Educación, campo y salud tienen la menor tasa de paro en Galicia, por debajo del 7%

Mecánica y electrónica ya no es el grupo con menos desempleados | El indicador llega al 14% en artes y humanidades | El 40% de los ocupados recibió una formación básica

Agricultores en Silleda.

Agricultores en Silleda. / BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Julio Pérez

Julio Pérez

Después de lo sucedido en los tres últimos años, cualquier vaticinio sobre cómo será la economía del futuro cercano corre el riesgo de quedarse en papel mojado en breve. La pandemia destrozó las previsiones. Las que venían de antes, irreales ante un escenario global inédito a causa de un virus microscópico y letal; y las de después también, que pecaron de pesimismo ante la recuperación acelerada de la actividad porque, entre otras razones, la crisis se combatió con escudos sociales y políticas expansivas frente al austericidio articulado durante la doble recesión financiera de 2009 y 2012. El mercado laboral, sin embargo, sí es un buen ejemplo de la transformación del tejido productivo desde entonces. Todas las comunidades volvieron al nivel de empleo precoronavirus y parte de ellas, incluso, tienen las cifras de afiliación más altas de la historia, lo que ha permitido al conjunto del Estado batir su récord histórico de altas a la Seguridad Social. No es el caso de Galicia, donde hay unos 41.000 trabajadores menos que antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, pero cualitativamente los cambios son más que evidentes. La ocupación en actividades de cuidados y en sectores de alto valor añadido crece con fuerza y faltan candidatos para cubrir vacantes, al igual que en otros puestos afectados por la falta de relevo generacional y el alejamiento de la población en busca de mejores condiciones.

La educación siempre estuvo por debajo de la tasa general de paro en Galicia, situada en el 11% durante el pasado año, medio punto menos que en 2021. El sector sufrió mucho con el COVID-19 y una parte de sus plantillas con contratos de refuerzo o temporales se fueron a la calle. La tasa en su caso llegó a rozar el 10% en 2020. Bajó al 7,29% al ejercicio siguiente y en 2022 descendió otra vez al 6,8%, la más baja de la economía gallega, según el balance que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Los profesionales educativos ocupan el lugar que tenía el colectivo de mecánicos, electrónicos y otros perfiles de carácter técnico para industria y construcción, entre los que la tasa de paro se incrementó del 6,75% al 7,92%. Las otras dos ramas con menor proporción de desempleados en la comunidad fueron la salud y los servicios sociales (6,8%), presionados por la creciente demanda de atención sanitaria y de los centros de mayores; y la agricultura, ganadería, silvicultura y veterinaria (6,8% también, la mitad que en 2021), donde no hay paro porque tampoco hay suficientes trabajadores para cubrir las jubilaciones y asumir las explotaciones que echan el cierre. 

En la otra cara de la moneda están los titulados en artes, humanidades y lenguas. Tiene la tasa de desempleo más alta: 14,3%. Les sigue el grupo de población formado únicamente con estudios generales, preparación básica de adultos o habilidades personales: 14,09%. Su peso es muy relevante en el cálculo de la tasa de paro global porque también son mayoría en el mercado laboral gallego todavía. Son unos 509.000 entre los 1,2 millones de activos y casi el 40% de los ocupados en la comunidad el pasado año. El segundo grupo de más peso es el de trabajadores de los negocios, la administración y el derecho (14,7%).

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