Los otros "megayates" ofertados por el naval vigués

Astilleros de la ciudad han lanzado al mercado yates y barcos de lujo en busca de un futuro dueño, tal y como acaba de hacer Freire Shipyard

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

El mercado de los yates y megayates, el de los buques exclusivos, se mueve de una forma diferente al resto. A veces con un inversor que tiene en mente el barco de sus sueños y que busca astillero en el que llevarlo a cabo. Otras, con proyectos ya sobre la mes a la busca de un futuro armador que se decida por la operación. En este último nicho, Freire Shipyard presentó ayer dos nuevas unidades, como publicó este medio, de 82 y 69 metros de eslora, respectivamente. Sin embargo, no son los primeros que oferta el naval vigués.

A lo largo de los años, atarazanas asentadas en el área de Vigo han lanzado al mercado sus iniciativas de forma pública, a veces en solitario y otras de la mano de diseñadora o de brókers internacionales.

Recientemente, por ejemplo, el grupo Armón facturó tres unidades de lujo tipo shadow cat (Hodor, Wayfinder y Nebula) en sus instalaciones de Burela, barcos de más de 60 metros que sirven de apoyo a megayates portando sus juguetes. Ahora, tiene en el mercado uno creado con la diseñadora Schwalgien, un barco de 65 metros bautizado como Origami y, al contrario que los tres anteriores, monocasco.

Antes, el ya desaparecido Hijos de J. Barreras, cuya instalaciones ahora son precisamente propiedad de Armón, se alió con el bróker Globe Regal y la diseñadora neoyorquina Gill Schmid Design para alumbrar el proyecto Xia, un megayate de 160 metros de eslora valorado en 260 millones. En este caso, el impresionante proyecto nunca llegó a ver la luz.

Al otro lado de la ría, Atollvic presentó dos unidades, una con RodriguezDesign y otra con BYD Group. Con esta última lanzó al mercado un superyate cero emisiones de 50 metros de eslora que, una vez construido, contaría con 499 toneladas de arqueo bruto (GT, gross tonnage), una velocidad máxima de 14,5 nudos y una capacidad para 12 pasajeros.

En el caso de la alianza con RodíguezDesign, la propuesta fue el Saona, presentado en 2019. En este caso, se trata de un yate de 55 metros de eslora que, como el anterior, estaría realizado al 100% en aluminio. El precio trasladado entonces, sujeto a modificaciones por parte del futuro armador, sería de unos 60 millones de euros.

En esta lista también se prodía incluir la propuesta de Cardama Shipyard para la reconversión de la patrullera construida en su día para Dinarmarca y que tendría por nombre Nordsøen. El astillero le busca un futuro armador, y entre las propuestas, además de convertirlo en palangrero, está la posibilida de que mute en un yate de exploración, tan de moda en los últimos años. El barco, de 68,7metros, sigue en el mercado.

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