La venta de vivienda a extranjeros se duplica en 4 años en el refugio climático de Galicia

Inmobiliarias y vendedores reconocen en el clima un factor de peso para decantarse por la comunidad

La adquisición de casas por parte de no nativos subió un 25% en 2023 

Fallene y Kyle Wells, de Colorado, en Galicia.

Fallene y Kyle Wells, de Colorado, en Galicia.

Elena Ocampo

Elena Ocampo

El recuento de vecinos para estimar el coste de una obra colectiva en un pequeño núcleo rural de Curtis, A Coruña, desveló este verano una noticia aún al alcance de pocos residentes: había nuevos moradores en el municipio y nada menos que finlandeses, pero la barrera idiomática había propiciado (todavía) pocas conversaciones. Solo saludos a la velocidad del trote de sus paseos a caballo. Y fue en uno de esos primeros encuentros cuando se desveló su procedencia: la pareja nórdica adquirió una vivienda en Galicia tras vender una casa en el sur de la península, huyendo de las asfixiantes temperaturas. Una tendencia que se repite en más concellos gallegos, que han visto crecer sus padrones con apellidos foráneos (como Calderon en Oia; Wells en O Rosal y muchos ingleses en el interior de Pontevedra). El número de transacciones inmobiliarias también demuestra la tendencia in crescendo: de 126 viviendas vendidas a extranjeros en Galicia el primer trimestre de 2019, o 155 en ese mismo período de 2021 –año inmediatamente posterior a la pandemia–, el número prácticamente se duplicó en el arranque de 2023. Fueron 249 las viviendas vendidas a vecinos foráneos en Galicia en el primer trimestre de este año, según datos del número de transacciones inmobiliarias del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, lo que representa un aumento superior al 25% con respecto al mismo trimestre del año anterior. Y, con datos anuales totales, las que pasaron a manos de extranjeros el año pasado superaron el millar (1.030), mientras que en el año 2019 eran apenas 618.

Aunque este crecimiento aún no llega para posicionar a Galicia en los primeros puestos a nivel estatal –es novena en demanda extranjera– muy por detrás de Comunidad Valenciana, Cataluña y Andalucía, que siguen despuntando en este tipo de transacciones, expertos consultados perciben que el factor climático, sumado a la naturaleza y la calidad de vida, cristalizan en esta tendencia que atrae adeptos a Galicia. Y ya no solo para pasar unas vacaciones, sino para adquirir segunda residencia... o para jubilarse y convertir el paisaje verde y azul en parte de su retiro. Hay quien también vincula esta moda al escaparate que representa el Camino de Santiago.

El presidente de la Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin), Carlos Debasa,confirma el crecimiento. Es más, cree que cuando se actualicen los datos de este año, la cifra será más abultada. “Este año y en estos últimos meses, sobre todo, en las inmobiliarias ya intuímos, aunque nos falta el dato del INE o el Ministerio, que la situación está cambiando y vamos a escalar muchos puestos. Percibimos la mayor demanda de extranjeros de casas, tanto en la costa como en el interior: en las Rías Baixas, pero también en las Rías Altas o Costa da Morte; hasta en la Mariña de Lugo”, advierte. “Los precios de la vivienda en Galicia siguen siendo baratos para el ciudadano europeo, comparado con los precios en su lugar de origen. Eso, junto con el clima y la calidad de vida forman una combinación perfecta. Muchos vienen por jubilación, pero también por segundas residencias para verano”, completa. Ahí, Debasa hace una analogía con el trasvase hacia zonas más al norte de España que ya ocurre con en el turismo. “Viajeros tradicionales que iban al Mediterráneo o a Baleares, de procedencia alemana o inglesa, han decidido venirse a Galicia”, asegura. Aún así, “Rías Baixas y su parte sur como O Morrazo y Baiona, siguen siendo la zona estrella, aunque el interior también tiene tirón”.

Siguiendo con los datos oficiales, la provincia de A Coruña se posicionó a principios de 2023 como la que más ventas de casas realiza a foráneos, con 102, seguida de Pontevedra, con 66, Ourense con 42 y Lugo con 39. En todo el año 2022, en A Coruña se vendieron a extranjeros un total de 390 casas –más de una vivienda al día–, mientras que en Pontevedra fueron 280.

Una de las zonas que subió su padrón tras la pandemia fue el Baixo Miño. La alcaldesa de Oia, Cristina Correa, explica que esta semana llegó un italiano que ya ha anunciado que comprará fincas y una casa. “Desde la pandemia y postpandemia han llegado muchos matrimonios extranjeros a este municipio que vienen en búsqueda de vivienda”, indica. Son datos que han quedado reflejados en el registro municipal. “Entre las últimas incorporaciones, también una familia de Alemania. Se ha creado una comunidad internacional ”, comenta Correa. En muchos casos, la privacidad es una de las características que más valoran, lo que complica su contacto.

“Desde la pandemia, el movimiento inmobiliario y del censo es muy bueno”

Jorge Cubela

— Alcalde de Cotobade

Opinión similar confirma el alcalde de Cotobade, Jorge Cubela. “Se acaban de vender dos casas a ingleses; una de turismo rural que quieren volver a poner en funcionamiento y otra familia que vino con niños”, asegura. “Desde la pandemia, el movimiento inmobiliario, que se traduce en el censo, es increíble”, completa el regidor. Cotobade es otro de los municipios del interior gallego que se beneficia de la proximidad a Pontevedra y a importantes vías de comunicación gallegas. “También estamos recibiendo a muchos matrimonios catalanes, personas jubiladas que compran aquí para su retiro. Se me viene a la cabeza unos que vivieron en Cartagena pero son de Pontevedra y compraron para volverse. También personas del Valle de Arán y una familia de Burgos”. Influye, según Cubela, la eliminación del impuesto municipal a las construcciones y reformas, ya que muchas casas a la venta son para rehabilitar.

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“Este año, ha predominado la inversión en el mercado inmobiliario de Galicia de turistas del exterior, pero también del centro y sur de España. Cada vez los extranjeros se interesan más por invertir en Galicia, atraídos por la calidad de vida que, ellos mismos nos comentan, encuentran en esta tierra. Ingleses, canadienses, holandeses, alemanes, estadounidenses, franceses, suizos, belgas, portugueses, latinoamericanos”, enumera la representante de Agalin en la provincia de Pontevedra, Cristina Feito, que regenta la inmobiliaria Grupo Gordon ubicada en Sanxenxo desde hace 17 años. “Es muy característica su visita y también muy concreta: están los que buscan su sitio en lugares costeros, y los que buscan el rural, la zona tranquila donde la vida en plena naturaleza les apasiona”, matiza. También asegura que han tenido recientemente inversores ingleses –de profesión bibliotecarios–, que compraron en Borela, una pequeña parroquia al sur de Cotobade y también profesores de habla inglesa que se retiraron en nuestro rural. “Se sumaron clientes de Alemania que buscando las puestas de sol, invirtieron por la zona de Aios, para disfrutar de A Lanzada”, prosigue Cristina Feito que, el mismo día de esta entrevista cerraba una venta con clientes residentes en Estados Unidos, “cautivados por los placeres que descubrieron en O Grove para de su próximo retiro”. “Y no faltan los inversores que se acercan desde el sur de España, buscando el alivio que esta zona nos regala, desde Alicante, Murcia, Toledo. Llegan agobiados por el clima que sufren, por las altas temperaturas…”, detalla.

Y entre todo el background de esta inmobiliaria, una curiosidad: la ciudad de Pontevedra es muy demandada por turistas que llegan de Barcelona “buscando tranquilidad, estabilidad y bienestar”. 

Una viguesa con doble nacionalidad sirve de enlace con “medio centenar” de vecinos de EE UU que ya compraron casa en Galicia

“Estamos contentos y relajados con nuestra nueva vida de ritmo más lento. No podríamos estar más felices con toda la gente que hemos conocido, y emocionados por las experiencias que tenemos aquí”, explican en inglés desde su nueva casa rehabilitada en O Rosal la pareja Wells, que ha elegido Galicia como destino para retirarse. Tras dedicarse durante años a sus negocios en EE UU, acordaron –una década más pronto de lo que en España lo hacen la mayoría– cambiar de vida. Una foto de grupo mientras participan en una cata de vinos en el monasterio de Oia, como seis vecinos más de la zona, muestra a los norteamericanos Gail y Paul, que llegaron de California y a los citados Fallene y Kyle, de Colorado. Ambas parejas adquirieron casa en Baixo Miño –los primeros una finca en Oia y los segundos en O Rosal– y las han reformado como residencia. Se han sumado a una línea abierta por la pionera del grupo, también de EE UU, Tanya Valdes que “compró la casa, la reformó e hizo su vivienda en la parte de arriba, para dar alojamiento a peregrinos en el piso inferior”. Así lo comenta el nexo real entre esta ola de norteamericanos que ya residen en Galicia y que no es otra que una viguesa con doble nacionalidad: Jéssica López Estévez.

Wells: “Contentos con esta vida más lenta”

Tras pasar 16 años de su vida trabajando y viviendo en California, a donde llegó como turista pero sin billete de vuelta, esta gallega se ha convertido en intérprete, enlace y pegamento social de muchos: es decir, en relaciones públicas para extranjeros que llegan a Galicia. “Cuando volví a España hace 6 años, me vine a vivir a Oia y tomé la decisión de crear un servicio para cubrir las necesidades de esta creciente demanda de personas de todas las nacionalidades, pero me he centrado más en norteamericanos en Galicia porque me identifico mucho con ellos”, explica. “La comunidad de EE UU en Oia es muy grande y ha cambiado desde un perfil de personas jubiladas a más jóvenes”, añade Jéssica.

 “El fenómeno que vemos de tantos extranjeros en zonas como esta, tan poco turísticas a nivel convencional, entiendo que es una mezcla de la búsqueda de lugares más aislados, con naturaleza y tranquilos, además del factor del clima y el coste de vida”, completa. “Es una nueva oleada que se está acentuando cada año, después del COVID”, reflexiona.

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