"Yo soy de Vigo. Y no lo niego", así es como Pedro Alonso, el actor vigués que da vida a Berlín en la serie La Casa de Papel, presume de viguismo en su perfil de Instagram junto a varias fotografías de Ricardo Grobas (fotógrafo de FARO DE VIGO) que fueron tomadas hace una semana en la ciudad olívica con motivo de la entrevista publicada por este periódico en la que reflexionaba sobre el oficio, la fama y la vida.

"Leer una entrevista que te han hecho y reconocerte en ella, reconocer el qué y el tono, no siempre pasa", explica el actor en el pie de foto que acompaña a las cuatro imágenes en las que sus más de dos millones de seguidores han descubierto el puerto deportivo del Náutico -escenario la próxima semana de O Marisquiño- y el paseo de las Avenidas de la ciudad de Vigo. Las intantáneas, hasta el día de hoy han recibido casi 150.000 'me gustas' y más de 1.500 comentarios en los que felicitan a Pedro Alonso por su interpretación en La Casa de Papel o se sorprenden de que haya estado en la ciudad: "Pero bueno... No avises q vienes por aqui... Te hubiera persiguiendo como una loca", le escribe una de sus seguidoras.

Las confesiones de Pedro Alonso

La fama de Pedro Alonso alcanza todos los rincones del mundo: Argentina, Brasil, México, Italia, Reino Unido, el este de Europa, países árabes... Su papel de Berlín en La casa de papel -la serie de habla no inglesa más vista en la historia de Netflix- le ha propulsado al estrellato. Decenas de millones de fans lo han visto capítulo a capítulo pegados a la pantalla. Lo han odiado y lo han amado, y ahora solo anhelan que ese personaje turbio pero sentimental, complejo y lleno de matices, que ha encarnado con perfección siga vivo en la tercera temporada que se rodará en breve.

Pinceladas con Pedro Alonso: "Si me dices Vigo te respondo melocotones"

Pinceladas con Pedro Alonso: "Si me dices Vigo te respondo melocotones"

Las 10 confesiones de Pedro Alonso // M. Clavero

Tras haber "muerto y resucitado varias veces", vive un momento "increíble, que sé que pasará", explia con esa voz grave, casi de ultratumba, propia de los redivivos, con serenidad, un punto de distancia y precisión. Y por eso huye de la euforia y se esfuerza por mantener los pies anclados en el suelo, una actitud que en Vigo, su verdadera casa, le es mucho más fácil de lograr. Porque Berlín en Vigo es Pedro.

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