El gasto en juego crece un 20%, pero no alcanza aún las cifras prepandemia

Los gallegos destinaron 785 millones al azar. El último año antes del COVID rozaron los 848

Un ciudadano consulta una máquina de apuestas. |   // IÑAKI ABELLA

Un ciudadano consulta una máquina de apuestas. | // IÑAKI ABELLA / Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

El juego del azar parece inmune a la crisis en sus grandes cifras, pues experimentó un crecimiento el año pasado del 20%. Los gallegos se gastaron en loterías, apuestas deportivas, cupones de la ONCE o bingos algo más de 785 millones de euros, lo que supone 133,5 más que el año anterior, un 2020 marcado por la irrupción de la pandemia de COVID-19. A pesar de este repunte, las cifras siguen lejos de los casi 848 millones que los ciudadanos de la comunidad desembolsaron en 2019, último año previo a la aparición del SARS-CoV-2. Está, por tanto, 62,4 millones por detrás.

La tendencia estatal, sin embargo, es diferente y el año pasado marcó un nuevo récord en el dinero apostado a juegos de azar, gracias principalmente a la modalidad online. Si en 2019, los españoles gastaron 53.373 millones en este negocio, un año después la cifra fue de 53.090 y el año pasado se disparó a 80.941. Más de un tercio corresponde al juego a través de internet: 27.737. Estas cifras no están territorializadas.

El balance de 2021 de la Dirección General de Ordenación del Juego, que excluye el dinero destinado a las máquinas B (conocidas como “tragaperras”), refleja un aumento generalizado de las cantidades apostadas en la comunidad, con el sector estatal como gran beneficiado de este sector. De los 785 millones apostados, casi 545 correspondieron a las diferentes modalidades de apuestas estatales, como la Quiniela o la Lotería. Representan el 70% de la tarta. No desglosa, por cierto, el dinero perdido por los apostantes.

Ese dato representa prácticamente 100 millones más que en 2019 y es la única modalidad de juego que no solo recupera los niveles prepandémicos, sino que los supera, pues en 2019 el montante de estas apuestas estatales alcanzó los 540 millones en la comunidad.

Las apuestas deportivas siguen a distancia al azar dependiente de la administración en cuanto a cantidades jugadas, con 113 millones, frente a los 98,5 de 2020, pero lejos del pico alcanzado en 2019 con 155 millones. Galicia reguló esta modalidad de apuestas en 2012 y un año más tarde se instalaron las primeras terminales, que en su gran mayoría se encuentran situadas en locales de hostelería, que suman 2.961, frente a las 546 de salones de juego y 228 de tiendas de apuestas específicas.

Es otra modalidad de juego privado el que sigue en la clasificación a esas apuestas. Se trata del juego impulsado por la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE), a cuyos cupones y productos como “rasca y gana” destinaron los gallegos el año pasado 96,6 millones, 26 más que el año de la pandemia, pero 3 menos que en 2019.

Es el sector del bingo el que cifras más bajas presenta, con 31 millones jugados, por 28 de 2020 y 53 de 2019.

El aumento de menores que usan las nuevas tecnologías para apostar, vulnerando así la ley, o que abusan de videojuegos que incluyen micropagos para mejorar su aventura digital ha generado preocupación social y una necesidad de una nueva regulación. De hecho, 10.000 adolescentes de 12 a 17 años reconocen apostar dinero de forma habitual, según un estudio dirigido por Antonio Rial Boubeta, profesor en la Universidade de Santiago.

La Xunta lanzó en 2018 la reforma de la Lei do Xogo, que data de 1985, pero cuatro años después sigue en el cajón, tras varias modificaciones en sus diferentes borradores. De momento, no existe plazo para aprobarla.

Las últimas versiones imponían a bares y cafeterías un sistema de activado a distancia de las terminales de apuestas, pero también abrían la puerta a poder apostar online en esos locales.

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