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El fuego amenaza la industria maderera gallega: menor oferta y mayores precios

El sector teme que la ola de incendios agrave la situación de unos parques forestales que ya estaban “en mínimos” | “Se han perdido muchísimas toneladas” este verano

Bosque afectado por los incendios en Vilagarcía. | FDV

“Ya se atisba la escasez de madera”. Es la consecuencia que empieza a notar el sector maderero gallego a raíz de la oleada de incendios que este verano sacude a la comunidad y que se ha intensificado en los últimos días. “Los parques de madera ya estaban desabastecidos, en mínimos, y esto lo va a agravar”, explica a FARO el presidente del Clúster da Madeira e o Deseño de Galicia, José Manuel Iglesias, que recalca que el fuego implicará una merma de la oferta y una consecuente alza en los precios del producto.

El también presidente del grupo Cetus explica que, aunque el efecto total de los incendios sobre la industria no es inmediato, sí “se empieza a notar ya” y provocará “tensiones” en el mercado. Y la duración del impacto no será inmediata, sino que se hará notar “a medio y largo plazo”.

Iglesias se muestra, por prudencia, reacio a la hora de cuantificar cuánto podrá aumentar el precio de la madera en los próximos meses, ya que “es un tema muy variable y complejo” que depende de distintos factores, como de si finalmente se produce la temida recesión global, de hasta cuánto durará la oleada de incendios y de cuánta masa forestal termine por arder en la comunidad. Lo que sí está claro es que “ya hay toneladas de madera que se han perdido”.

Y esto no solo supone un daño medioambiental e industrial directo, sino que tiene una segunda capa de impacto sobre el sector. “Gran parte de los recursos que se utilizan para cortar madera hay que utilizarlos ahora para regenerar esos montes que han ardido”, explica Iglesias. De esta manera, a la menor oferta de materia prima se une el hecho de que se tendrán que destinar recursos extra para recuperar los bosques que han resultado quemados. “Lo ideal sería que esas empresas se dedicaran solamente a cortar y a la gestión forestal”, explica el presidente del Clúster da Madeira. Y, sin embargo, lo que habrán de hacer, explica, es “destinar recursos a formar personal y a hacer inversiones” para esta tarea.

Esta situación hace que vaya a ser “más difícil aprovisionarse” de madera en los próximos meses. ¿La solución? “El mercado se irá regulando poco a poco, pero se tendrá que ir a buscar el producto a otras zonas”, lamenta Iglesias.

Precisamente ayer el Consejo de Ministro aprobó de manera oficial la declaración de zona catastrófica de 20 incendios gallegos. Se trata los registrados en Arbo, Caldas de Reis, A Cañiza, Ponte Caldelas (en la provincia de Pontevedra), Ames, Boiro, As Pontes (en la de A Coruña), Folgoso do Courel, A Pobra do Brollón, Palas de Rei (en Lugo), O Barco de Valdeorras, Boborás, Castrelo de Miño, Carballeda de Valdeorras, Chandrexa de Queixa, O Irixo, Laza, Oímbra, Rubiá y Verín (en Ourense).

Las localidades que se quedan excluidas de esta categorización son las pontevedresas Moaña y Ponteareas, que el lunes mantuvieron en vilo a sus vecinos al registrar sendos incendios que llevan calcinados, según informaba ayer por la tarde la Consellería do Medio Rural, más de 45 hectáreas en total. Tanto en el de Moaña, iniciado en la parroquia de Meira, como en el de Ponteareas, que prendió en la de Guillade, se encuentran “la extinción del fuego evoluciona favorablemente y está prácticamente perimetrado”, según datos proporcionados por el departamento de Ángeles Vázquez Mejuto.

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