Metalships y sus empleados no logran un acuerdo y vuelven a citarse el lunes con mediación

A petición de la dirección, representantes de Metalships y parte de sus trabajadores se reunieron este jueves en Santiago para desatascar el conflicto laboral que impera en la firma. Una crisis que estalló a mitad de agosto con el despido de siete empleados –dos de ellos miembros del comité– y que mantiene el astillero vigués paralizado desde comienzos de esta semana, cuando empezó la huelga indefinida convocada por los sindicatos. Pese a la mediación de la Xunta en el marco del AGA, la realidad es que aún no hay acercamiento de posturas. “El avance es que hablamos”, dijo el secretario general de la Federación de Industria de CC OO en Galicia, Juan Carlos López, anunciando un nuevo encuentro el próximo lunes.

La reparación del “L´Audace” endurece el enfrentamiento de Metalships y sus trabajadores

En paralelo a las negociaciones, que no concluyeron hasta última hora de la tarde de ayer, cerca de cien personas se manifestaron en Vigo al grito de “Obreiro parado, patrón colgado”, “Traballo digno na nosa terra” o “A loita é o único camiño”. Recorrieron más de tres kilómetros entre bocinazos, petardos y cánticos durante una travesía que partió desde la entrada de la compañía, en Teis, hasta la sede del Círculo de Empresarios de Galicia.

Dicha entidad no fue elegida por casualidad: el propietario de Metalships, Manuel Rodríguez, es su actual presidente. Al llegar al lugar, además de colgar varios carteles para criticar la situación, los organizadores de la protesta hicieron hincapié en que el también dueño de Rodman “ha llegado al final de su ciclo”. “Desde aquí exigimos (a las patronales) que tomen cartas en el asunto y exijan su dimisión”, indicaron a los periodistas presentes, volviendo a demandar la “readmisión inmediata de los siete despedidos”.

En esta línea, los representantes de los trabajadores recordaron que el mensaje que envía la dirección del astillero vigués al haber echado a la calle a dos delegados sindicales es “peligroso”. “Primero fue Vulcano, después Barreras con el mismo modelo... Tenemos que dar una respuesta contundente”, sentenciaron, urgiendo a crear un “frente común” para frenar la “represión” que, a sus ojos, “no es problema de una empresa sino de todo el sector”.

Una vez la marcha se instaló en García Barbón, FARO pudo hablar con algunos de los empleados afectados, personal de la sección de tubería del que prescindió Metalships hace dos semanas. “Nos largaron a todos porque se quisieron cargar al comité. La excusa para cargarse al comité es que sobrábamos todos los tuberos”, puntualizó Emilio José, uno de los perjudicados, constatando que pese a la baja carga laboral podrían haber seguido desarrollando otras funciones: “La gente de las auxiliares debería haber ido a otros sitios a trabajar y ocupar nosotros sus puestos mientras no hubiese nuevos encargos. De carretillero, de limpieza, de lo que fuera”.

“Solamente estamos pidiendo que haya trabajo y un futuro para esta compañía”, agregó por su parte Jorge, otro de los despedidos, asegurando que se pidió por carta a la firma “un plan industrial” que en ningún momento llegó. “Es público y lo tienen dicho, lo único que están buscando es quedarse con 10 o 12 trabajadores”, apuntó asimismo. Óscar, otro de sus compañeros, admitió tras su intervención que “el naval es un sector muy precario”. “No llama y cada vez llamará menos a los jóvenes”, remarcó.

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