Terras Gauda entrará en el capital de la bodega de Roberto Verino y ampliarán la actividad a eventos

El diseñador ourensano y José María Fonseca, presidente del grupo de O Rosal, presentarán el lunes su “alianza estratégica”

Exteriores de Bodega Gargalo.

Exteriores de Bodega Gargalo. / FDV

Julio Pérez

Julio Pérez

Los abuelos maternos de Roberto Verino cultivaban viñas en la zona de la Ribeira Sacra y le inculcaron “la curiosidad por el noble arte de la elaboración del vino”. “Entendiendo el vino como un placer para compartir alrededor de una mesa y de la buena conversación con amigos. De estos momentos únicos nació la bodega Gargalo”, señala el creador y empresario en la web de la bodega, a la que puso las primeras semillas a finales de los años 80 para la recuperación de cepas autóctonas de Mencía, Arauxa, Godello, Doña Blanca, Treixadura y Bastardo y evitar que la tradición vitivinícola desapareciese del valle de Monterrei. El otro negocio, casi pasional, de Verino facturó 628.000 euros en 2022, según las últimas cuentas depositadas por Gargalo en el Registro Mercantil, y las ventas rondan las 120.000 botellas. Hace tiempo que la bodega está emperrada en dar un salto cualitativo y cuantitativo en la comercialización, con el ojo puesto en mercados emergentes y alcanzar el umbral de las 200.000 botellas.

El creador y empresario, Roberto Verino.

El creador y empresario, Roberto Verino. / FDV

Lo dará ahora con la “alianza estratégica” que acaba de sellar con Terras Gauda, uno de los grupos vitivinícolas más importantes de Galicia. Su presidente, José María Fonseca, y Roberto Verino presentarán los detalles juntos el próximo lunes. Ninguna de las dos empresas quiso ayer dar más detalles. “Esta unión está forjada por las señas de identidad común: la singularidad, el vínculo a su territorio y la puesta en valor de las variedades autóctonas”, señala la convocatoria remitida ayer por Terras Gauda a los medios de comunicación.

Participación sin control

En el acuerdo, según pudo saber FARO, está prevista la entrada de Terras Gauda en el capital de Bodega Gargalo, en principio sin una participación de control y con una hoja de ruta a varios años vista. La compañía liderada por la familia Fonseca será una plataforma exponencial para reforzar las ventas de los vinos de Verino, que, a su vez, aportará su buen posicionamiento de marca y la experiencia en creatividad y comunicación. Se trata, según las mismas fuentes, de aprovechar todas las sinergias posibles y por eso el tándem contempla ir más allá del negocio puro del vino para mezclarlo con la moda y la organización de eventos. Algo cada vez más habitual entre las grandes bodegas, con negocios diversificados en el enoturismo y la cultura.

José María Fonseca, presidente de Terras Gauda.

José María Fonseca, presidente de Terras Gauda. / Alba Villar

En eso se parecen, y mucho, ambas empresas y sus fundadores. La trayectoria de José María Fonseca está empapada también del apego a la cultura, las raíces y el humanismo. Y, al igual que Verino, abre la mano a las nuevas generaciones, en su caso con sus dos hijos al frente del día a día del grupo.

Cifras de Terras Gauda

Solo con Terras Gauda, la cifra de negocio superó los 14 millones de euros en 2022, un 12% más que el ejercicio anterior. Para 2023 estimaba un alza de la facturación de “aproximadamente en un 14%, incrementándose en un 7% el número de botellas comercializadas que rondarán los dos millones”. “En cualquier caso, considerando el incremento de coste de la cosecha que se comercializa, la 2022, unida a la de los elementos incorporables, gastos de personal, costes energéticos y, muy especialmente, los gastos financieros, se espera un resultado muy similar al del ejercicio 2022”, recoge en su último balance público, con un beneficio de casi 726.000 euros. Está presente en casi medio centenar de países y el grupo engloba, además, otras tres bodegas (Viñedos y Bodegas Pittacum, Quinta Sardonia y Compañía de Vinos Heraclio Alfaro) y la conservera vegetal A Rosaleira.

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