Escotet pide una transformación del modelo productivo y estabilidad política para el futuro

El presidente de Abanca pide huir el “europacentrismo” y fomentar las alianzas con Latinoamérica

Saca pecho del sector bancario español: “Hicimos mejor los deberes que Italia y Alemania”

Escotet pide una transformación del modelo productivo y estabilidad política para el futuro

Escotet pide una transformación del modelo productivo y estabilidad política para el futuro

Mateo Garrido Triñanes

La segunda jornada de la quinta edición del Foro La Toja-Vínculo Atlántico se inició este viernes con la mesa redonda "Una agenda para España" en la que responsable de destacadas firmas de sectores muy diferentes, entre los que destacaba Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca, abordaron la necesidad de transformar el modelo productivo español para hacer frente a los importantes retos que marcarán el futuro económico mundial: la digitalización y la descarbonización. Paloma Baena, exdirectiva de la OCDE, moderó el debate en el que, además del banquero venezolano, participaron Mario Ruiz-Tagle, CEO de Iberdola; Luis Gallego, CEO del Grupo IAG y Héctor Flórez, presidente de Deloitte España.

Una agenda que viene ya marcada por la incertidumbre existente a nivel internacional, como ya apuntó Antón Costas el pasado viernes, y por la dificultad de llegar a consensos, a tenor del panorama político nacional actual. Por ello los participantes recalcaron la importancia de la estabilidad política para afrontar estas transformaciones.

Héctor Flórez fue quien inició la ronda de intervenciones con un breve diagnóstico de la situación actual de la economía española. “Un país que, a pesar de contar con importantes fortalezas, dispone de un modelo menos intensivo tecnológicamente y por lo tanto menos productivo”, señaló. El desafío que tiene por delante es lograr la convergencia con las principales economías europeas y de la OCDE. Para ello, apuntó, “habría que duplicar durante diez años el potencial de crecimiento proyectado, por lo que es completamente necesario transformar el modelo económico”.

En este sentido, Flórez enumeró tres retos en esa perspectiva de lograr esa ya señalada convergencia. En primer lugar, hacer frente al déficit estructural de productividad. En segundo lugar, una creciente orientación a actividades y segmentos de un mayor valor añadido y, en tercera posición, reforzar la apuesta por determinados sectores estratégicos de alto potencial.

El presidente de Abanca coincidió en la diagnosis planteada por Flórez, y añadió la necesidad de que se produzca un aumento de las rentas que permitan la renovación del contrato social. “Estamos entre los tres países con menor crecimiento del PIB per cápita en los últimos 20 años”, indicó. Escotet incidió en que la transformación del modelo productivo requiere de un liderazgo desde Europa. Por ello, mostró su preocupación ante la falta de peso de la UE en el panorama geopolítico. “Nos hemos hecho muy europacéntricos y eso nos ha hecho descuidar el tejer alianzas que deberían ser naturales, como las de España con Latinoamérica, dejando ese espacio a EEUU, China o Rusia”, detectó.

El banquero venezolano, no obstante, defendió el trabajo del sector bancario, “el que mayor convergencia tiene con Europa”. Un objetivo que ha conllevado sacrificios como “el cierre de 27.000 oficinas para corregir el sobredimensionamiento del sector” y la consiguiente reducción de sus recursos humanos. Escotet apuntó que el siguiente paso es el de la consagración de un mercado único de entidades financieras a nivel europeo, una posibilidad que están frenando países como Alemania o Italia, “cuyo sector bancario hizo peor los deberes que el español”, al igual que “políticas nacionales como la imposición patrimonial a la banca”.

En cuanto a los retos de la digitalización y la sostenibilidad, el presidente de Abanca resaltó la necesidad de estrechar la brecha existente en el ecosistema innovador entre Europa y los Estados Unidos, y apuntó que el sector bancario está preparado para aportar financiación y hacer el acompañamiento al tejido empresarial en ambos retos.

No obstante, el banquero destacó la importancia de que la Administración Pública acompañe de igual manera estos retos, no solo a través de su propia digitalización, sino también colaborando en la creación de un ecosistema favorable: “La credibilidad de las instituciones y la estabilidad de las reglas del juego es fundamental para afrontar estas transformaciones”.

Aprovechar las oportunidades

En línea con dos de los retos marcados por Flórez, el de la apuesta por actividades de mayor valor añadido y sectores estratégicos de alto potencial, Luis Gallego, CEO del Grupo IAG, señaló la posibilidad de que España lidere la producción del combustible sostenible de aviación (SAF), así como la necesidad de que la transformación climática no convierta la aviación en un producto “solo apto para ricos”.

Gallego que dirige el holding de aviación al que pertenecen compañías como Iberia, British Airways, Vueling o AerLingus, señaló la importancia de la descarbonización en su sector para el que ya hay un horizonte fijado con la utilización en 2030 de un 10% de combustible SAF hasta alcanzar la neutralidad climática en 2050. Unos objetivos de difícil cumplimiento, según explicó Gallego, por la falta actual de ese tipo de combustible, así como por la demora que experimentará la posible solución a futuro, que pasa por el avión de hidrógeno. Una tecnología que no espera que esté lista antes de 2035, y que conllevaría a posteriori la renovación del conjunto de la flota.

“Ahora que está tan de moda hablar de 'greenwashing', creo que deberíamos comenzar a hablar también de las greenwashing policies”, señaló Gallego sobre la dificultad de cumplir actuales mandatos a este respecto. El CEO del grupo IAG resaltó que, al igual que cada país mira por lo suyo, España debería hacerlo también y aprovechar sus potencialidades. “Podemos ser un perfecto productor de combustible SAF, y demanda hay”.

Que sea positivo para toda la sociedad

Por su parte, Mario Ruiz-Tagles, CEO de Iberdrola en España, resaltó que es fundamental que “la transición energética sea percibida como un bien satisfactorio para el conjunto de la sociedad”. De modo que la electrificación de la economía y la sociedad llegue hasta la casa más humilde: “Si se percibe que la transición es cara, no se va a considerar justa y el ciudadano la separará de sus intereses”, argumentó.

El sector de las energías renovables es, además, “un área extremadamente sensible” porque la sociedad demanda y quiere esas energías limpias, pero las comunidades en las que por ejemplo se instalan generadores eólicos “no los quieren ver”.

Un hecho que señaló también Juan Carlos Escotet, que llamó a dar “la batalla comunicativa“ en este sentido y puso como ejemplo la oposición existente a la instalación de la eólica marina en diferentes sectores de la comunidad gallega. Ruiz Tagles señaló que es importante la asociación con estas comunidades, “que no piensen que se coloca eso allí, se genera energía y se la llevan”.

El CEO de Iberdrola apuntó que para afrontar el hecho de la sostenibilidad es necesario fijarse más en el modelo americano. “Hay un exceso regulatorio en Europa. Es necesario apostar en mayor medida por una política de incentivos”, señaló. Una apreciación que compartieron sus compañeros de mesa.