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Menos del 2% de los emprendedores recibe financiación pública para abrir su negocio

El “crowdfunding” supera a las administraciones en apoyo a las nuevas empresas | La mayoría sufragan su proyecto con ahorros personales y aportaciones familiares

Local en Silleda Bernabé / Javier Lalín / FDV

La falta de apoyo financiero es el principal obstáculo para emprender en Galicia. De hecho, siete de cada diez emprendedores se financian con ahorros personales y aportaciones de la familia. Solo el 19 por ciento obtiene financiación bancaria. Y el porcentaje de los que consiguen una ayuda pública para montar su negocio se reduce al 1,8 por ciento, un porcentaje escaso sobre todo si se tiene en cuenta que es superado incluso por el crowdfunding (el 5,8 por ciento).

Así se desprende del Informe GEM elaborado por equipos de las tres universidades gallegas en colaboración con el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape). Este documento apunta a que “la principal traba al emprendimiento es la escasez de financiación pública, pero también privada, por ejemplo a través de los llamados business angels”. Según su diagnóstico, el acceso al dinero es más complejo para empresas de reciente creación y también para aquellos proyectos no innovadores, a lo que se suma otra dificultad: el retraso en el acceso a estos fondos.

Por esa razón, al final la mayoría de los emprendedores costean la apertura de sus negocios rascándose el bolsillo o con el apoyo de parientes y amigos.

Pero además de la financiación, las incertidumbres abiertas con la pandemia han contribuido también a desanimar a muchos emprendedores. Así lo demuestra la tasa de emprendimiento (el porcentaje de población gallega de 18 a 64 años que ha abierto un nuevo negocio en los últimos 3,5 años y medio) que cae del 5,3 por ciento del 2019 al 4,3 por ciento en 2020.

Además solo el 17,5 por ciento de la población ve oportunidades para emprender en los próximos seis meses, un dato bastante más bajo que el 33,6 por ciento que había antes de la pandemia. El factor que más frena a algunos emprendedores a dar el paso es el miedo al fracaso, un sentimiento que también ha crecido con la crisis sanitaria derivada del COVID. “La incertidumbre desencadenada por la pandemia aumenta la aversión al riesgo de la población gallega”, señala el informe.

A pesar de ello, los gallegos son más optimistas que en el resto del Estado. La prueba es que Galicia es la segunda comunidad, tras Cataluña, que percibe mejores expectativas para abrir un negocio.

Eso sí, emprender no necesariamente implica innovar. De hecho, nueve de cada diez negocios nuevos no son innovadores y además presentan un bajo nivel tecnológico.

Solo el 1,2 por ciento de las empresas de reciente creación son punteras a nivel tecnológico. Y lo mismo ocurre con la innovación. Solo el 18,9 por ciento colocan en el mercado productos novedosos y únicamente el 14,5 por ciento innovan en los procesos.

Esto se explica, en parte, por el tipo de negocios que montan los emprendedores. Más de la mitad están vinculados al sector consumo: representa más del 54,7 por ciento, un porcentaje que se incrementó además en 2020 respecto al registrado en 2019 (47,9 por ciento).

Y estas empresas nacen en su mayoría sin empleados. Entre las firmas creados en los últimos 3,5 años el 62 por ciento no tienen ningún trabajador a su cargo. Solo el 8 por ciento cuenta con una plantilla de mas de 6 profesionales.

Pero no es solo algo coyuntural. Casi la mitad de las nuevas empresas no prevé tener empleados en los próximos cinco años, según el informe de emprendimiento elaborado por las universidades y el Igape. Pero incluso entre las iniciativas emprendedoras consolidadas, con más de 3 años y medio de actividad, el 64 por ciento no tiene previsión de crear empleo en los próximos años.

Ganarse la vida, el principal motivo para montar tu propia empresa

Ni la búsqueda de riqueza, ni la ilusión por crear algo nuevo. La principal motivación de los emprendedores es “ganarse la vida”. Cuando el trabajo escasea y hay dificultades para encontrar un trabajo, la única salida de muchos gallegos es abrir su propio negocio. Es el caso de siete de cada diez emprendedores.

Entre los demás, el 28 por ciento emprende “para continuar con la tradición familiar”, otro 29 por ciento lo hace con ánimo de ganar más dinero y el 21 por ciento restante “para marcar una diferencia en el mundo”.

Y no son precisamente los jóvenes los que más arriesgan al emprender. La mayoría de gallegos que se deciden a abrir un nuevo negocio tienen entre 45 y 54 años (el 28,2 por ciento), seguido de la franja de edad de entre 35 y 44 años (25,9 por ciento).

A pesar de ello, el emprendimiento va calando también entre la juventud. De hecho, en 2020 la única franja de edad donde aumenta la tasa de población emprendedora es entre los 18 a los 24 años que pasa del 1,1 por ciento de 2019 al 1,6 por ciento el pasado año.

En Galicia hay ademas una pecualidad. A diferencia de España, en la comunidad gallega las iniciativas emprendedoras de mujeres superaron a las que los hombres. Si bien hay más varones que manifiestan su inención de abrir un negocio, entre las empresas de reciente creación la mayoría son lideradas por féminas: el 56,5 por ciento frente al 43,5 por ciento de los hombres.

Y a falta de financiación pública y privada, la tasa de emprendimiento es entre las rentas altas el doble que entre los gallegos que tienen menos nivel económico.

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