Churruca se transforma y ofrece ahora también ocio diurno

Responsables de los locales de Churruca que organizarán actividades durante el día.

Responsables de los locales de Churruca que organizarán actividades durante el día. / Pablo Hernández

Cuando se habla de la vida nocturna en la ciudad olívica, todos los vigueses piensan en Churruca como uno de los barrios más emblemáticos. Allí se encuentran locales de todo tipo, desde bares tradicionales hasta pubs o salas de concierto. Pero la pandemia ha afectado, y de qué forma, a todos ellos. Los constantes cambios de restricciones, especialmente en cuanto a horarios y aforos, determinados por las autoridades sanitarias en función de la situación epidemiológica de cada momento, han traído de cabeza a los responsables de estos establecimientos, que ahora empiezan a ver la luz al final del túnel. Porque desde que las restricciones se han relajado, lo cierto es que el ambiente ha vuelto a Churruca.

“Nos estamos recuperando”, concuerdan en afirmar todos los establecimientos que conforman la asociación de hostelería del barrio, creada recientemente. Pero son conscientes también de la necesidad de ampliar su oferta para no tener tanta dependencia de los clientes nocturnos. Por eso han comenzado a apostar por ofrecer ocio también durante el día, con actividades de todo tipo tanto por la mañana como por la tarde, y que están destinadas a todo tipo de público.

Así, este sábado seis establecimientos (Reserva Rock, Cantina Candela, Tinta Negra, La Casa de Arriba, Sala Kominsky y O Batallón) organizarán un mercadillo en el que participarán protectoras de animales y se ofrecerán artículos de toda clase, desde ropa hasta discos o distintos productos de artesanía. El mercadillo tendrá en un principio una periodicidad mensual, porque la idea es inculcar precisamente en la zona esa cultura del ocio diurno. Para ello apuestan también por realizar lo que se conocen como sesiones vermú en torno al mediodía. Pero la cosa no se quedará ahí. Los locales también planean acoger distintas actividades culturales, como conferencias, exposiciones o presentaciones de libros. “Queremos poner fin al estigma que hemos tenido tradicionalmente, relacionado únicamente con la vida nocturna. También queremos apostar por la vida diurna y ofrecemos ocio para clientes de todas las edades”, explica Ana Belén Magdalena, responsable de la sala Kominsky.

En los últimos fines de semana ha vuelto el botellón al entorno de Churruca, especialmente a la plaza de Portugal. Y hay que recordar que la mayoría de locales hosteleros del barrio tienen licencia de bar, por lo que debido a las restricciones todavía vigentes deben cerrar a las 1.30, y la terraza tiene que estar sin servicio desde las 00.00. Por eso los establecimientos defienden que no son los responsables de las imágenes de aglomeraciones de gente bebiendo a altas horas de la madrugada por las calles del barrio y de las que los vecinos se quejan de forma habitual.

“Yo cierro a la una y media, no tengo culpa de que a las 3.30 haya gente bebiendo por la calle. Los problemas de botellón son ajenos a nosotros. Creo que deberíamos tener más flexibilidad en cuanto al horario de cierre”, asegura Uxío Pérez, dueño de O Batallón, el local más antiguo de Churruca. Debido al adelanto de la hora de cierre, los locales han comenzado a apostar por abrir cada vez más temprano. O Batallón por ejemplo ha comenzado a abrir sus puertas ya a las 18.00 horas.

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