Surco resucita Maderas Iglesias con un “megacontrato” para vender en EE UU

Maderas Iglesias avanza en su segunda resurrección y esta llegará “muy pronto”, toda vez que su nueva propiedad sellará entre hoy y mañana la compraventa de la mítica empresa porriñesa, reina de la tarima flotante durante décadas y que hasta hace solo unos meses se encontraba en liquidación. El grupo vasco Surco, a través de su filial Rica Interiors, es quien pasará, en cuestión de horas, a hacerse con el “control efectivo” de la compañía –remarcan fuentes de toda solvencia–. Se escribe así el punto final de la adjudicación decretada a comienzos de enero por el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Pontevedra, como avanzó en exclusiva FARO, y el primer capítulo de un nuevo libro para Maderas Iglesias.

Según ha podido confirmar este periódico, Surco prevé formalizar este jueves dicha operación, si bien por cuestiones ajenas a la parte adquirente podría demorarse al viernes. El hecho en sí no importa, no trastoca sus planes ya que, de una forma u otra, el objetivo es arrancar la fábrica “a lo largo de las próximas cuatro semanas”. La puesta en marcha será posible gracias a que Surco ha logrado cerrar un megacontrato con una distribuidora con más de 80 puntos de venta en los Estados Unidos. Al mercado americano es al que principalmente se orientará la producción de la planta, que garantiza “carga laboral para todo el personal subrogado”.

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Son los 70 trabajadores que incluía en su oferta el grupo vasco, que se irán incorporando “gradualmente” entre febrero y marzo hasta que las instalaciones de O Porriño estén plenamente operativas. En ellas, gracias al acuerdo alcanzado, se elaborarán cerca de 35.000 metros cuadrados de tarima al mes que se enviarán en barco al otro lado del charco. El encargo se extenderá al menos durante 2024 y 2025, ejercicios en los cuales confeccionarán una superficie cercana a las 80 hectáreas de pavimento de madera. Un área equivalente a la de 114 campos como el Santiago Bernabéu o 33 coliseos romanos.

A mayores, Surco trabaja en proyectos para el sector contract –dirigido al diseño, fabricación, suministro e instalación de equipamiento integral para construcciones de uso colectivo– en España y otros países como Marruecos, México, Reino Unido y Francia. También en Grecia, Arabia Saudí y Catar, con planes orientados al ámbito hotelero y las residencias de lujo, y a los que destinará una porción de la producción de Maderas Iglesias.

El objetivo es arrancar la fábrica “a lo largo de las próximas cuatro semanas”. La puesta en marcha será posible gracias a que Surco ha logrado cerrar un megacontrato con una distribuidora con más de 80 puntos de venta en los Estados Unidos.

Hasta la fecha, el grupo vasco únicamente estaba enfocado en el segmento premium de la tarima; en el caso de los complejos turísticos, por ejemplo, abarcando el diseño y la creación de los suelos de las suites. Su segundo objetivo ahora pasa, con la adquisición de la empresa porriñesa, por hacerse un hueco en el resto de las habitaciones, al contar con un catálogo más amplio de pavimentos disponibles y poder ofrecer modelos a precios “mucho más competitivos”.

ERE al personal no subrogado

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) emitió a última hora del martes un comunicado informando de que el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Pontevedra –como estaba previsto– había emitido ya el auto en el que decreta la extinción colectiva de los contratos de los 91 trabajadores de Maderas Iglesias que no contemplaba Surco en su propuesta, formulada a través de su filial de Silleda. La plantilla afectada será indemnizada con cargo a la masa –sin perjuicio de las obligaciones del Fondo de Garantía Salarial– en las cantidades que se corresponden con 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades.

Fundada en 1937 y referente durante décadas en el sector de los pavimentos, generando en sus mejores años 76,5 millones de facturación y empleando a cerca de 800 personas con plantas en el extranjero, Maderas Iglesias se vio sumida en una caída casi irreversible con el crac del ladrillo. La crisis inmobiliaria llevó a la histórica compañía a la quiebra a mitad de 2012, consiguió salir en 2013 con un principio de acuerdo con una mayoría de los bancos acreedores, pero en mayo de 2023 volvía al abismo por varios incumplimientos de los pagos pendientes con el pool financiero.

En liquidación efectiva desde entonces, compitieron por sus activos la viguesa Meifus Global Holding y Surco, que acabó logrando la conformidad de los titulares de más del 95% de los créditos con privilegio especial (Abanca, 34,2%; ECO IV Acquisition, 32,5%; BBVA, 15,4%; Sabadell, 7,1%; y Bankinter, 6,1%). La propuesta de Rica Interiors se fijó en 9,4 millones, con un precio cierto a pagar que se elevó de 5,6 a casi 6,2 millones respecto a la anterior, y en la misma se renunció a un cómputo de existencias valorado en más de 15 millones; al crédito frente a clientes, que cuantificó en 283.470 euros; y a los inmuebles no situados en O Porriño, que valoró en 1,67 millones.

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