BALANCE DE LAS ORGANIZACIONES

El campo cierra un año agrario marcado por las adversidades

Las consecuencias de la sequía y la guerra de Ucrania continúan lastrando la actividad del agro

Algunos agricultores han tenido que abandonar cultivos ante la imposibilidad de darles riego

Una cosechadora recolecta cereal en una finca de la provincia de Córdoba.

Una cosechadora recolecta cereal en una finca de la provincia de Córdoba. / Diario de Córdoba

Rafael Valenzuela

El mes de agosto viene a significar el final del año agrario y el inicio, con la llegada de septiembre, de una nueva temporada. Para el que termina, los calificativos que manejan las organizaciones agrarias cordobesas no son nada positivos, pues lo califican de entre malo y pésimo.

La principal causa de esta pésima valoración es la sequía, la falta de agua, que ha ocasionado dificultades añadidas a la ya complicada situación del campo cordobés. Junto a ello, la guerra de Ucrania ha incrementado las dificultades al elevar el coste de los medios de producción.

Así, entre las consecuencias más directas de la falta de agua, tanto Asaja como COAG recuerdan que, además de cosechas más cortas en no pocos cultivos, se ha dado el caso de numerosas explotaciones en las que su titular ha tenido que dejar de sembrar algunos al no poder regarlos o para poder dedicar el agua que le correspondía al mantenimiento de las arboledas (olivos, naranjos o almendros, principalmente).

Especialmente delicada se ha vuelto la situación en la ganadería, donde la falta de alimentación natural ha obligado a buscar aportes externos, que, como se ha citado, han sufrido grandes subidas de precio. La falta de agua para los animales y las dificultades para poderlos alimentar ha "tenido como consecuencia que los propietarios de muchas explotaciones hayan tenido que tomar la decisión de sacrificar ganado", explica Carmen Quintero, secretaria general de COAG Córdoba.

El caso más evidente de la escasez de producción es el del aceite, que arrastra ya dos cosechas bajas, lo que está causando una subida de precios desconocida.

Otro de los grandes cultivos de la provincia es el de los cítricos, donde también la sequía se ha dejado notar, reduciendo sensiblemente la producción final, así como el calibre del fruto. Además de estos, otro de los cultivos más perjudicados ha sido el cereal, pues gran parte del mismo no se ha podido cultivar por falta de calidad, al no madurar de manera correcta, y se ha tenido que destinar en gran medida a la henificación para alimentar el ganado.

También el ajo ha visto recortados sus rendimientos y la superficie sembrada, ante el temor confirmado del sector de la falta de agua para riego y por los ya citados costes de producción. Como excepción se puede citar la vid, a la que precisamente el calor ha beneficiado en lo que se refiere a la calidad del fruto, aunque también se habla de una producción inferior a lo deseable.

Asaja y COAG coinciden en señalar que al mes de septiembre (y al otoño en general) lo que hay que pedirle es que sea generoso en lluvias.

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