Los bares pierden el 10% de sus máquinas de apuestas tras la pandemia de COVID

Las terminales en locales de hostelería son 2.859. El confinamiento y la crisis de precios se llevó por delante 1.116 negocios

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Confinamiento durante tres meses, restricciones como el uso de la mascarilla y las reducciones de aforo, miedo a contagios de COVID-19 y crisis económica familiar se llevaron por delante en Galicia un total de 1.116 bares y cafeterías, pasando de los 14.228 de 2019, el último año antes de la aparición de la pandemia de SARS-CoV-2, a los 13.824 de 2020 y los 13.112 del año pasado. En este contexto, el sector del juego sufrió un ajuste que afecta a una de sus banderas: las apuestas deportivas. Desde la irrupción del coronavirus, los locales de hostelería de la comunidad perdieron una de cada diez de estas terminales.

En 2019, bares y cafeterías contaban con 3.208 máquinas para apostar en competiciones deportivas, si bien ahora no están limitadas a estos eventos, de las 3.905 instaladas en la comunidad, pues también se explotan en tiendas de apuestas, salones de juego e incluso bingos. En la actualidad, la cifra total es de 3.705 en Galicia, según los datos de la Vicepresidencia Segunda de la Xunta. De esa cantidad, 2.859 corresponden a los dispositivos en negocios hosteleros, lo que supone casi un 11% menos que hace dos años. Son 349 máquinas menos.

La pandemia golpea así una actividad que la Xunta reguló en 2012 y que permitió explotar comercialmente a partir del año siguiente, cuando concedió las primeras licencias. En un primer momento, fijó en 2.000 el límite de máquinas que las empresas del juego podrían instalar en bares y cafeterías, aunque tres años después, a demanda de estas, incrementó el límite a 3.600.

El impacto de estas nuevas modalidades de juegos de azar inquietan a la sociedad. En Galicia, unos 25.000 adolescentes han experimentado de primera mano alguna vez con las apuestas y unos 7.000 ya casi lo tienen como un hábito, ya que juegan dinero al menos una vez al mes, según un estudio de la Universidade de Santiago dirigido por el profesor Antonio Rial Boubeta.

Las apuestas todavía están lejos de las cifras que suponen el juego público (Lotería Nacional) en la tarta del azar, pero “mueven” 113 millones de euros, según las cifras de la Dirección General de Ordenación del Juego de dinero jugado el año pasado. El dato supone un repunte respecto a los 98,5 de un 2020 marcado por la pandemia y el confinamiento, pero lejos del pico alcanzado en el año 2019 con 155 millones.

El negocio de las apuestas se verá afectado por la nueva Lei do Xogo, aunque algunos de sus aspectos requieren desarrollo normativo. En 2025, los locales de hostelería deberán disponer de un mando a distancia para activar las máquinas de apuestas, de manera similar a como se desbloquean los dispensadores de tabaco.

La medida pretende evitar que los menores de edad apuesten, algo prohibido en la comunidad. A pesar de ello, ese requisito sufrió varios vaivenes en el texto impulsado por la Xunta del PP, que primero la propuso y luego la borró. La presión de expertos y asociaciones de padres y de lucha contra la ludopatía forzó su inclusión en la norma y su extensión a las conocidas como tragaperras, pero la última versión del texto “salvó” a estas últimas.

Los nuevos negocios de apuestas, casinos o salas de juego deberán guardar una distancia de 300 metros de centros educativos o de rehabilitación de ludopatía, así como de otros establecimientos del mismo sector. En el año 2019, la Xunta vetó la apertura de nuevos negocios de este tipo. La comunidad cuenta con 33 tiendas de apuestas, 114 salones de juego, dos casinos y una sala adicional y 10 bingos.

Suscríbete para seguir leyendo