El fuego dio este jueves un respiro, al menos en los dos mayores incendios iniciados la madrugada del pasado viernes tras la tormenta eléctrica, que también se han convertido en los dos más grandes de la historia de Galicia. Los servicios de extinción lograron contener el avance de las llamas y desde la noche del pasado miércoles la superficie afectada no ha variado, quedando en 10.500 hectáreas la extensión calcinada del incendio de Carballeda de Valdeorras (Ourense) y en 10.000 el frente único de Folgoso do Courel (Lugo) tras unirse cuatro focos. Por contra, sí continuó la propagación en el fuego de Vilariño de Conso, que consumió 1.200 hectáreas para alcanzar las 5.200 y el de Videferre en Oímbra, que pasó de 350 a 600 hectáreas. Estos dos últimos entraron en Galicia procedentes de Portugal.

Tras consumir 10.000 hectáreas el miércoles, en lo que fue la peor jornada desde que se desató la actual de ola de incendios, ayer apenas sumaron en total 1.500 más para acercarse a las 32.000 desde que se inició la ola como consecuencia de la tormenta eléctrica de la pasada semana con sus 6.000 rayos caídos sobre Galicia en poco más de cuatro horas.

Los medios desplegados en los dos fuegos de mayores dimensiones son ingentes. En el de Valdeorras participaron 9 técnicos, 72 agentes forestales, 134 brigadas, 63 motobombas, 5 palas, 12 aviones, 13 helicópteros y la Unidad Militar de Emergencias (UME), mientras que en el de Folgoso do Courel luchan por extinguirlo 19 técnicos, 168 agentes forestales, 268 brigadas, 142 motobombas, 13 excavadoras, 1 unidad técnica de apoyo, 20 aviones, 26 helicópteros y efectivos de la UME. Los trabajos se centraban en “dos puntos concretos en la parte alta” de la Serra do Courel que presentaban más complicación. El principal problema, aparte de las llamas, es que son zonas de muy difícil acceso, con una de las orografías más abruptas de Galicia.

En ambos casos, en O Courel y en Valdeorras, no obstante, el fuego seguía sin control, pero al menos las llamas no escapaban del perímetro, en el que se afanaban los servicios de extinción para asegurarlo.

En Folgoso seguía a última hora de este jueves activo otro incendio que tampoco desbordó el perímetro y la superficie afectada no se movió de las 1.100 hectáreas que había consumido hasta el miércoles.

El que sí siguió avanzando fue el de Vilariño de Conso hasta las 5.200 hectáreas, lo que supuso un millar de hectáreas más que 12 horas antes. Este gran incendio forestal ataca al Parque Natural de O Invernadeiro, si bien la Consellería do Medio Rural se limita a apuntar en su información que el fuego “afecta” a ese paraje, sin aclarar cuál es la superficie arrasada dentro del parque. El hecho es que, con base en datos de la Xunta, el parque natural cuenta con 5.722 hectáreas, un lugar de gran importancia ecológica en Galicia tanto por la singularidad de sus ecosistemas como por su morfología y paisaje.

Lenta regeneración

El catedrático de Producción Vegetal del Campus de Terra de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) Antonio Rigueiro explicó a EFE que en O Courel se está quemando “un espacio natural emblemático en Galicia”, que tardará “siglos” en recuperarse en el caso de los bosques, aunque el monte raso podría regenerarse en un tiempo de “tres a cinco años”.

Rigueiro precisó que el incendio está afectando a un espacio con unos “valores excepcionales”, un territorio que es “Reserva de la Biosfera y que ha sido declarado Geoparque por la Unesco”, por lo que “está ardiendo algo muy singular de Galicia”.

El foco de Vilariño de Conso supera ya las 5.000 hectáreas tras sumar ayer 1.200

Reformulación del servicio

Ante la voracidad de los incendios, que no solo afectan a Galicia, sino también a Castilla y León, Extremadura o Cataluña, la Ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha demandado a las comunidades autónomas que refuercen la capacidad de respuesta ante el fuego.

“Es capital trabajar en varios frentes y el primero de ellos es dotarnos y reforzar la capacidad del conjunto del país para una mejor coordinación y contar con más medios durante todo el año; es una competencia de las comunidades autónomas y la respuesta es desigual”, indicó Ribera.

Ribera advirtió de las consecuencias de las olas de incendios en zonas de clima mediterráneo con una “peligrosidad disparada y con equipos de extinción enormemente profesionales que están exhaustos”.

La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, abogó también por un cambio en la política forestal de Galicia, aunque ahora, a su criterio, la primera prioridad es ayudar a las personas que perdieron sus viviendas y la segunda, apagar las llamas.

Pero más allá de estas medidas inmediatas, considera que los incendios de estos días deben ser “un punto de inflexión” para cambiar las políticas de aprovechamiento del monte, con especies más resistentes al fuego, porque hay cosas que están “fallando” también en la prevención ya que los fuegos “cuando se apagan es en invierno”.