Galicia blinda por ley la lucha contra el cambio climático

Impulsa una norma para orientar las políticas que permitan reducir un 57% las emisiones hasta 2030

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Galicia dará rango legal a sus compromisos de reducción de emisiones de gases contaminantes y lucha contra el cambio climático. La Xunta aprobó ayer el borrador de anteproyecto de Lei do Clima, que se abrirá a las aportaciones públicas durante un mes a partir de hoy. La norma pretende establecer las guías de las políticas públicas para lograr varias metas, como la disminución de un 57% de las emisiones hasta 2030 y establecer 2050 como fecha en que la comunidad alcanzará la neutralidad climática, es decir, que compensará sus emisiones con la captura de CO2 y otros gases. Ambos compromisos ya habían sido anunciados a lo largo del año pasado.

“Queremos que las acciones vinculadas al clima sean un eje prioritario en todas las políticas de la Xunta”, defendió Alfonso Rueda, presidente del Ejecutivo, durante la rueda de prensa posterior al Consello en la que se aprobó el borrador legal, que hoy se abre a exposición pública.

“Darle rango legal” a esos compromisos supone transformar sus principios en una “obligación vinculante”, según la Xunta, si bien está por ver si se fija algún tipo de sanción para el incumplimiento de unas medidas que, según avanzó Rueda, afectarán no solo a las administraciones públicas, sino también a las empresas.

La norma se apoyará en tres instrumentos: la estrategia gallega contra el cambio climático, aprobada en 2019; los planes de acción para el clima y la energía sostenible, que obligan a los concellos de más de 20.000 habitantes; y los presupuestos de carbono, “instrumentos quinquenales que fijan los límites totales de emisiones de gases de efecto invernadero en Galicia” y que contribuirán a orientar las políticas públicas. En todo caso, los límites de emisiones para las grandes empresas están regulados a nivel estatal.

Un comité asesor

La ley contempla la creación de un nuevo centro de conocimiento adscrito a la Vicepresidencia Segunda y Consellería de Medio Ambiente, así como una comisión interdepartamental en la Xunta y un consejo asesor de expertos. También regulará por la Alianza por el clima “para alcanzar el compromiso de todos los agentes que operan en Galicia con el clima”.

Además, incluirá cláusulas en los contratos públicos para primar las prácticas sostenibles.

Rueda defendió el compromiso de la Xunta con la lucha contra el cambio climático. “Galicia es la segunda comunidad autónoma que más redujo las emisiones de efecto invernadero desde 1990”, apuntó sobre una disminución del 34%. Además, indicó que gracias a su gran masa forestal se trata del territorio del Estado con “mayor capacidad de absorción de CO2”.

El Sergas quiere disminuir los gases que emite en 46.500 toneladas al año esta década

“Será el equivalente a plantar más de un millón de árboles”. Con esta comparación ilustró ayer Rueda los objetivos de la estrategia de economía circular que pondrá en marcha ya este año el Servizo Galego de Saúde (Sergas) para reducir sus emisiones de gases contaminantes en 46.500 toneladas al año durante lo que resta de década. “El objetivo es reducir el impacto en el medio ambiente de una actividad sanitaria 24 horas al día los 365 días del año, que genera una contaminación que hay que minimizar”, reconoció. La circularidad económica pretende fomentar el reciclaje, el consumo de productos de cercanía y limitar al máximo los residuos. Esa filosofía se aplicará a la actividad sanitaria. Buscarán limitar el uso de combustibles fósiles, mediante la construcción con materiales más sostenibles que limiten las fugas energéticas y el empleo de biomasa; también se aplicará una política para rebajar el uso de papel y plástico, así como se tratará de buscar soluciones novedosas en el mercado para mejorar determinados procesos, caso de las medidas aplicadas para mejorar las emisiones de gases causados por las anestesias empleadas en las operaciones. El Sergas también involucrará a personal, pacientes y familiares para lograr un “consumo responsable”.