Después de que la procesión del Cristo de la Victoria significara su “bautismo”, la Porta do Sol ya encara la recta final antes de la que será su gran puesta de largo... y de luz.
La flamante “Plaza Mayor” o Ágora olívica apura sus últimos retoques en el pavimento a poco más de tres semanas del encendido del árbol de Navidad que, después de su traslado obligado a Policarpo Sanz durante los últimos dos años, dejará atrás la pandemia y volverá a erigirse como el corazón de estas fechas en Vigo.
En las últimas semanas ha sido palpable el avance de las obras, abriéndose cada vez más el espacio plenamente peatonal hacia Príncipe, superando a la inauguración oficial del primer domingo de agosto con el horizonte del sábado 19 de noviembre para su primer gran acto multitudinario con toda la superficie disponible.
Y aunque el gran abeto lumínico se situará en la confluencia de Elduayen y la Praza da Princesa para maximizar su visibilidad, éste competirá en protagonismo con el nuevo palco ubicado sobre la entrada al túnel en su extremo este.
Esta pequeña plataforma que acogerá actuaciones de todo tipo ya cuenta con el mismo enlosado negro que los arcos que decoran toda la pendiente de la plaza.
El objetivo es poder finalizar estas obras –mucho más adelantadas que el resto del proyecto– antes de la colocación del árbol de Navidad a comienzos de noviembre.
A la espera de las jardineras
Sin embargo, el aspecto que presenta la confluencia de caminos actualmente no será, ni mucho menos, el definitivo. Desde la presentación de la reforma está prevista una jardinera de 30 metros que recreará la silueta de las Islas Cíes entre las escaleras mecánicas de II República y la Praza da Princesa.
Junto a la misma habrá espacio para bancos, fuentes y otros elementos decorativos ya presentes en otras humanizaciones recientes que serían instalados una vez finalicen las fiestas, previsiblemente entre enero y febrero.
Y es que la condición de “multiusos” de la plaza como sede de conciertos, manifestaciones y otros espectáculos sumado a la existencia del túnel que soterrará el tráfico hasta el Barrio do Cura impiden que se instalen árboles de un porte mayor.
Sí que está previsto que el nuevo eje de la calle Carral tenga una vegetación que proporcione más sombra a los viandantes, aunque las obras en esta zona van más atrasadas debido a la aparición de restos de la muralla y la necesidad de instalar unas escaleras mecánicas en la actual salida del aparcamiento subterráneo.
Desde el Concello apuntan a que el objetivo es tener un espacio lo más diáfano posible para facilitar el tránsito de los miles de personas que visitarán las luces de Navidad en su primera edición posterior al COVID-19, una idea que se mantendrá para la Reconquista, los conciertos de Carnaval y otras grandes aglomeraciones. Es por ello que tendrán que tener un carácter “móvil” que permita su traslado puntual.
Esta idea sigue la misma tendencia que las terrazas de las cafeterías instaladas en la milla de oro de la ciudad. Después de las quejas vecinales de los últimos meses, el gobierno local limitó su proliferación garantizando los corredores de circulación y un número máximo de sillas y mesas por zona.
