Entrevista | Javier Moro Escritor y Periodista

“Con Venezuela no puede haber equidistancia”

“Solo puedes estar del lado de los que luchan contra la tiranía del régimen de Maduro; del otro lado solo hay una banda de forajidos que se olvidaron de los ideales de la revolución”

Javier Moro estará mañana en Club FARO.

Javier Moro estará mañana en Club FARO. / Ana Rodríguez

Javier Moro narra en su última novela, “Nos quieren muertos” (Espasa), la historia del líder opositor venezolano Leopoldo López y de su mujer Lilian Tintori, quien se convirtió en una activista por los derechos humanos durante los siete años que su marido estuvo en la cárcel, antes de que ambos huyeran de su país y vinieran como exiliados a España. Los tres estarán mañana en Club FARO.

– ¿ Ha buscado contar esta historia o se la ha encontrado?

– A Venezuela la tengo en el corazón desde hace tiempo porque mi padre trabajó en una compañía venezolana cuando era joven, conocí ese país en su época más álgida, cuando en España éramos casi pobres y allí ya había autopistas de diez carriles por cada lado. Me recorrí el país entero, bajé el río Orinoco, ahí hice mi primer reportaje sobre viajes, sobre los indios yanomami, recorrí la sábana. Mi padre falleció y todos sus amigos se fueron, pero seguí la actualidad del país. Recuerdo perfectísimamente el día que se entregó Leopoldo López, yo estaba viendo la televisión y pensé: “Este tío está loco perdido, le falta un tornillo. ¿Cómo se mete en la boca del lobo?”. Luego entendí que o era un héroe. Cuando me encuentro a Leopoldo y a Lilian en Madrid yo ya llevaba Venezuela conmigo.

– ¿Cambió su visión sobre lo que ocurre en ese país antes y después de abordar este libro?

– Cambió de la misma manera en que creo que le va a cambiar al lector cuando lea el libro. Sabía que el monstruo era una ballena enorme, pero el viaje al interior del vientre del cetáceo lo he hecho con Leopoldo y Lilian, a medida que me iban contando lo que ha ido pasando. He podido ver el monstruo de cerca y eso es lo que he querido trasmitir al lector: una experiencia de la vida en Venezuela a través de esta familia. En ese sentido he querido ser muy fiel a lo que ellos me han contado porque quería contar su verdad, la verdad de las víctimas, la que nunca se acaba contando porque se impone la de los poderosos.

"He querido contar la verdad de Leopoldo López y de Lilian Tintori, la verdad de las víctimas, la que nunca se cuenta porque se impone la de los poderosos”

– También se le podría acusar de solo ofrecer la versión de una parte.

– No, es que no hay equidistancia en Venezuela, solo puedes estar en el lado de los que luchan contra la tiranía, es que al otro lado no hay nada más que una banda de forajidos. Hace tiempo que se olvidaron los ideales de la revolución, es que han esquilmado el país, lo han destrozado, han obligado a salir a un tercio de la población, la mayor emigración que se conoce no provocada por un enfrentamiento armado. Las cifras de Venezuela, del 84% de pobreza, se asemejan a las de Haití, cuando antes era el país más rico de Latinoamérica. Han secuestrado al país, han falseado las elecciones de 2013: ahí ganó Henrique Capriles, la población quería quitarse a Maduro de encima, millones de personas siguen saliendo y la represión es feroz.

– ¿Ha acudido a más fuentes?

– Sí, era fácil porque he hablado con gente que ha estado en la cárcel con Leopoldo, de hecho hay uno que sigue encarcelado y le ha llegado el libro, no puedo decir quién es porque le puede dar problemas. Me ha mandado un mensaje diciendo que le ha dado horas de placer leerlo y eso para mí es la satisfacción más grande.

 – ¿Sabe algo de la reacción del gobierno venezolano?

– Cuando salió el artículo de Vargas Llosa recomendando la lectura del libro en “El País”, en julio, inmediatamente salió un bulo diciendo que yo había cobrado un cuarto de millón de dólares pagados por la familia de Leopoldo por contar su historia, como si esto fuese un trabajo de encargo. Yo he hecho esto porque pensaba que tenía que hacerlo. Ahora están muy calladitos porque son listos y saben que si provocan controversia y polémica va a favorecer al libro, y eso es lo que no quieren.

Leopoldo López y Lilian Tintori

Leopoldo López y Lilian Tintori / FDV

– ¿Qué destaca de Leopoldo, de lo qué ha descubierto en él a medida que le ha ido relatando su historia?

– En los tres años que he estado en contacto con él mi admiración por él no ha cesado de crecer, es raro porque cuando vas conociendo más a alguien descubres cosas que te gusta menos. Me quito el sombrero, es un líder nato con la altura de estadista. Curiosamente no es nada ambicioso, es idealista, por eso se metió en la boca del lobo.

– Dice que fue un héroe al entregarse en 2014 a las autoridades, ¿cómo ve el hecho de que en octubre 2020 se escapara a España rompiendo la promesa que hizo de no abandonar Venezuela?

– Él no quería, pero no le quedaba otra, la embajada española, donde se refugió, no podía tenerle más, estaba en peligro de volver a la cárcel, donde ya había cumplido siete años de condena. Ha salido físicamente de Venezuela pero mentalmente sigue allí, trabaja por Venezuela todos los días y por la lucha por la libertad en países autocráticos, en la que estamos todos metidos. Maduro se sostiene porque tiene apoyo militar de Rusia, financiero de China y comercial de Turquía e Irán, el mismo bloque que sustenta a Hamas.

– ¿Qué destaca de la transformación de Lilian Tintori desde que encarcelan a su marido hasta la actualidad?

– Lilian ha sido un descubrimiento para mí. Al principio mi tendencia natural era a fijarme más en Leopoldo, porque él era el político, pero descubrirla a ella para mí, como escritor, ha sido fantástico porque su arco dramático, su evolución, ha sido espectacular. Se ha convertido en una rock star de la política, acabó siendo el adalid de la oposición venezolana cuando empezó siendo un ama de casa que no hablaba inglés ni sabía prácticamente qué eran los derechos humanos. Acabó conociendo los entresijos de la ONU, su complejidad burocrática, a qué despacho debía ir. Tenía en jaque al gobierno de Maduro, se convirtió en la verdadera opositora mientras Leo estaba en la cárcel; de hecho hubo un atentado con bala que iba para ella. Creo que Lilian se dio cuenta de todo el miedo que había pasado, del riesgo que había asumido, con sus hijos de por medio, una vez que estaba en mi despacho – venía todos los lunes por la tarde a verme durante dos años –, ha sido como una especie de catarsis en la que se dio cuenta de todo lo que había vivido.

– Sin embargo ella sigue diciendo que el político es su marido.

– Es cierto, el otro día en la presentación del libro en Madrid, Felipe González le dijo: “Liliana, no tenías ni idea de política y ahora eres un animal político”. Creo que Lilian tendría una gran cancha si se dedicase a ello, pero por ahora no quiere hacer sombra a su marido.

– También es una historia de amor, otro ingrediente que le ha venido bien para la novela.

– He sido un correo de transmisión. Claro que es una historia de amor; si Lilian no quisiese tanto a Leopoldo se hubiera ido con sus hijos a Miami y hubiera cogido un avión cada dos semanas para visitarlo en la cárcel. Eso hubiera sido lo lógico en un pareja no ta comprometida, pero ella cuando toma una decisión después de que matan a sus dos mejores amigos, en ese momento de terror decide quedarse con sus dos hijos en Venezuela y salvar a su marido. Y el colmo es que deciden tener a su tercera hija estando él encarcelado porque no están dispuestos a que Maduro les fastidie su proyecto de familia.

– El hecho de que haya buenos y malos también le ha venido como anillo al dedo.

– Es que realmente ese régimen es la encarnación del mal, es el estalinismo pasado por Cuba, tropicalizado y puesto en Venezuela.

– ¿Nos equivocamos en España al ver esto como un enfrentamiento entre ideologías de derecha e izquierdas?

– Sí, porque ya no lo es y los que siguen blanqueando el régimen de Maduro en España es por pura ideología, entendiendo la ideología como veneno que no te deja ver la realidad ni ser honrado contigo mismo. Felipe González fue el primer político de izquierdas que denunció ese régimen, dijo que era una dictadura de facto, lo que le costó ser considerado persona non grata por Maduro, pero fue honrado consigo mismo. Como lo fue Luis Almagro, que había sido el ministro de exteriores de Mujica en Uruguay.

– Hablando de expresidentes, ¿cómo valora la postura de Rodríguez Zapatero?

– Es amigo de Delcy Rodríguez y tenía acceso directo a Maduro, de ahí esa afinidad ideológica. Cuando va a ver a Leopoldo le pide que deje de inflamar la calle, pero no soy quien para juzgarle porque lo he contado a través de la visión de Leopoldo. Rodríguez Zapatero ha ayudado a que salgan muchos presos políticos de las cárceles, entre ellos Miguel Rodríguez Torres, exministro de Interior, creador de la policía del terror de los venezolanos y de “la tumba”, la cárcel tecnológica que han construido a nueve metros bajo tierra, quien tuvo un enfrentamiento con Maduro y acabó encarcelado. Ahora está en Madrid, cualquier día se encuentra con Leopoldo en la calle.

– ¿Y de Mariano Rajoy?

– Aparece en la novela como me lo han contado, como un tipo cojonudo. Él decide recibir a Lilian Tintori cuando nadie le abría las puertas, y lo decide en contra de sus asesores y sus ministros, que le dicen que España tenía muchos intereses en Venezuela.

– No sucede lo mismo con el papa Francisco.

– El papa quiso ser equidistante. Tardó mucho en denunciar que había presos políticos en Venezuela, pero lo hizo. Leopoldo y Lilian son muy católicos y fue bastante dramático para ellos no sentir el apoyo total, absoluto y sin ambages del papa.

– ¿Algo que achacar al actual gobierno español?

– Hemos perdido capacidad de influencia en Venezuela, no hay una postura unitaria de fuerza en el gobierno actual con la que imponerse y lo que dice España allí es importante. Está bien claro en el libro que la embajada de España pasa de ser un centro de información neurálgico al que llamaban antes los norteamericanos para obtener información a no ser nada. La primera elección de Leopoldo al buscar refugio fue la embajada de Chile. Lo de optar luego por la de España y exiliarse aquí fue una decisión mas personal que política, porque su padre es español y vive aquí.

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