Mamá, ¿quiero ser artista?

Las escuelas de arte y superiores de diseño se reivindican frente al desconocimiento y defienden la nueva ley que las ampara en la feria Innovart, que visitan 4.000 alumnos

Taller de restauración en InnovArt.

Taller de restauración en InnovArt. / Xoán Álvarez

Carmen Villar

Carmen Villar

Aunque son las protagonistas del proyecto de ley que regula las enseñanzas artísticas superiores y define la organización y equivalencias de las enseñanzas artísticas profesionales, aprobado por el Consejo de Ministros el martes, contestado desde las facultades de Bellas Artes, desde el Consejo de Universidades, o ayer mismo desde la CRUE, estos estudios se sienten unos grandes “desconocidos para el gran público”. Es un diagnóstico en el que coinciden, con mínimas variaciones, profesores y directivos de las escuelas de arte y superiores de diseño de Galicia, de su Conservatorio Profesional de Danza o de la Escola Superior de Conservación e Restauración de Bens Culturais de Galicia.

La directora de este centro pontevedrés, Carmen Lorenzo, lo explica: “Todo el mundo sabe qué es la universidad y qué es FP y nosotros no somos ni unos ni otros, pero somos equivalentes a todos los efectos a grados universitarios. Tenemos el mismo nivel, pero estamos fuera de la universidad y eso genera confusión”. Falta “visibilidad”, sentencia.

Mamá, ¿quiero ser artista?

Exhibición de danza. / Xoán Álvarez

Al menos hasta ayer, porque arrancó en Santiago InnovArt, la primera feria de enseñanzas artísticas, de idiomas y deportivas de Galicia para que el alumnado más joven conozca de primera mano, como alegaba ayer el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, “el potencial académico” y las “salidas profesionales” de estos estudios, que haberlas haylas, como destacaba ayer Elisa González Penas, vicedirectora de la EASD Mestre Mateo, de Santiago, quien aduce “un índice de inserción bastante elevado”.

Unos 4.000 alumnos, con cifras aportadas por la Xunta, se acercaron entre ayer y hoy a la Cidade da Cultura a este escaparate que permite a 550 estudiantes de 23 centros con 200 profesores exhibir su día a día a través de 400 actividades, desde talleres de restauración, caso del coordinado por la escuela de Pontevedra, a espectáculos, como los ofrecidos desde el Conservatorio Profesional de Danza de Lugo.

Cristina Lata, directora de este centro lucense, el único en su modalidad para la danza en Galicia, ve en la ocasión una “oportunidad única como escaparate para mostrar el trabajo del alumnado”. “Es muy importante para nosotros darle difusión a la danza, que es el arte escénica menos visible”, destaca. Ayer, sin embargo, a los ejemplos de clases protagonizadas por su alumnado y a la exhibición de su repertorio no le faltó público. Tampoco al stand de Fotografía de la EASD Mestre Mateo, de Santiago, una de las cuatro escuelas de arte y superiores de diseño de Galicia, que compartió el éxito general, entre ellos el del obradoiro de caligrafía china de la escuela oficial de idiomas de Vigo o la vela del CIFP Fontecarmoa.

Talleres y exhibiciones en InnovArt, ayer, en el Gaiás: arriba, vela; a la izda., restauración, y abajo, danza. |   // XOÁN ÁLVAREZ

Exhibición en InnovArt, ayer, en el Gaiás, de vela. / Xoán Álvarez

Difusión

“Se trata de acercar estos estudios de primera mano a la población. Valoramos si ofrecer talleres para los más pequeños y nos decidimos a hacerlos para que sepan desde niños que estamos ahí y que es otra salida muy interesante”, argumenta la vicedirectora de Mestre Mateo. Un profesor de Lugo incide en la misma idea: “Hay un desconocimiento general de lo que son las enseñanzas artísticas”, sostiene, y defiende garantizar la difusión entre la comunidad educativa con eventos así para que conste entre sus opciones futuras.

No obstante, desde que el Ministerio de Educación anunció una regulación de estas enseñanzas, estos estudios han recibido mucha atención desde la universidad. De hecho, casi al mismo tiempo que la feria se inauguraba en Santiago, la CRUE hacía público un comunicado para reprochar que el proyecto de ley del Gobierno no recoge para estas titulaciones la exigencia de las mismas garantías que las requeridas para la oferta de titulaciones del sistema universitario”, diferencia que no considera “aceptable”.

Frente a ello, desde las escuelas de arte y superiores de diseño, la Escola de Conservación o Restauración o de la de Danza, reivindican su territorio. Las titulaciones que ofrecen en campos como Diseño de Moda o de Producto o el grado de Restauración, entre otras, ya tienen el mismo reconocimiento que los grados universitarios, explica González Penas y comparte Carmen Lorenzo: “Somos igual que la universidad, pero fuera de la universidad”. En ese sentido, la nueva normativa no introduce cambios. “No se cambia el nivel de estudios, no éramos antes menos de grado, sino que nos dan un marco legislativo del que carecíamos”, enfatiza la directora de la Escola de Restauración. “El problema”, reconoce, se daba a veces para los alumnos, que tenían que ir “prácticamente con el DOG bajo el brazo para mostrar que los estudios son equivalentes a todos los efectos a los de grado universitario”.

Un marco legislativo propio y "necesario", pero...

“La nueva ley lo que hace es darnos un marco legislativo propio, pero desde mi punto de vista con ella no somos más competencia de la universidad de lo que ya éramos y el nivel de estudios es el mismo”, subraya Lorenzo. Lo mismo sostiene González Penas y añade, en relación a las quejas desde las facultades de Bellas Artes: “Somos diferentes, cada uno tiene su orientación. Las enseñanzas artísticas superiores existen desde hace años y no es algo nuevo; si acaso la ley nos da un espacio más claro, más evidente. Pero pienso que hay espacio para todos”. Otro profesor suscribe el comentario: “No son incompatibles”. “Las leyes definen muy claramente qué tipo de estudios deben ir a escuelas y cuáles a universidades. Si hay cierta colisión de intereses, hay sitio para todos”, apunta otra profesora de Fotografía.

En general, desde estas instituciones que dependen de la Consellería de Educación, se ve la nueva ley “necesaria” porque la previa era obsoleta. “Hacía mucha falta, aunque hay puntos discutibles”, apunta la misma docente. Entre las “ambigüedades” que “preocupan” a más a compañeros y a directivos estaría la separación de estudios de grado de los profesionales, que ahora conviven en Galicia. No saben si llegaría al punto de separar infraestructuras. En la comunidad, grados y ciclos comparten centros y “se retroalimentan”, explican dos profesores, y la pretensión es seguir así. Uno de ellos advierte que separarlos podría conllevar dificultades incluso para su supervivencia por matrícula.

Entrenador de vela o baloncesto: de la afición a la profesión

En los conservatorios de Música y de Danza y las escuelas de Arte y Superiores de Diseño, Arte Dramático y Conservación y Restauración de Bienes Culturales dependientes de la Xunta se forman unos seis mil alumnos. Esos centros son los afectados por la nueva regulación de enseñanzas artísticas a la que dio luz verde esta semana el Consejo de Ministros, pero no son los únicos invitados a InnovArt: en los más de 4.000 metros cuadrados disponibles en la Cidade da Cultura hay sitio para las enseñanzas de idiomas, donde constan este curso, con datos provisionales, más de 21.800 inscritos, representadas por cuatro escuelas oficiales, entre ellas Vigo, y para las enseñanzas deportivas dependientes de la Consellería, por ejemplo el CIFP Fontecarmoa, de Vilagarcía de Arousa, donde se imparten los ciclos medios de Baloncesto y de Vela con Aparejo Fijo. Iván Villar, profesor de Baloncesto, título único en Galicia, comparte que existe “un desconocimiento en general por parte del alumnado de la opción de enseñanzas deportivas” aunque en el Gaiás la embarcación no pasó desapercibida. Los jóvenes que se anoten se formarán como monitores y entrenadores. “Enseñamos a enseñar”, recalca Villar, para quien a veces estas opciones resultan “motivadoras” para los jóvenes y una “puerta nueva” a experiencias que incluyen, resalta, la “estrella” de su centro, un programa Erasmus que les ha permitido enviar a alumnos a Grecia o a Alemania. “Convierte tu afición en tu profesión”, animan desde su folleto.

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