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El fuego golpea el patrimonio natural al quemar dos terceras partes del Parque de O Invernadoiro

Las llamas avanzan sin freno en Vilariño de Conso, donde ardieron más de 2.600 hectáreas de las 5.200 que tiene la zona de gran valor patrimonial | El incendio de Carballeda calcina 7.500 hectáreas en un día de asueto pero con varios puntos calientes

Un frente kilométrico calcinaba el patrimonio natural del parque de Vilariño de Conso. | // BRAIS LORENZO

“Un frente kilométrico imparable”. Así describía un brigadista el incendio que se originó en Vilariño de Conso, dentro del Parque Natural de O Invernadoiro. Los servicios de extinción lo avisaban durante los días anteriores y las estadísticas de la Xunta ya reflejaban más la realidad que los pasados días. Los datos visibilizaban la destrucción que provocaban las llamas en más de 2.600 hectáreas provisionales.

Todo es relativo, pero los datos son históricos. El Parque de O Invernadoiro tiene una extensión de patrimonio natural de 5.200 hectáreas, de las que ya se han calcinado las dos terceras partes de forma oficial. El Macizo Central ourensano pierde una joya patrimonial en el corazón de la provincia y ni las labores de los medios de extinción logran estabilizar el frente. Desde que se inició trabajaron tres técnicos, 18 agentes, 50 brigadistas, 22 motobombas, cuatro palas, cuatro aviones y nueve helicópteros.

Carballeda sigue activo

La comarca de Valdeorras respiró, después de días de desconsuelo, angustia y desesperación. En líneas generales, la meteorología dio una tregua y eso hizo mella en el fuego que se originó hace casi una semana en Riodolas, en Carballeda de Valdeorras. Ayer, la Consellería de Medio Rural contabilizó más de 7.500 hectáreas en un fuego que se convirtió en “una pesadilla” para vecinos de tres municipios ourensanos y también para el núcleo leonés de Puente Domingo Flórez, donde sintieron las llamas a escasos kilómetros de las casas.

O Barco, Rubiá y Carballeda contuvieron la respiración durante estos días y el balance, con el fuego todavía activo, es que en la región “no se recuerda nada igual”. Varios puntos calientes obligaron a movilizarse a medios aéreos y terrestres en el núcleo de Sobradelo (Carballeda) donde los vecinos de la zona vieja de la parroquia tuvieron que cargar palas y batefuegos para cortar el fuego que avanzaba hacia una zona arbolada donde estaban las casas.

Los jóvenes de la zona se organizaban para parar las llamas y destacaban que “tantos medios, tantos medios que hay pero aquí no había nadie para ayudarnos”. El fuego avanzaba a ritmo más lento, aunque el viento soplaba hasta 60 km/h pero con mucho menos calor que las demás jornadas anteriores. En la comarca valdeorresa ayer el calor era un aliado ya que registraba 15 grados menos que el pasado domingo. Los termómetros no superaron los 30 grados (29) mientras que el pasado domingo llegaron hasta los 43.

Las llamas avanzaban más lentamente que los pasados días, pero la afectación seguía sumando hectáreas y metros de negritud pura. La situación de nivel 2 seguía decretada por diferentes zonas de la comarca y las llamas ya amenazaban la Serra da Encima da Lastra. La pesadilla vivida destruyó al menos tres aldeas como eran las de Robledo, Domiz, Alixo (O Barco) y A Veiga de Cascallá (Rubiá).

Oímbra, un foco caliente

El este ourensano arde dejando una pesadilla a su paso, el centro de la provincia ve cómo su naturaleza desaparece y en el sur ourensano, Oímbra y Verín veían cómo los fuegos que se iniciaban en Portugal amenazaban casas y quemaban más de 1.100 hectáreas, en dos focos uno en Rabal y otro en San Cibrao. A estos hay que sumar otro en la parroquia de Videferre que se inició por un rayo y quemó 350 hectáreas. Estos dos terminaban el día de ayer activos con una gran virulencia y que arrasaba todo a su paso, poniendo a los vecinos en prealerta.

En total, son más de 12.300 hectáreas las ardidas desde el pasado jueves en dos grandes incendios forestales en la provincia y una media docena de otros focos por encima de las 20 hectáreas calcinadas. La provincia vive un julio negro y pone a niveles del octubre de 2017 las hectáreas calcinadas cuando, según estimaciones de la Xunta de Galicia, las llamas arrasaron 14.400 hectáreas en Carballeda de Avia, Maceda, Parada de Sil y Paderne de Allariz.

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