Solo el 13% delitos informáticos acaba en juicio por la dificultad de hallar a los autores

El anonimato de la red, la tecnificación criminal y la transnacionalidad complican la identificación de los delincuentes | Galicia registra 21.000 ciberdelitos, pero solo 2.800 procesos judiciales

Miembro del equipo @ de la Guardia Civil especializado en ciberdellincuencia. |   // CARLOS PARDELLAS

Miembro del equipo @ de la Guardia Civil especializado en ciberdellincuencia. | // CARLOS PARDELLAS / Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Enferma, a unas semanas de fallecer a causa de un cáncer, Estela abandonó a hurtadillas la habitación que ocupaba en el hospital de A Coruña para subirse a un taxi y acudir a una oficina bancaria para realizar una transferencia de varios miles de euros a una cuenta bancaria y así ayudar a quien se hacía pasar por un enamorado, por alguien que captó su atención mediante mensajes enviados por bots y que cazó a una persona incauta. Cuando su familia se enteró del timo y de varios intentos de estafa más, trató de denunciar el caso ante la Policía, que le avanzó la dificultad de atrapar a los culpables. Y sin identificar a los responsables, el caso acaba archivado. De hecho, la avalancha de delitos informáticos de los últimos años no se traduce en una carga equivalente en los juzgados gallegos, pues casi nueve de cada diez de estas infracciones no acaba ante la justicia.

A lo largo del año pasado, se denunciaron en la comunidad 21.004 delitos informáticos, pero solo se incoaron 2.839 infracciones vinculadas a esta práctica delictiva, según los datos de criminalidad del Ministerio del Interior y la Memoria de la Fiscalía de Galicia. Se trata, por tanto, de una proporción del 13% de casos, aunque muchos procesos deriven de ejercicios anteriores.

El motivo de que el 87% de asuntos queden en nada deriva de que Policía y Guardia Civil solo remiten a los juzgados los hechos en los que existe un autor conocido. “Aquellas denuncias en que no está identificado, quedan en dependencias judiciales archivadas”, aclaran desde la Comandancia de la Guardia Civil de A Coruña.

Bizum

El manto de protección, anonimato y deslocalización que ofrece internet ampara a los delincuentes, que pueden cometer desde el extranjero estafas como las que el mes pasado denunciaron varios padres en Vigo, a los que llegaron mensajes para reclamar dinero mediante la plataforma Bizum. “Mamá, soy tu hijo, mándame 4.000 euros”, rezaba el mensaje de una mujer, que realizó la transferencia. “El dinero no me ha llegado, ¿puedes volvérmelo a enviar por otra aplicación?”, le escribieron de nuevo para lograr otra tajada igual.

“La investigación de los delitos informáticos es compleja y se prolonga en el tiempo, puesto que el rastro digital de estos ilícitos tiene distintos matices que la dificultan, como la transnacionalidad, el anonimato, la tecnificación de ciertos grupos criminales y la ausencia de jurisdicción penal común en la Unión Europea sobre cibercriminalidad”, apuntan desde la Guarda Civil.

Estos delitos resultan rentables, con poco dinero se puede crear una red de bots que ataquen con esas estafas de manera indiscriminada a miles de personas. Con un pequeño porcentaje de acierto, resulta un éxito. Las cifras evidencian el auge de este tipo de delitos, con prácticamente el doble de registros que en 2019. Entonces, se denunciaron 11.631 casos, que en 2021 ascendieron a 22.010 y el año pasado cayeron ligeramente hasta 21.004, según Interior.

Casi todos son estafas. En 2019, este tipo de delito sumó 9.999 casos de esos 11.631 totales, por 19.496 de 2021 y 18.547 del año pasado: 51 diarios. Esas cifras contrastan con los procedimientos abiertos en los juzgados de la comunidad, que el pasado ejercicio crecieron un 35% al pasar de 2.101 a 2.839, de los que 1.027 correspondieron a la provincia de Pontevedra, 1.561 a la de A Coruña, 141 a Lugo y 110 a Ourense, mostrando un gran desequilibrio entre la fachada atlántica y el interior de la comunidad.

En lo que sí coinciden ambas estadísticas es en la preponderancia de las estafas, que coparon 2.547 juicios, un 17% más que un año antes. Le siguen en la lista los 74 por amenazas y coacciones, los 71 delitos contra la libertad sexual a través de las tecnologías de la información, y los 38 de pornografía infantil.

Las sentencias resultan muchas menos, con apenas 263 el año pasado, según la Fiscalía de Galicia. Las condenas fueron 175 y las absoluciones, 88.

Las claves

1. El 87% de casos no acaba en juicios

En Galicia se denunciaron el año pasado 21.004 delitos informáticos, pero solo se celebraron 2.839 juicios de este tipo. El 87% se archiva.

2 Requisito: saber a quién acusar

Si no se identifica a un presunto culpable, el caso queda archivado y no se celebra juicio.

3 El año pasado hubo 175 condenas

Los juzgados dictaron el año pasado 263 sentencias por estos delitos: 175 fueron condenatorias.

“Algunas organizaciones han establecido en Galicia un red para captar mulas de dinero”

Galicia carece de grandes organizaciones dedicadas a la ciberdelincuencia, pero sí existen grupos que han establecido una pequeña red de “mulas de dinero”, es decir, de los encargados de captar el dinero estafado y enviarlo blanqueado al extranjero a las cuentas de sus jefes.

“No existen como tal organizaciones criminales asentadas en nuestra comunidad, pero se ha podido constatar que ciertas organizaciones criminales extranjeras han establecido en Galicia una estructura base de nivel bajo con captadores de “mulas de dinero” utilizadas para la comisión de ilícitos en otras partes del territorio nacional o extranjero”, apuntan desde la Comandancia de la Guardia Civil de A Coruña.

La existencia de múltiples perfiles de criminales y la transnacionalidad constituyen grandes obstáculos para hallar a los autores de estos delitos.

Además, la red es utilizada también con otros fines más allá del lucrarse económicamente. “Un ejemplo de esto son los ataques realizados por grupos denominados APT´s (Amenazas Persistentes Avanzadas), que en muchos casos son la máscara de estados que utilizan estos grupos por interés geopolítico. En otros casos, son grandes organizaciones criminales que han ampliado sus servicios al ciberespacio y que anteriormente utilizaban las TIC´s como medio para su actividad presencial, pero ahora ya han asumido que en la propia red tienen un mercado muy amplio para lucrarse económicamente de dicha actividad criminal”, añaden desde este cuerpo.

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