El metal gallego aumentó ventas un 15%, “pero podría ser un 30% más con el personal necesario”

El sector facturó 14.534 millones en 2022 y Asime insiste en la falta de 1.500 trabajadores para proyectos ya firmados

Trabajadores en las instalaciones de los astilleros Ría de Vigo ( antiguo Hijos de J. Barreras)

Trabajadores en las instalaciones de los astilleros Ría de Vigo ( antiguo Hijos de J. Barreras) / Alba Villar

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

El mes pasado, coincidiendo con la asamblea general de la patronal del metal, Asime, su presidente concedió una entrevista a FARO. Justo Sierra, también CEO de Urovesa, incidió en la escasez de mano de obra cualificada en el sector, cifrando en “1.500 o 1.600 trabajadores” para “en un plazo muy corto”. Ayer, el secretario general de la asociación, Enrique Mallón, presentó los resultados del sector el año pasado con un informe que, a su juicio, “muestra unas cifras relevantes y claras” tanto en relación al empleo como a la facturación, con crecimientos que son menores que los que podrían ser si encontrasen ese personal que vienen demandando. “Podemos estar perdiendo un 30% más de facturación global por no tener a esas personas que necesitamos”, lamentó Mallón. Solo en el área de Vigo, la industria precisa cubrir 800 vacantes.

Según los datos recopilados por la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia, la industria del metal facturó el año pasado 14.534 millones de euros, un 15% más respecto a 2021. En cuanto al empleo, el incremento fue solo del 0,5%, hasta 57.050 trabajadores, “debido a la escasez de personal cualificado a pesar del gran volumen de pedidos”.

“El sector vive un momento histórico de actividad” Las cifras del metal

Enrique Mallón-Sec. Gral. de Asime

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Según el cálculo porcentual expuesto por Mallón, de haber cubierto esas vacantes el sector del metal en Galicia podría haber rozado el pasado año los 19.000 millones de euros. Sin embargo, la industria “necesita un mínimo de 1.500 trabajadores de manera inmediata”.

Pese a todo, Mallón recalcó de que se trata de “un muy buen momento para el sector, con un momento histórico de actividad”. Algo que, espera, continúe también este año. “Las previsiones para 2023 son buenas”, recalcó el secretario general de Asime, que apuntó que la industria “está cercana al 100% de capacidad activa respecto a su capacidad productiva”.

En cuanto al mercado exterior, Mallón recalcó que el 35% de las exportaciones gallegas corresponden al sector del metal, siendo Pontevedra la provincia donde se concentraron el 76% de las exportaciones, por valor de 8.046 millones de euros. Por contra, la industria acaparó el 34.9% de las importaciones totales gallegas, con Pontevedra de nuevo al frente con 7.410 millones de euros (el 78%).

  • Más ventas y empleo

    Aunque ligeramente (+0,5%), el empleo creció en el metal el año pasado, hasta los 57.050 trabajadores. La facturación, en cambio, creció un 15%, hasta 14.534 millones de euros.

    Crecimiento por sectores

    El sector de la automoción y metal mecánica facturó 10.560 millones, un 14% más, y el naval 897 millones, un 12% más. Por su parte, las construcciones y estructuras metálicas elevaron ventas un 14%, hasta los 555 millones.

Sectores

Por sectores, el pasado año hubo altibajos en empleo, pero no así en facturación. En el caso de la automoción, metal mecánica y transporte, las ventas ascendieron a los 10.560 millones, un 14% más, con un total de 19.174 empleos, un 2% menos.

En cuando al naval (incluyendo energías marinas), en un año marcado por el nacimiento de Astilleros Ría de Vigo a cargo del grupo Armón en las instalaciones de la desaparecida Hijos de J. Barreras, la industria facturó 897 millones, un 12% más, y experimentó un descenso en el empleo del 1%, hasta los 7.956 ocupados. Mientras, el subsector de las construcciones y estructuras metálicas dio empleo a 16.288 personas (un 1% más) e incrementó su facturación hasta los 555 millones (un 14% más).

Sobre la aeronáutica, aunque no se aportaron datos, Asime destaca en su informe que se trata de un sector que “remonta con fuerza tras las crisis de COVID, impulsada por la recuperación de la aviación comercial y mercados nicho como drones o militar”.

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