Entrevista | Justo Sierra Presidente de Asime y CEO de Urovesa

“Calculamos que el metal necesita en un plazo muy corto 1.500 o 1.600 trabajadores”

“La crisis que hemos tenido ha puesto a muchas empresas en jaque; los que sobreviven son los más fuertes”

Justo Sierra, ayer enla sede de Asime.

Justo Sierra, ayer enla sede de Asime. / ALBA VILLAR

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Justo Sierra (Viveiro, 1971) fue reelegido ayer como presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime) en una asamblea general en la que también entró como vicepresidente tercero Patricio Fernández, de Industrias Ferri. El también CEO de Urovesa repasa la actualidad del sector, las necesidades como la mano de obra y las grandes oportunidades, como son la eólica marina o la aeronáutica.

–Cuando empezó como presidente de Asime en 2018 decía que el sector necesitaba 2.000 trabajadores. ¿Persiste esa necesidad de mano de obra?

–Sigue habiendo carencia de gente formada. De hecho, es uno de los grandes retos que tenemos ahora desde Asime y que tiene el sector en general. Es intentar trabajar para que las empresas tengan un capital humano adecuado a lo que se necesita. Y hay muchas empresas que tienen proyectos y carga de trabajo, pero que lamentablemente no encuentran ese recurso humano. Calculamos que el sector necesita en un plazo muy corto 1.500 o 1.600 trabajadores.

–Habla de corto plazo, y visto lo visto en los últimos años, ¿se aventura a hacer previsiones para este?

–La revisión debería ser recuperar el nivel de actividad prepandemia y que las empresas que han sobrevivido a la pandemia, que teóricamente tienen que haber sido las más fuertes, sean capaces de afrontar nuevos proyectos y probablemente incluso con más intensidad y con más fuerza que antes de la pandemia, porque en todas partes han desaparecido empresas y se suele decir que cuando sucede una crisis los que sobreviven son los más fuertes.

–Pandemia, una guerra… ¿qué nota le da al metal tras estas crisis?

–Una nota alta, pero muy alta, porque la crisis que hemos tenido de incremento de coste de materias primas o de rotura de la cadena de suministro ha puesto a muchas empresas en jaque.

–Habla de empresas en jaque y en los últimos días una de las principales empresas que están en Asime, Ganomagoga, vive una situación muy difícil. ¿Se lo esperaban?

–Desconozco realmente las interioridades de esta empresa. La verdad es que lamento mucho que tengan una situación compleja, pero puede estar muy motivada por un montón de factores en el contexto general que estamos viviendo. Desconozco cuál es el origen porque cada empresa se gestiona de una forma diferente y tiene sus resortes, fortalezas y debilidades.

–¿Se temen más casos o será algo puntual?

–Hasta donde yo sé, no, no tenemos noticia de otras situaciones parecidas.

–Ganomagoga trabajaba mucho en eólica, ¿cree que es el momento de un acuerdo transversal de administraciones, industria y sociedad para subirse al carro de la eólica marina?

–Tenemos que aprovechar el recurso. Lo que pasa es que para aprovechar este recurso hay que hacerlo de una forma ordenada, respetando otras actividades que conviven en el mismo espacio, que además llevan mucho tiempo. Y tenemos que hacerlo de una forma que la sociedad entienda que tiene que ser un punto de equilibrio para aprovechar el recurso que tenemos en frente de nuestras costas y desarrollar toda la cadena de suministro, con lo que conlleva eso de oportunidad para que empresas del metal. Y no solamente empresas, también organismos de investigación, universidades, administraciones públicas... Aprovechar el recurso y hacerlo de una forma que el valor añadido, en la medida de lo posible, se genere en el entorno de cercanía, que genere empleos de calidad y de larga duración.

–¿Y se esperaba esta reacción tan airada del sector pesquero?

–Bueno, yo entiendo la preocupación. Lo que sucede es que los planes de ordenación del espacio marítimo los vemos precisamente como algo necesario para regular y para que las actividades puedan convivir. Por fin, encima de la mesa hay unas zonas que están aprobadas para determinados usos, pero a partir de ahí hay mucho trabajo, como coordinar con sectores tradicionales, con transporte marítimo, coordinar incluso con las zonas restringidas desde el punto de la defensa nacional. Es complejo, pero por lo menos ya tenemos un marco de trabajo y ahora es cuando realmente se tiene que empezar a trabajar.

–¿Qué valoración hace de la frase “eólica sí, pero no así”?

–Tenemos que empezar por establecer las prioridades. Tenemos que darnos cuenta que la eólica es una energía que vamos a necesitar si realmente queremos la descarbonización. El objetivo final es tener una fuente de generación de energía limpia. A partir de ahí tenemos que tener en cuenta la sensibilidad en todas las partes. Hay que buscar un punto de equilibrio, porque si no se busca no sería una buena solución social desde el punto de vista social. Soy positivo en ese sentido.

–Sacando la eólica, ¿qué otro sector identifica como la gran oportunidad para Galicia?

–Uno de los que me parece más relevantes es la aeronáutica, tanto a través de los UAVs como de la aeronáutica tradicional. Está llamado a ser uno de los sectores clave para el futuro del metal, entre otras cosas porque es un sector con un alto, altísimo valor añadido. Eso lo hace un sector muy atractivo para el que muchas de las empresas del metal tradicionales se han ido preparando. Hay mucho proceso de homologación y de certificación, pero yo creo que el sector del metal en general debe evolucionar hacia un sector con más valor añadido y el aeronáutico es probablemente el top en ese sentido.

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