Envejecimiento y soledad elevan el envío de comida diaria a cifras récord: 2.000 personas

Los usuarios de Xantar na Casa crecen un 34% desde antes del COVID. Los beneficiarios aportan un tope de 1,76 euros diarios

Una persona entrega los menús semanales a un usuario.   | // FDV

Una persona entrega los menús semanales a un usuario. | // FDV / Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

El envejecimiento poblacional en Galicia y el incremento de soledad no deseada entre mayores que se quedan viudos o viudas sin familia que pueda estar pendiente de ellos a diario generan en ocasiones dramas como una mala alimentación cotidiana por parte de una franja de gallegos que se asoman a la última fase de su vida. Estas circunstancias han contribuido a incrementar la demanda del servicio de comida a domicilio subvencionada Xantar na Casa, que llega ya al máximo en su historia: 2.000 ciudadanos, que suponen 14.000 menús semanales.

A finales de 2019, la Consellería de Política Social licitó el contrato para prestar el citado servicio de “telecomida” para mayores con algún grado de dependencia o situación de exclusión social por 8 millones de euros, incrementando la inversión pública un 33% para así cubrir hasta un máximo de 2.000 personas diarias. Entonces, la cifra de beneficiarios era de 1.490. Poco más de tres años después, se ha alcanzado ese objetivo, según confirman fuentes del departamento dirigido por Fabiola García.

Se trata de un incremento de usuarios del 34% desde noviembre de 2019 en una sociedad como la gallega, en la que en la actualidad uno de cada cuatro ciudadanos tiene 65 o más años y en la que los hogares unipersonales nunca habían sido tantos: 290.000, según el Instituto Nacional de Estadística.

Xantar na Casa consiste en un sistema de atención a mayores de 60 años con autonomía limitada en sus tareas domésticas, pero también en situación de exclusión social o incluso en casos de soledad no deseada que pueda poner en peligro su alimentación, pues muchos mayores desatienden su dieta o su toma de medicamentos debido a su abulia o tristeza por carecer de acompañamiento en su hogar. Quienes cumplen estos requisitos y viven en alguno de los 195 concellos adheridos a este sistema del Consorcio Galego do Benestar, en el que figuran 280 municipios, pueden solicitar que les llegue cada día un táper con un menú diario.

Cada comida diaria cuesta 6,6 euros, de los que el Consorcio, dependiente de Política Social, aporta 3,08, mientras que 1,76 los paga el ayuntamiento y otros 1,76, el usuario, si bien en algún caso estos pueden estar exentos del copago.

La concesionaria ofrece a cada usuario bandejas con primer plato, segundo y postre, así como instrucciones para su correcta conservación y tratamiento. Cada semana deben contar con pescado tres días y carne, otros cuatro.

Además, los repartidores de estas comidas deben también “detectar distintas problemáticas sociales”, como malnutrición, problemas médicos, riesgo de desahucio, deterioro cognitivo, etc, según consta en el propio pliego del contrato. Su información es derivada a los servicios sociales municipales en caso de que exista alguna de esas problemáticas.

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