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Caída empresarial

Ganomagoga justifica el despido de toda su plantilla al considerar “inviable” el futuro del grupo

La compañía notifica en dos días un ERE a casi 200 empleados | Sorpresa en el sector: “Jamás hubo síntomas de dificultades”

Una veintena de trabajadores de Talleres Ganomagoga, durante una protesta ayer (Ponteareas). Ricardo Grobas

Si algo claro puede desprenderse de la delicada situación que atraviesa Ganomagoga es que nadie preveía una caída que en menos de 24 horas se ha saldado con la comunicación de un ERE extintivo (despido colectivo) a cerca de 200 trabajadores. El histórico grupo que supo situar a Ponteareas en el mapa industrial de Galicia –encadenando a través del metal una apuesta sólida y diversificada en campos punteros como la eólica, el naval o la biomasa– notificó ayer sus intenciones a toda la plantilla de Talleres Ganomagoga (130 empleados) tras hacerlo la jornada anterior en sus demás empresas: Aplimega (30 afectados), Cedval (20 más) y Logistic (otros ocho).

Referente de larga y reconocida trayectoria en la comunidad, Ganomagoga buscaba hace solo ocho meses nuevos profesionales para incorporar a su plantilla. Después de un 2021 de grandes beneficios y cosechando máximos de productividad durante el 2022, lanzó una oferta de empleo el pasado julio para especialistas con experiencia en soldadura. Ofrecía incorporación inmediata con contrato temporal y posibilidad de continuar en la compañía.

Por si fuera poco, a finales de este último año su administrador e impulsor, Cándido González, recibía una de las tres distinciones concedidas por Asime con motivo de su 45 aniversario. En un diciembre que actuaría como punto de inflexión de cara al futuro y a solo unos días de que se produjeran los primeros retrasos en el pago de las nóminas de sus trabajadores, señaló emocionado al recoger el galardón que este 2023 celebrarían un acto para conmemorar el medio siglo de vida de la firma.

Lo siguiente poco a poco se ha ido esclareciendo. Los atrasos se fueron prolongando como sus encargos reduciendo a la par que las alarmas comenzaron a saltar entre el personal de las empresas del grupo. Todo ello para sorpresa de su sector, que ha seguido de cerca una caída inexplicablemente rápida, como si de un castillo de naipes se tratase. “Jamás hubo síntomas de dificultades”, apuntan, dando fe de que se trata de una compañía que incluso desarrolló y patentó “una caldera propia”.

Conforme indicaron fuentes sindicales a FARO, la dirección trasladó ayer al comité (presidido por CIG y del que forma parte CC OO) que el ERE extintivo comunicado a toda su plantilla llega al considerar “inviable” que puedan continuar con su actividad ante la delicada situación que afrontan actualmente, achacada a “causas económicas, productivas y organizativas”.

Ganomagoga, casi sin carga laboral, ha exprimido hasta la fecha su cartera de pedidos y como ejemplo de ello están GRI Towers –a quien ya ha suministrado ocho tramos de torres eólicas a cambio de inyecciones económicas que están utilizando para saldar la deuda pendiente con el personal– o Cedval, que al término de febrero seguía entregando equipamiento para cruceros.

Con todo en el aire, los trabajadores se mantienen en completa incertidumbre e incluso desconfían de la gestión del grupo, cuyos responsables han rechazado hacer declaraciones a este periódico en más de una ocasión. “No tenemos claro dónde está el desajuste de cuentas”, exponen los empleados, resaltando que el periodo de negociación del despido colectivo empezará el próximo 16 de marzo. A partir de esa fecha tendrán 15 días de margen para determinar en qué condiciones se acabará produciendo el mismo.

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