Los juzgados de Vigo volvieron a registrar ayer un nuevo caso de agresión sexual; el tercero solo durante el mes de septiembre. La Policía detuvo a un varón por una presunta violación a una víctima mayor de edad, con la que presuntamente mantenía una relación de amistad. A su paso ayer a disposición del Juzgado de Instrucción 3 de Vigo, la magistrada decretó su puesta en libertad provisional. Con él son un total de cinco las personas que durante este últimos 30 días fueron detenidas por la comisión de estos supuestos delitos, cuatro de ellas en la cárcel de forma provisional por la gravedad de los hechos.
Memoria del IMELGA
Esta situación no es puntual y mucho menos ajena a los diferentes profesionales que intervienen en estos procedimientos. Uno de ellos son los médicos-forenses de la subdirección de Vigo del Instituto de Medicina Legal de Galicia –IMELGA–. En el último año (2021), estos facultativos realizaron un total de 96 periciales o informe por delitos de agresión sexual, en ocasiones de forma independiente a la denuncia de la víctima. Esta actuación médica es uno de los primeros trámites en el tratamiento de los casos, tanto la valoración y reconocimiento psicológico a la víctima como la toma de muestras biológicas o análisis toxicológicos y microbiológicos.
Una treintena más
La cifra es notablemente superior en comparación con el resto de subdelegaciones del IMELGA, prácticamente duplica al del resto de territorios, pero también excede en una treintena a las inspecciones realizadas el año anterior por presuntos casos de agresión sexual, 66.
Protocolo de actuación
El proceder de los profesionales ante una denuncia por violación es, en primer lugar, una valoración pericial de la víctima, de la que se desprenden los datos que orienten la exploración y recogida de muestras físicas. Esta toma de muestras biológicas deben realizarse dentro de las primeras 72 horas del hecho e incluyen desde saliva, sangre, semen o pelos tanto en el cuerpo de la víctima como en su ropa.
Alcohol o drogas
También se recogerán muestras para un estudio químico-toxicológico; esto es detectar la presencia de drogas, alcohol o medicamentos que hayan podio ser suministrados a la víctima.
Precisamente, en la presunta agresión sexual grupal ocurrida en un piso de Travesía de Vigo a principios de mes, las últimas pesquisas giraban en torno a si hubo sumisión química ya que la víctima relató que, tras beber de un vaso que le dieron, empezó a encontrarse mal y a marearse hasta que finalmente se quedó totalmente dormida durante unas dos horas.
Por último, los médico-forenses también recaban muestras para un análisis microbiológico que detecte posibles enfermedades de transmisión sexual.
Valoraciones psiquiátricas
Junto a estas periciales, y según se refleja en la última memoria del IMELGA hecha pública ayer, la influencia del COVID y los problemas relacionados con el estado mental volvieron a condicional la actividad del servicio de clínica forense. Así, los profesionales de Vigo realizaron en 2021 más valoraciones psiquiátricas (2.391; cuatrocientas más que el año anterior) que de lesiones físicas a consecuencia de agresiones, malos tratos o accidentes de tráfico (1.575).
Incapacitaciones o internamientos
Estas periciales psiquiátricas obedecen a la petición de jueces y fiscales para determinar si la persona puede ser imputable o no en un procedimiento penal (214). Esta evaluación también puede responder a la capacidad civil de actuar libremente para determinar la incapacidad de una persona (526), diligencia frecuente en procesos de Familia . Habituales son también los relacionados con internamientos psiquiátricos involuntarios (788), de mayores en geriátricos (514) o la determinación de drogas (320).
Valoraciones físicas
Dentro de las valoraciones física, destacan las agresiones por peleas o riñas, con 1.138 periciales; por violencia de género (206), lesiones laborales (97) o por accidentes de tráfico (121).
Muertes y autopsias
En cuanto al servicio de patología forense –que tiene por objeto el estudio de las causas de muerte tanto violenta, como accidentes o sospechosa de criminalidad–, los profesionales investigaron el año pasado un total de 374, una veintena más que las registradas en 2020.
Suicidios
En cuanto a la casuística del fallecimiento, 169 fueron de cariz violento y 205 por muerte natural. Dentro de esta muerte violenta, quedan enmarcados cuatro homicidios, 109 de etiología accidental y 56 por autolisis, esto es, casos de suicidio. La cifra se redujo en una decena, al contabilizarse el año anterior 66 casos. Sobre las causas de la muerte, 96 fueron traumatismos, 44 asfixias mecánicas, 17 intoxicaciones, 9 muertes por reacción adversa a drogas o fármacos y una por arma blanca.
Muerte natural
En cuanto a las muertes naturales, todas fueron de adultos que padecían, en su gran mayoría, patologías cardiovasculares.
