Síguenos en redes sociales:

La Galicia de la Vuelta

Los espectaculares paisajes de la geografía gallega sorprenden un año más a los telespectadores en las etapas iniciales de la Vuelta Ciclista a España

La Galicia de la Vuelta

Galicia ha encontrado en el ciclismo una plataforma ideal para dar conocer la belleza de sus paisajes. Si el año pasado fue el mirador de Ézaro la estrella de las etapas gallegas de la Vuelta Ciclista a España, en esta ocasión han sido las Rías Baixas las que han brillado con luz propia en las imágenes de televisión.

"Galicia nunca defrauda, y en esta ocasión, con tiempo soleado y una temperatura ideal, hemos disfrutado de unos paisajes espectaculares", señala el exciclista Pedro Delgado, uno de los comentaristas de TVE. Desde la primera etapa, la contrarreloj entre Vilanova de Arousa y Sanxenxo, la belleza de las rías gallegas quedó patente. "Para los corredores fue una etapa durísima, pero los demás pudimos disfrutar de un día inolvidable, con la original salida de la contrarreloj por equipos desde una batea", añade Delgado.

El hecho de que la ronda española comenzase precisamente en nuestra comunidad ha reforzado el protagonismo de Galicia tanto en el aspecto deportivo como en el promocional. No es fácil medir el impacto de esas imágenes en rentabilidad turística, pero parece claro que se trata de una buena inversión. Además, el despliegue de equipos y miembros de la organización contribuyó a que los hoteles de Vigo y las Rías Baixas alcanzasen un 80% de ocupación en agosto. Como señalan los hoteleros, a finales de mes siempre se producía un bajón, algo que no ha ocurrido este año gracias a la Vuelta.

Como afirma Pedro Delgado, "el año pasado ya tuvimos en Galicia todo un espectáculo paisajístico y en esta ocasión tampoco ha defraudado. La etapa de Baiona fue espectacular, y en general todas las Rías Baixas, pero también la de Fisterra; en algunos momentos más que decir nada era mejor estar callado y disfrutar de esos parajes".

También entre los ciclistas ha causado sensación la belleza de la geografía gallega. Fue el caso del suizo Fabian Cancellara, que se deshizo en elogios y comentó incluso que en las primeras etapas iba fijándose en el paisaje más que en la propia carrera. Y es que, como les sucede a otros profesionales, identificaban España con las tierras secas de Castilla, donde pasan kilómetros y kilómetros sin cruzar ninguna población. En contraste, las Rías Baixas impresionaron a más de un ciclista; eso sí, no pudieron disfrutar de nuestra gastronomía porque tienen sus propias dietas.

La segunda etapa, con salida en Pontevedra y llegada en el alto de A Groba, dio protagonismo al Baixo Miño y al Val Miñor. Los espectadores de televisión disfrutaron con las vistas del río Miño, del monte Santa Tegra y del mar rompiendo en la costa de A Guarda, Oia y Baiona.

Al día siguiente, la salida desde Vigo marcó otro de los hitos de la ronda española con su paso por el puente de Rande. "Ver al pelotón y a toda la caravana publicitaria cruzar el puente de Rande fue algo único. Creo que es una imagen que difícilmente se repetirá en el futuro. Más que fijarnos en lo que sucedía en la carretera, todos estábamos más pendientes del espectáculo visual que teníamos ante nosotros", comenta Serafín Martínez, exciclista de O Rosal que participa en la organización de la Vuelta a España, y que se congratula de que finalmente el pelotón pudiese cruzar el emblemático puente.

También el interior de Galicia, con sus bosques, mostró su esplendor en la etapa que comenzó en Lalín y pasó por A Estrada, y en la que salió de la localidad lucense de Sober antes de abandonar nuestra comunidad.

Las espectaculares imágenes aéreas de nuestra privilegiada costa alcanzaron todo su esplendor gracias al tiempo soleado que acompañó el paso de los ciclistas por las carreteras gallegas.

En contraste con las bajas temperaturas e incluso lluvia con que se encontraron en Castilla y Extremadura, los ciclistas disfrutaron en Galicia de una temperatura ideal.

Temperatura ideal

La organización tenía sus temores, por si las etapas gallegas se veían empañadas por el mal tiempo y la lluvia deslucía el espectáculo, pero finalmente no fue así e incluso los propios organizadores pudieron disfrutar de nuestras playas. "Fue una temperatura ideal para disfrutar del ciclismo -apuntan desde la organización-, porque no hubo ni excesivo calor ni frío o lluvia". Como señala Pedro Delgado, se ha caído el mito de que "en Galicia siempre llueve".

No tan ideal fue el recorrido de las etapas. Como señala Serafín Martínez, varios corredores se quejaban de la dureza del recorrido en nuestra comunidad, "pues donde aparecían dos puertos en realidad eran ocho; es todo un sube-baja que castiga mucho al ciclista. Salieron de Galicia muy castigados, y no por las caídas, que hubo muy pocas". Un recorrido demasiado exigente -con subidas como las de A Groba o Lobeira- para tratarse del comienzo de la Vuelta.

"El paso del puente de la Illa de Arousa -interviene Pedro Delgado- fue un espectáculo para los todos los aficionados, pero para los corredores fue dramático".

Serafín Martínez conoce perfectamente Galicia y no le ha sorprendido los paisajes que ha visto, "pero sí que me sorprendió ver a tanta gente en la calle, sobre todo en la etapa del lunes, un día laborable y no recorríamos 50 metros sin gente. Desde la salida en Vigo, a la llegada en Vilagarcía, pasando por Sanxenxo, la asistencia de público fue formidable".

El apoyo del público fue precisamente uno de los factores que llevó a los organizadores de Unipublic a apostar por la salida de la ronda desde Galicia; una apuesta que, sin duda, les ha salido redonda tanto a ellos como a nuestra propia comunidad, que ha lucido una vez más sus tesoros paisajísticos.

Pulsa para ver más contenido para ti