona muy bien. Lo usamos todos los días y varias veces”, cuenta.

Estos pacientes, al igual que todos, deben pasar por el triaje, en el que una enfermera valora los signos y síntomas y le asigna una prioridad: azul si no es una urgencias; verde si es normal; amarillo si es urgente; naranja si es muy urgente; y rojo si hay riesgo vital inmediato. Lo marca en la historia clínica electrónica y lo indica con una pegatina en la que imprime en papel. Junto a ella, a estos grupos vulnerables les pondrá otra violeta. Además, a las personas sordas se las identifica también con una pegatina en el pecho. Así, por ejemplo, ante dos casos verdes que llegaron a una hora similar, el servicio atenderá primero al que, a mayores, es violeta.

Puertas de colores

También dentro de su plan de humanización, Urgencias se ha llenado de color. El doctor Pichel explica que, en un servicio de unos 5.000 metros cuadrados, orientarse no es nada fácil. Incluso les costó a los profesionales cuando aterrizaron en el nuevo hospital y hoy aún ven el desconcierto en la cara de los acompañantes cuando les dicen, por ejemplo, que su familiar está en COTO o en boxes 1. Para redirigirlos de una manera más fácil han pintado con bandas de color los accesos a cada zona: la sala de espera es rosa fucsia; el Triaje, violeta; si le envían a Boxes 2, deberá dirigirse a la puerta enmarcada en naranja; si le mandan a Boxes 1, a la amarilla; COTO es verde; y Observación, azul.

Sumará una nueva consulta para hacer frente al aumento de casos banales

En los servicios de urgencias de los hospitales gallegos, tras la pandemia, se han disparado las visitas y, en especial, las de casos más banales. Ante esta situación. en el servicio del Hospital Álvaro Cunqueiro han solicitado la creación de una consulta más.

“Necesitamos más espacio para esa patología más leve, principalmente, para primavera y verano, que es cuando más llega”, explica el jefe de servicio, el doctor Ángel Pichel. Detalla que en invierno tienen más trabajo porque abundan los casos de personas mayores y dependientes, que requieren más medios. Sin embargo, destaca que el mayor volumen de entradas suelen registrarlo en julio y agosto. Por un lado, por los desplazados –han medido que hay hasta 30 consultas al día de personas de fuera del área– y también por la mayor actividad de la gente con el buen tiempo: más traumatismo por deportes, por accidentes de tráfico, laborales...

Así es que quieren estar preparados. La obra, pequeña, ya está en fase de adjudicación. Es aumentar de 4 a 5 los despachos de la actual zona de COTO –Cirugía, Ojos, Trauma y Otorrino–, a la que también quieren cambiar de nombre y denominarla Consultas, ya que aglutina toda la patología más banal.

El servicio creará un espacio diferenciado para paliativos

Otro de los problemas que ha detectado el Servicio de Urgencias del Álvaro Cunqueiro es en la atención al paciente de cuidados paliativos en sus últimos momentos.

Aunque acuda por una dificultad respiratoria, una patología muy habitual en invierno, un paciente paliativo debe atenderse antes por su comorbilidad y su situación, defiende el doctor Ángel Pichel, jefe de Urgencias del Cunqueiro. Esto lo han solventado con el punto violeta, la identificación como grupo de especial riesgo para un acceso preferente.

Pero, además, están trabajando en un protocolo de atención a pacientes paliativos en sus últimas horas. “Es un programa que cerraremos este año, porque creemos que tiene que tener un entorno especial para atención y cuidados. No puede estar en el medio de Urgencias o en una zona de boxes”, detalla el doctor Pichel.

Están desarrollando un protocolo sobre un paciente paliativo en una enfermedad crónica avanzada que está en últimos días u horas para pasarlos a una habitación cerrada dentro del servicio, siempre acompañado por al menos dos familiares, con visitas adecuadas, aportándole una cama y no una camilla, limitando las pruebas complementarias y primando siempre el confort.

Cuando la familia de la persona en cuidados paliativos recurre a Urgencias por el motivo que sea, hasta el momento, entra en los circuitos habituales. El nuevo protocolo de actuación está en revisión y esperan poder implantarlo en los próximos meses.

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