Hoja de ruta

Ganomagoga “aprieta el acelerador” y prevé cerrar su liquidación antes del 31 de julio

El administrador concursal pedirá una fianza de 50.000 euros por unidad productiva a los inversores que accedan a la puja | Concederá tres semanas para visitar las instalaciones del conglomerado industrial

Instalaciones del Grupo Ganomagoga en Mos.

Instalaciones del Grupo Ganomagoga en Mos. / FARO

A horas de que se abra el plazo para pujar por las cinco unidades productivas del Grupo Ganomagoga, la liquidación de la firma que hace medio siglo impulsó Cándido González encara con esperanza el que podría ser su nuevo futuro. Una vez se plasme sobre papel el inicio del proceso, que se publicará en el Tablón Edictal Judicial Único (TEJU) del Boletín Oficial del Estado (BOE), los interesados tendrán un mes para transmitir sus ofertas; y ya sea por una o varias empresas del conglomerado industrial, en concurso voluntario desde finales del pasado mes de marzo, lo harán siguiendo un camino ordenado. Dirigido por el administrador concursal FCH Social y Mercantil, se espera que el mismo culmine antes del próximo 31 de julio, dejando los deberes hechos antes de las vacaciones de verano. Todo ello para tranquilidad de los más de 150 trabajadores que todavía penden de un hilo, en un ERTE cuatrimestral a la espera de saber qué sucederá con sus respectivos puestos laborales, pero también para reflotar parte de la economía que albergan las localidades de Mos, O Porriño, Ponteareas y Vigo. Se trata de recuperar, de la mejor manera posible, la huella industrial que perdió la provincia de Pontevedra a comienzos de año. Fue entonces cuando la plantilla comenzó a afrontar los primeros impagos, a la par que la actividad se reducía a la nada en sus centros operativos.

Tal como estiman fuentes próximas al caso, el porvenir de estas instalaciones se decidirá en los próximos dos meses, si es que sus más de 18.000 metros cuadrados encuentran nuevo o nuevos propietarios. Para ello “hay bastantes papeletas”, añade otro testimonio cercano, al menos por lo que respecta a la nave de Talleres Ganomagoga que comprende las labores de calderería y concentra la práctica totalidad de su superficie cubierta: unos 10.000 metros cuadrados localizados en el número 12 de Gándara, dedicados a la fabricación de torres eólicas y grandes estructuras. También hay optimismo en torno a Aplimega –que posee otros 5.000 metros cuadrados que incluyen dos cabinas de granallado y otro par de pintura para estructuras eólicas y piezas de gran tamaño, entre distintas máquinas– y Logistics –con siete cabezas tractoras y ocho remolques de diferente capacidad, un camión plataforma y dos furgonetas, tanto para el transporte de mercancías normales como para portes especiales, de pesos y dimensiones considerables–.

A ellas se suman la segunda nave de Talleres Ganomagoga, en este caso no en Areas sino ubicada en Mos, que aglutina cerca de 2.000 metros cuadrados interiores y contiene un centro de mecanizado con tres fresadoras y cinco tornos, además de una cizalla, una plegadora y una línea de corte de perfiles. En último lugar está Cedval, más o menos con la misma superficie que la anterior, destinada a la confección de piezas para la industria naval y que cuenta con dos prensas horizontales, tres arcos sumergidos o dos posicionadores.

Después de que se abra el plazo para pujar por las cinco unidades productivas del Grupo Ganomagoga, y siguiendo la hoja de ruta estipulada, el administrador concursal enviará cinco informes a los inversores interesados –12 hasta la fecha, al menos los contabilizados por este periódico, que en ediciones anteriores avanzó el acercamiento de empresas nacionales como la viguesa Chorro Naval o la leonesa Emobi Industries, así como internacionales, como la surcoreana CS Wind–. Está previsto que se dé una semana para que los inversores interesados reciban la información facilitada –que constará de una descripción las unidades productivas, contendrá un precio orientativo de cada una y una relación de los trabajadores que albergan– y tras ello se concederán tres semanas para que los inversores interesados puedan visitar las instalaciones que entren dentro de sus planes. En la última de esas tres semanas, y hasta que se cumpla el mes que se dará para formular ofertas por los activos de la firma de Cándido González, es cuando se espera que llegue el grueso de las proposiciones, que en todo caso se valorarán por FCH Social y Mercantil teniendo en cuenta el precio que incluyan, los trabajadores con los que se queden y la solvencia de los postores.

Esto sucederá en junio, según los planes contemplados, para que durante el mes siguiente, tras emitir el administrador concursal su pertinente valoración sobre los inversores que considera más adecuados, sea el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Pontevedra el que determine a cuál o cuáles se adjudicarán una, varias o todas las instalaciones. Para garantizar el compromiso de los interesados y la solidez de sus intenciones, se solicitará una fianza de 50.000 euros por unidad productiva a cada uno de ellos. De este modo, si por ejemplo hay uno que desea presentar una propuesta por las cinco, en su conjunto, deberá ingresar previamente 250.000 euros.

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