Entrevista | Cristina Castaño Actriz

“El arte tiene que llenar el alma, no solo la cuenta”

La artista gallega encara con pasión la madurez de su carrera. “Lo mejor está por llegar. Intento escoger los proyectos que supongan un reto”, dice

La artista gallega Cristina Castaño

La artista gallega Cristina Castaño / Rubén Vega

Después de más de media vida de carrera artística en series de televisión, cine, teatro y musicales, la polifacética actriz gallega Cristina Castaño disfruta a sus 44 años de la madurez profesional y personal que le permite el lujo de rechazar papeles y seleccionar solo los proyectos interpretativos que le apasionen.

– ¿En qué momento de su carrera se encuentra?

– Estoy cerrando un proyecto pero prefiero no hablar de él hasta que esté cerrado. Creo que lo mejor esta por llegar, estoy expectante, intento elegir las opciones que me apasionen, que supongan un reto.

– ¿Se puede permitir el lujo de seleccionar papeles?

– Ahora mismo sí, aunque no siempre ha sido así. En este momento me puedo permitir decir que no a lo que no quiero hacer y esperar quedándome en casa, si es necesario, a que llegue lo que quiero. De todas formas, es una apuesta; nadie dice que va a salir bien.

– ¿Y qué tipo de papel le apasionaría ahora?

– Tiene que ver mucho con el personaje que voy a interpretar, lo que tenga que trabajar con él. Y eso se siente: cuando ves un personaje sabes si quieres meterte ahí, si te va a apasionar investigarlo. También el reparto y el director completan los ingredientes que pueden hacer que me decante por un proyecto.

La artista gallega Cristina Castaño

La artista gallega Cristina Castaño / Rubén Vega

– En los últimos años ha explorado más facetas interpretativas, ¿le gustan los retos?

– Tiene que ver con la madurez artística, para mi el arte tiene que llenar el alma, no solo la cuenta. Creo que a partir de los cuarenta me planteo en mi vida si quiero trabajar para ganar dinero, que por supuesto hay que hacerlo, o trabajar y hacer personajes que me llenen el alma, que llegue a casa feliz, y aunque sufra en el proyecto creativo, que me apasione hasta tal punto que quiera entregar todo mi cuerpo, mi esfuerzo y mi corazón.

– ¿Su interpretación de Asunción en el thriller “Trece exorcismos”, su último papel en el cine, responde a una intención de salir del personaje de pelirroja seductora en el que en cierto modo estaba encasillada?

– Sin duda. Realmente suponía un reto para mí en cuanto a que el personaje de Jacobo Martínez (director) y Ramón Campos (guionista) era oscuro, desposeído de toda femineidad, atractivo o adorno, y yo no había interpretado nada así hasta la fecha, con lo cual supuso un aprendizaje personal y una experiencia como mujer. Esto no quiere decir que no quiera seguir interpretando a mujeres atractivas; si el personaje es interesante y cuenta otras cosas además de eso, lo interpretaré; si solo es defender un físico bonito, no me interesa. 

"Con mi último papel en cine interpreté por primera vez a una mujer desposeída de femineidad. Eso no quiere decir que no vaya a seguir haciendo de mujer atractiva, pero solo si son personajes que cuentan algo más que solo defender un físico"

– De padre pianista y madre cantante, parece que el talento artístico le viene de familia, ¿cuándo decidió dedicarse a la interpretación y qué consejos le dieron sus padres?.

– De los cinco hermanos que somos, solo dos hemos querido ser artistas, es decir, la genética ayuda pero el arte está dentro de uno. Mi madre dice que con cuatro años ya le dije que quería dedicarme a esto, yo no lo recuerdo. Mis padres aplaudían mucho lo que hacía y eso me dio mucho confianza; me apoyaron, pero lo único que no querían es que me viniese a estudiar Arte Dramático a Madrid, para ellos era una carrera que no tenía futuro. Entonces la trampa para mí fue estudiar Periodismo con la idea de dedicarme a lo que quería en cuanto pudiese. Y así fue: cuando empecé a tener trabajo como actriz, dejé los estudios de periodismo.

– En Galicia la hemos visto crecer desde su debut en la serie “Pratos Combinados” y más tarde en toda España con su intervención en “Al salir de clase”, ¿qué recuerda de los sueños de esa Cristina de sus comienzos y cómo vivió sus primeros éxitos?

– Lo viví como un juego, como algo muy natural. He madurado como mujer, ahora me tomo las cosas más en serio, entiendo el valor de las cosas y el esfuerzo que lleva llegar a ciertos logros, algo que a veces no tienes en cuenta cuando eres joven. La misma niña que quiere jugar está en mí, pero el juego se ha profesionalizado. Esa niña no tenía ninguna meta consciente; estaba en casa en Santiago viendo la tele y veía “Al salir de clase”, y me decía : “yo podría estar en esa serie”; y lo conseguí. En algún momento me dije que quería hacer comedia y apareció “La que se vecina”. Llegó un momento en que quise volver a cantar y apareció el musical de teatro “Cabaret”. Son fases de mi vida en las que iba consiguiendo las metas que me iba proponiendo, siento que ya estoy donde quiero porque pertenezco al lugar que me gusta; ahora dentro de ese lugar tengo que conseguir muchas cosas que no he logrado.

– Ha trabajado en teatro, musicales, cine y TV, ¿en qué escenario se encuentra más cómoda?

– Todo ello soy yo. No puedo elegir. Me crié en la televisión pero enseguida apareció la oportunidad de hacer teatro con Concha Velasco, que siempre me dice que ella me descubrió; luego vinieron los papeles en cine, el Club de la Comedia,.. Soy bastante multidisciplinar y eso me gusta, no me quiero coartar en ese sentido. Y me siento tan cómoda en un escenario como delante de una cámara, aunque es verdad que la cámara es mucho más íntima, te observa todo, muestra todas tus virtudes y tus defectos. En ese sentido el teatro es más amable y el proceso de trabajo en él es muy interesante: es una hora y media de función con el público, muy ceremonial.

– ¿Echa de menos el teatro?

– La última obra que hecho fue “¿Quién es el señor Smith?”, con Peris-Mencheta y Javier Gutiérrez, luego me han ofrecido otras cosas pero aún no he encontrado el proyecto que me apasione para entregarme a él y ofrecerle la dedicación que exige irse de gira y estar meses fuera de casa viajando.

– El papel por el que más se la recuerda es el de Judith Becker, la psicóloga de “La que se avecina” que interpretó durante siete temporadas, ¿por qué decidió dejarlo y qué le ha dado ese personaje?

– Lo dejé porque consideré que Judith ya estaba contada y quería iniciar otro ciclo, que la participación en la serie me impedía interpretar otros personajes. Es cierto que hay gente en la calle que sigue identificándome con Judith, pero también hay otra que me señala como Paula Barreiro (“Pratos combinados”), con la protagonista de “Cabaret” y, ahora con Macarena, la protagonista de “Toy Boy”. Lo que quiero decir es que después de la psicóloga pelirroja de “La que se vecina” han venido personajes que me han dado reconocimiento. El papel de Judith me dio expresividad, me ha enseñado que la debilidad y la vulnerabilidad son muy creíbles.

– ¿Y qué le ha dado el de Macarena, la ambiciosa empresaria del thriller erótico “Toy boy” de Netflix que al principio parece malvada?

– Buena apreciación: parece mala. Para mí ha sido el personaje más difícil, sin duda, en mi carrera, con muchos colores diferentes, muy alejada de mí; era madre de un adolescente, con mucho poder, un tiburón para los negocios, con una sexualidad muy determinada que la marcaba mucho; entonces fue el gran reto, querían que me alejara incluso físicamente de la imagen por la que me conocía la gente. Fue todo un reto por la complejidad del personaje, por la dificultad de las escenas y por entrar en esos conflictos que ella tenía, que es como me gusta trabajar. Y fue una satisfacción por todo el éxito que tuvo a nivel internacional. Me dio lo que buscaba: un reconocimiento no como la pelirroja de “La que se vecina”, sino como Cristina Castaño actriz.

– ¿Cuál diría que ha sido, hasta el momento, el papel de su vida?

– No ha llegado todavía y no sé cuál será.

– ¿Qué género prefiere como espectadora?

– No soy de un género, sino fan de una forma de hacer o contar las cosas, puedo ver una comedia, un drama, una película de terror o un documental, pero me gusta lo que está bien contado, desde una verdad y sin intentar manipular al espectador, soy profesional del medio y como espectadora puedo ver los trucos de lo que quieren provocar.

La artista gallega Cristina Castaño

La artista gallega Cristina Castaño / Rubén Vega

–Profesionalmente ha hecho drama y comedia, ¿le resulta más difícil hacer reír o llorar?

– No sé qué es más difícil; la cuestión es que la comedia requiere un tempo que no tiene todo el mundo, para mí no es complicado hacer reír, es un juego, pero eso lo he ido descubriendo con el tiempo. Ser una buena actriz dramática es muy complejo, supone entrar en ciertos lugares muy conflictivos a nivel emocional, lo cual requiere mucha confianza, relajación, entrega y dar en la diana.

– ¿Qué le gustaría hacer que no haya hecho?

– Un tragedia griega, una Medea o una Antígona.

– ¿Cuál es su referente de los actores más veteranos con los que ha trabajado?

– Del que guardo un recuerdo más grato es de Javier Gutiérrez, un grandísimo actos y un grandísimo compañero.

– ¿Y de actores gallegos aunque no haya trabajado con ellos?

– Luis Tosar, por supuesto, no hay trabajo que haga que no dé en el clavo.

"Lo característico que tenemos los actores gallegos para contar al mundo es nuestra sencillez, humildad y retranca"

– ¿Cree que los intérpretes gallegos tienen algo característico que les haga triunfar?

– Hay personas de todo el mundo que triunfan; si tengo que decir qué tenemos los gallegos de característico para contar al mundo, diría la sencillez, la humildad y nuestra retranca. Por ejemplo, Luis Zahera, otro actorazo, es Galicia en el personaje que interpreta en “As Bestas”, y también Mabel Rivera en “Mar adentro” . Somos un pueblo trabajador, hospitalario; el clima habla mucho de nosotros; somos reservados pero cariñosos.

– ¿Cuál es su actual relación con Galicia y de qué lugares se siente?

– Básicamente voy a Galicia a visitar a mi familia y cuando me llaman por trabajo., aparte de que soy gallega por los cuatro costados y me dicen que aún tengo acento. Hay cuatro lugares neurálgicos de los que me puedo sentir: Villalba, donde nací y me crié hasta los seis años, Padrón, el pueblo de mi padre, Santiago, donde viví desde los ocho años hasta que me fui a Madrid, y Vilargarcía, de donde es mi madre y a donde voy a visitarla.

"No tengo miedo a que el teléfono deje de sonar, creo que seré un viejita que haga papeles de viejita mejor de lo que interpreto ahora porque seré mejor actriz"

– ¿Teme que deje de sonar el teléfono porque en el futuro no haya papeles femeninos para actrices de su edad?

– No quiero entrar en ese miedo general. Hay momentos que a un actor o a una actriz no se le llama porque esta es una carrera de ciclos y ha de ser así. No creo que vaya a dejar de trabajar, a no ser porque yo quiera, voy a ser un viejita que haga papeles de viejita mucho mejor de lo que interpreto ahora porque seré mejor actriz.

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