Albo vuelve a aumentar beneficios pese al estancamiento en el nivel de ventas

La firma viguesa de Shanghai Kaichuang cerró 2023 con 93 millones de facturación | Comercializa en el exterior el 53% de su producción y redujo costes en materia prima

Vista general de las nuevas instalaciones de Albo en la Plisan.

Vista general de las nuevas instalaciones de Albo en la Plisan. / Ricardo Grobas

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

La conserva gallega se fija cada vez más en los mercados exteriores. Como explicó la patronal Anfaco-Cecopesca en la presentación de las cifras de 2023, las ventas en el extranjero aumentan y ayudan a sostener los números de las empresas del sector, que apenas variaron respecto al año anterior. La viguesa Hijos de Carlos Albo es un perfecto ejemplo de la realidad que vive hoy esta industria. Tras ocho años ya bajo propiedad de la china Shanghai Kaichuang, la conservera ha ido creciendo en diversos frentes para capear los desafíos de estos años, que no han sido pocos. La pandemia de COVID, los efectos de la guerra en Ucrania o la caída del consumo de productos del mar han supuesto barreras que la firma logró superar al tiempo que invertía fuertemente en la nueva factoría de la Plisan, inaugurada el año pasado, y lanzaba la comercializadora de materia prima Estelas Trading. Junto a ello, el aumento en las exportaciones y la contención en los costes han permitido a Albo volver a beneficios pese al estancamiento en las ventas.

Como comunicó la compañía asiática la semana pasada a la Bolsa de Shanghái, por el momento Albo sigue sin superar la barrera de los 100 millones de euros en ventas, objetivo que se marcaba en el plan estratégico de la empresa en el momento en el que cambió de dueños, en 2016. Las cifras muestran que las ventas de Albo (que incluyen las de Estelas Trading) se situaron en los 721.417.100 yuanes, lo que al cambio actual suponen 92,7 millones de euros frente a los 96,4 del año anterior.

“Frente a los efectos adversos del aumento de los costes de las materias primas y auxiliares”, recoge la comunicación, “Albo redujo los costes y aumentó la eficiencia mediante la mejora de los costes de adquisición de materias primas, la optimización de los procesos de producción, el desarrollo de productos rentables y otras medidas”.

Shanghai Kaichuang explica que Albo “está ejerciendo activamente su efecto de marca” y que se está centrando en desarrollar “mercados nacionales e internacionales” para potenciarla más allá de España, algo que también está consiguiendo a través de Estelas Trading, la trader filial de la conservera que se creó en 2019 para “establecer un canal comercial bidireccional” de materia prima con China.

Con estas acciones en su nueva planta en la Plisan, en la que se invirtieron más de 30 millones, y con “una posición de liderazgo en el mercado español” en el atún, la conservera esquivó la caída de los beneficios que marcó en 2022, con un 92,85% menos, pasando ahora a ganar 5.189.800 yuanes, algo más de 660.000 euros.

En cuanto a los resultados del grupo, que a su vez es propiedad del conglomerado chino Bright Food, Shanghai Kaichuang alcanzó unas ventas en 2023 los 2.014,5 millones de yuanes, unos 256,3 millones de euros al cambio actual, lo que supone un 3,79% más respecto al curso anterior. El ligero crecimiento se debe, según la empresa, a los “grandes riesgos y desafíos severos” a los que tuvo que hacer frente.

En lo que respecta a la flota atunera que opera y que nutre a Albo, la docena de buques que posee –acaba de encargar uno por 21 millones de euros– capturaron 93.200 toneladas de pescado, un 2,65% menos, mientras que, en su estreno en la captura de krill, gracias al arrendamiento de un gran arrastrero, la firma pescó 39.200 toneladas de este pequeño crustáceo.

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