Casi 90.000 familias se protegen del bum del alquiler en pisos cedidos por parientes

Los gallegos que residen en este tipo de viviendas repuntan un 19% el año pasado | Son 14.250 más que en 2021 | Las inmobiliarias apuntan a la falta de oferta de larga duración

Un joven consulta los anuncios de una inmobiliaria de Pontevedra

Un joven consulta los anuncios de una inmobiliaria de Pontevedra / Rafa Vázquez

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

El año pasado, Marlene logró un trabajo temporal en una empresa situada en el polígono empresarial de Sabón, en el concello coruñés de Arteixo. Los astros se alinearon en ese golpe de suerte tras mucho tiempo tratando de conseguir un empleo, pues el piso que sus padres habían estado alquilando a unos kilómetros de ese parque industrial había quedado vacío. De esa forma, los meses que pasó en esa firma pudo residir en esa vivienda familiar y ahorrarse el abono de un arrendamiento. Situaciones como esta permiten a casi 90.000 hogares en Galicia no pagar alquiler o hipoteca gracias a inmuebles cedidos de manera gratuita por sus parientes.

Esta posibilidad siempre constituye un alivio, pero se convierte en un escudo protector ahora ante el encarecimiento de los arrendamientos, que pasaron de 364 euros de media en Galicia en 2014 a 474 en la actualidad –récord histórico–, y de las hipotecas, derivado de las seis subidas continuadas de los tipos de interés desde el año pasado para combatir la inflación.

Solo 3.000 en el mercado

A ello se une la apuesta de los multipropietarios por las viviendas turísticas, que están reduciendo la oferta disponible de pisos en alquiler. En estos momentos, la oferta disponible está ya por debajo de las 3.000 viviendas, según la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). Mientras, los pisos turísticos solo en las siete ciudades ya superan ese dato, con 3.300.

Ante este panorama, el incremento de hogares en pisos cedidos “es un proceso lógico”, expone Carlos Debasa, presidente de la Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin). “Es achacable principalmente a la ausencia de vivienda en alquiler de larga duracion. El factor subida de tipos de interés o por precios de vivienda en venta también puede influir, pero en mucha menor medida. Es la ausencia casi total de vivienda en alquiler de larga duración la que está haciendo que proliferen este tipo de tendencias, así como otras de coliving o similares”, añade el presidente de Agalin.

En su opinión, estas tendencias “irán en aumento hasta que no se corrija el problema de la ausencia de oferta de alquiler de larga duración”.

Las familias que disfrutan de una vivienda cedida de forma gratuita repuntaron el año pasado un 19%, al pasar del 6,9% de 2021 al 8,2%, casi el mismo porcentaje que durante el año de la pandemia, según la última actualización de datos elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En términos globales, se trata de 14.250 beneficiarios más de este préstamo, que permite no pagar el alquiler y ahorrar bien para elevar el nivel de vida, bien para plantearse tener hijos, bien para ahorrar con la vista puesta en la adquisición de otro inmueble en mejores condiciones o localización. Si en 2021 eran 75.600 las familias en esta situación, ahora rozan las 90.000.

Aun así, los porcentajes aún no alcanzan los dos dígitos que se lograron en 2017, 2018 y 2019, cuando se llegó a 10,7%, 12,8% y 11%, respectivamente.

Cuarta comunidad

En términos comparativos, Galicia es la cuarta comunidad con mayor porcentaje de estos casos, tras el 10% que reflejan Canarias y Extremadura y el 8,4% de Murcia. La medida estatal, de acuerdo con el INE, es del 6,1%, una décima por debajo de 2021.

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El COVID cambió la vida de Mateo –nombre ficticio porque el protagonista quiere mantener el anonimato–. Durante la pandemia contrajo el coronavirus y tuvo que recluirse en la casa a medio hacer que sus padres poseen en la parroquia viguesa de Coruxo y cuya función era la de residencia vacacional. “Me fui para pasar solo la cuarentena y al final me quedé”, explica sobre la oportunidad para emanciparse a los 33 años y poder vivir con su pareja. “Tal como están los alquileres en Vigo, nos estamos ahorrando 600 euros al mes, que puede costar un piso normalito”, calcula.

El encarecimiento de los arrendamientos en Vigo y la falta de un dinero de entrada para lanzarse a comprar una vivienda impidieron a Mateo y su pareja residir juntos. Hasta 2020, residía con sus padres. “Mi casa ahora era un lugar vacacional que estaba vacío cuando no era verano”, comenta sobre un inmueble situado en una zona donde los alquileres estacionales “pueden llegar a 100 euros diarios en un Airbnb”, por lo que la oferta de arrendamiento residencial durante todo el año es limitada, añade Mateo.

Él y su pareja están empleando el ahorro generado por la cesión gratuita de esta vivienda para plantearse un cambio futuro. “A corto plazo, nuestro plan es quedarnos aquí y poder ahorrar para poder comprar un piso en un futuro no muy lejano”, traza Mateo. De momento, todo son ventajas. “Tanto mi pareja como yo tenemos coche y en 15 minutos estamos en nuestros puestos de trabajo en el centro, así que la localización también nos viene bien”, detalla.

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