La pandemia ha demostrado que el tiempo de ocio está, en muchas ocasiones, asociado al bar, un lugar en el que no siempre es fácil seguir un estilo de vida saludable porque inconscientemente se asocia a consumir refrescos o alcohol. Los primeros no son recomendables porque tienen un altísimo contenido en azúcar (entre 10 y 15 cucharadas por 33 cl). La segunda opción es depresiva, adictiva y tóxica.

Los centros especializados en trastornos alimentarios, por otro lado, se desbordan durante lo que parecen ser los últimos coletazos de la pandemia.

En la consulta de la nutricionista Natalia Albino ella trata de reducir el consumo de estas bebidas, sea cual sea el motivo de consulta. Especialmente en los casos de pacientes que patologías renales, cardíacas o problemas digestivos porque abandonar el consumo de este tipo de bebida resulta fundamental en su tratamiento. 

Alcohol y refrescos "venenos" aceptados por la sociedad

Su consumo está muy normalizado pero son perjudiciales para la salud Pexels

Por un lado -indica la nutricionista- el alcohol es tóxico para el organismo, por lo que necesita pasar por el hígado cuando lo ingerimos. "Esto hace que nuestro hígado 'trabaje más', además de otras consecuencias como el aumento de la inflamación, tensión arterial, también el páncreas puede verse afectado y se relaciona directamente con algunos cánceres como esófago, hígado, colon, etc.". Sin mencionar la adicción que produce y sus consecuencias, que se agudizó desde el inicio de la pandemia.

Los refrescos, por otro lado, producen "picos de glucemia, inflamación o cambios en nuestras bacterias intestinales". La nutricionista advierte de que "nos acostumbramos a sabores muy dulces, que no encontramos de forma natural en los alimentos".

En ambos casos estaremos consumiendo lo que se llaman "calorías vacías": lo que significa que aportan calorías, pero no nutrientes. "Eliminar estas bebidas, especialmente si hacemos un consumo frecuente de ellas, va a mejorar nuestra calidad de vida: tendremos mejores digestiones, disminuiremos la inflamación y, si elegimos otras opciones para beber en un bar, estaremos más hidratados".

En el plano estético la diferencia también se notará, lo constata la mujer de 55 años que adelgazó 60 kg, 10 de ellos en un mes: fue lo primero que apartó de su dieta

El bar, la vida social y los conflictos con la dieta

"Salir a tomar una caña" es una frase hecha que se emplea consuma lo que se consuma en el bar Pexels

A los restaurantes y bares se suele acudir para reunirse con amigos y familiares. Es complicado evitar las bebidas mencionas cuando "salimos a tomar algo", en especial si lo hacemos el grupo por la influencia del componente social.

Alternativas saludables a los refrescos y el alcohol

Consumir refrescos y alcohol en los bares está tan normalizado que el propio entorno insiste en la ingesta Pexels

Tanto los refrescos como el alcohol son las bebidas más consumidas en este tipo de locales, pero hay opciones deliciosas y saludables con las que suplir esta demanda.

Kombucha

La kombucha ha llegado para quedarse Pexels

Es una de las bebidas de moda. Se produce mediante la fermentación de un hongo y podemos encontrarla de múltiples sabores. Fortalece el sistema inmune, mejora el funcionamiento intestinal y cada vez la tienen en más sitios. Embarazadas y lactantes tendrían que evitarla ya que se producen cantidades muy pequeñas de alcohol en esta fermentación. No obstante, no está considerada una bebida alcohólica. 

Agua

Si no se quiere pedir un botellín, basta con darle vida con una rodaja de limón u otras frutas IG

Debe ser la bebida más consumida por el ser humano dado que nos constituye en un 80%. Por eso, entre otras cosas, debe ser siempre nuestra bebida principal. Hay a quien le resulta raro acudir a un bar para pedir un botellín de agua, a ellos la nutricionista le recomienda dos variantes: el agua con gas o el agua en cualquiera de sus formas acompañada de una rodaja de limón para darle gusto.

Café, descafeinado o infusión 

El café, el te y sus sucedáneos son grandes alternativas Pexels

El café con hielo puede ser una buena idea en esta época. Es saludable y lo encontramos en cualquier bar. Lo ideal es tomarlo con la menor cantidad de azúcar o edulcorante posible. Si para tomarnos un café necesitamos echar dos azucarillos, quizás debamos buscar otra alternativa. 

En el caso de pacientes con problemas cardiovasculares, tensión alta o embarazadas habría que tener cuidado de no tomar demasiados cafés, por la cafeína. Lo mismo ocurre con la teína. Dos buenas alternativas serían el roibos o el descafeinado.

Zumo de tomate

Es unas bebidas más frescas, sabrosas y nutritivas para el verano Pexels

Su consumo todavía está poco extendido en Galicia, pero se trata de una bebida saciante, sabrosa y muy completa. Es una importante fuente de vitaminas A y C, vitamina K y vitaminas del complejo B. Además de aportar al organismo gran cantidad de minerales como hierro, calcio, sodio, potasio, magnesio y fósforo.

Cerveza 0,0 

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Tiene mucho menos azúcar que un refresco (unos 9,2 gr frente a los 54 del Sprite o los 63 de la Coca Cola) y es mejor opción que una caña porque no tiene alcohol. Además tiene cereal con vitaminas del grupo B y socialmente es fácil incluirla, aunque siempre habrá alguien que critique la falta de alcohol. La nutricionista Natalia Albino aclara que "no es que tenga unas cualidades extraordinarias pero pidiéndola nos quitamos lo negativo".