La parroquia de San Francisco Javier, una de las más emblemáticas de Vigo, cerrará sus puertas en junio del próximo 2023, tras más de medio siglo de actividad, por la avanzada edad de quienes están al frente y la falta de relevo generacional. El anuncio –del que ya se han hecho eco algunos de sus feligreses– traerá consigo la desaparición de los jesuitas de la ciudad y el colegio será atendido pastoralmente desde la capital gallega.
El cura de la iglesia, Fernando López Combarros, remitió un comunicado a sus fieles en el que da cuenta del futuro incierto que se vislumbra de cara a los próximos meses. Según indica en el mismo, como consecuencia de la decisión del padre provincial de los jesuitas, la comunidad olívica ha pasado de nueve a cinco jesuitas a lo largo del curso 2021-2022 y para el próximo, el del 2022-2023, dejará de existir.
Así pues, a finales de junio se cerrará la parroquia y la iglesia será utilizada en exclusiva por el Colexio Apóstol Santiago Xesuítas, que será atendido pastoralmente desde Santiago: hasta Vigo se desplazarán dos jesuitas semanalmente para el acompañamiento. De los feligreses, por su parte, se hará cargo la Diócesis Tui-Vigo, que deberá buscarles otro sitio de culto o hacer un nuevo reparto de calles y adjudicarlas a las parroquias más cercanas.
De materializarse el anuncio, el área Vigo-Teis –una de las seis que tienen parroquias en la ciudad olívica– pasará a contar exclusivamente con cinco (San Salvador de Teis, Santo Cura de Ars, San Ignacio de Loyola, San Xoán Bautista de Vigo y Nuestra Señora de las Nieves). Contando con las áreas de Vigo-Casablanca, Vigo-Centro, Vigo-Fragoso, Vigo-Lavadores y Vigo-Santo André, existen actualmente 52 parroquias distribuidas en toda la localidad, que se rebajarían hasta las 51.
La citada parroquia, gestionada por la comunidad de los jesuitas vigueses, nació el 31 de octubre de 1970. Aprovecha la construida capilla del Colexio Apóstol Santiago Xesuítas, que data del 1954 y cuyo pasado se remonta a décadas atrás.
Fue en 1916 cuando el colegio se trasladó de Camposancos (A Guarda) a Vigo, al edificio de La Molinera, en la calle García Barbón: la ciudad tenía 50.000 habitantes. Ese mismo año los jesuitas adquirieron la finca Bellavista (Teis) por 400.000 pesetas, avalando el coste de la operación la condesa de Vigo, Josefa Tenreiro Montenegro. Diez años más tarde, en 1926, se colocaría la primera piedra del edificio del nuevo colegio, asistiendo Gregorio Espino, entonces regidor local; en 1928 se inauguró y 42 años después se convertiría en sede de San Francisco Javier.
La construcción es obra de Antonio Cominges Tapias, uno de los hombres que levantó la urbe olívica de la mano de otros prestigiosos arquitectos como Pacewicz, Gómez Román y Palacios. Su lado más reconocido está estrechamente ligado a las edificaciones eclesiásticas, habiendo diseñado las mayores iglesias viguesas: entre ellas –además de la susodicha– templos como El Carmen (en López Mora), Fátima (en Vía Norte) y La Soledad (O Castro).
En este más de medio siglo ha tenido tres párrocos, siendo el padre Eugenio Ogando el que más tiempo ha estado al frente de la misma (un total de 38 años). Para López Combarros (que en su caso lleva 12) la decisión de cerrar la parroquia obedece a las altas esferas jesuitas y el argumento es que “cada vez somos menos, muy mayores y no hay repuesto”. “Responde a una realidad que es cierta”, apostilla, sin esconder su preocupación. “Te lo puedes imaginar”, responde al ser cuestionado sobre cómo se siente: “Sobre todo no por mí, sino por cómo se va a quedar la gente”.
La falta de relevo generacional entre los sacerdotes es un problema de antaño que se siente cada vez más en el presente. Tal como avanzaba FARO hace un lustro, los futuros curas solo cubrirían al 40% de jubilados que todavía ejercen. En la pieza informativa, de septiembre de 2017, se daba constancia de que el fenómeno venía incluso de mucho antes. Por entonces la geografía gallega estaba dividida en 3.642 parroquias atendidas por 1.170 curas, un 25% menos que los 1.532 de los cinco años anteriores.
Por lo que respecta al Obispado de Tui-Vigo, los 76 futuros párrocos que en ese momento estaban estudiando podían relevar a los 65 que estaban en edad de jubilación, quedando 16 para ayudar a los 127 que permanecían en activo prestando servicio a dos núcleos per cápita.
En el comunicado dirigido a los feligreses, López Combarros también deja entrever algo de impotencia. “Esto, resumiendo lo que va a acontecer, 'es lo que hay'", apunta el cura, facilitando la dirección del Provincial de los Jesuitas de España (Madrid) para que aquellos interesados puedan expresar su discrepancia. En declaraciones a FARO, preguntado por una posible solución, más bien salvación, reconoce que lo único que se puede hacer ahora mismo es escribir a los que nos mandan “a ver si cambian de opinión”. En este sentido, también se compromete con sus fieles a tenerlos “al corriente de cómo se va desarrollando la decisión”.
Según destaca en la web de los Jesuitas de Galicia, entre las labores principales de la parroquia destacan actualmente tres: la misa familiar, “más cuidada y en la que la asamblea es bastante participativa a través del canto”; la acción social del equipo de Cáritas, que amplió a dos días su atención; y la catequesis familiar, atendiendo a unas 140 familias en estos momentos.
Precisamente en relación a este último apartado también se pronuncia López Combarros, quien adelanta a las familias que el próximo curso las primeras comuniones se celebrarán a mediados del mes de mayo y a finales de junio: en un periodo concentrado. “Volveremos a las comuniones un poco masivas”, explica sobre los que serán, seguramente, unos de los últimos actos que acogerá la iglesia viguesa.
En esta línea, el cura incide en que “el padre provincial ha pedido al Obispo poder tener las catequesis de comunión y confirmación en el colegio, por lo que la parroquia, a la que le quedan nueve meses de existencia, no tendrá catequesis para los que empiecen a preparar su primera comunión en primer curso”. “Deberán preguntar en el colegio como está este asunto”, matiza al respecto, aclarando que sí habrá catequesis de primero sólo y en exclusiva para los que residan en el territorio parroquial, hasta que se sepa concretamente qué pasará con el resto de San Francisco Javier.
