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La escasez de profesionales atenaza a la mitad del PIB de Galicia: “Los buscamos, pero no hay”

La urgente adaptación a nuevos modelos productivos, las jubilaciones y la falta de atractivo en actividades como la pesca o la construcción, claves | Las industrias se encomiendan a los cursos de FP o al retorno de emigrados

Trabajadores de la factoría de Stellantis Vigo, en la cadena de montaje. MARTA G. BREA

“Nos cuesta mucho que la gente entre en el sector por la imagen”

Fernando García - Federación gallega de la construcción

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La Fundación Laboral de la Construcción de Galicia calcula que, solo este año, se jubilarán algo más de 1.800 trabajadores. Y muchos más seguirán su camino a medio plazo; el sector está envejecido, como constata su gerente, Fernando García Novo. “Tenemos una media de edad que va rondando los 50 años y no hay recambio generacional. Buscamos trabajadores, pero no los hay”. Aunque en Galicia la problemática no es tan acuciante, no sorprende en las promotoras que, en ciudades portuguesas como Porto, Viana do Castelo, Vila Nova de Gaia o Aveiro, haya obras paradas, resultado de un mix explosivo: falta estructural de mano de obra y el impacto de la sexta ola del COVID. En el caso gallego, las empresas calculan que necesitarán la incorporación en 2022 de 4.100 trabajadores, un volumen que ascendería a 6.000 si, como vaticinan algunos servicios de estudios, la inversión crece por encima de los dos dígitos. Pero la construcción no se queda sola con este lamento por falta de profesionales, porque es mal de muchos: hostelería, automoción, textil, maquinaria industrial, naval, pesca, madera o biotecnología tienen problemas para la incorporación de trabajadores. Son actividades que equivalen a la mitad del Producto Interior Bruto (PIB) de Galicia.

“La situación cada vez se cronifica más con las jubilaciones”

Javier Touza - Cooperativa de armadores de Vigo

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“Las cuatro escuelas náutico pesqueras gallegas están a rebosar. No obstante –lamenta el presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi), Javier Touza–, un alto porcentaje de estos alumnos optan por otras salidas diferentes a la pesca cuando terminan su formación”. Recaen en la náutica recreativa, la marina mercante u otras industrias en tierra. Lo cierto es que encaran un escenario “cronificado” que empeora cada año con las jubilaciones. En 2021 más de 800 afiliados del régimen del mar en Galicia hicieron este tránsito y son ya pensionistas. “Cada vez se está interrumpiendo más –abunda el líder de Arvi– el proceso de sucesión de padres a hijos en el oficio”.

Causas

“Las empresas ya van a fichar directamente a los ciclos formativos”

Alberto Rocha - Clúster textil Cointega

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Confluyen dos causas principales en la acuciante necesidad de mano de obra, y múltiples factores adicionales de base. De un lado, no existe relevo para los llamados oficios tradicionales, transversales en buena parte del ecosistema empresarial gallego en la figura de profesionales como patronistas, caldereros, electricistas, frigoristas, pintores o mecánicos. “Si alguien viene y quiere montar algo va a tener muchos problemas para incorporar a gente. Patronistas, costureras... Mucha está en edad de jubilación, no ha habido reciclaje. Son personas con gran conocimiento técnico”, apunta el secretario general del clúster textil Cointega, Alberto Rocha. En la pesca o la construcción lamentan la “falta de atractivo” que detectan en potenciales trabajadores, sobre todo los más jóvenes. “Se percibe, en cierto modo, el efecto de la renuncia”. Como expone el presidente del Clúster da Madeira, José Manuel Iglesias, “hay profesionales que han estado en ERTE durante un tiempo y se ha distanciado de la rutina del trabajo, o que han sido conscientes que lo que hacían no les llenaba y consideran otras opciones laborales o seguir formándose”. “Los chavales que ahora están en la veintena han estado media vida viendo que la construcción estaba en crisis y había precariedad –asiente García Novo–. No es así, pero nos cuesta cambiar esta imagen”.

“Percibimos el efecto de la renuncia de gente que ha estado en ERTE”

José Manuel Iglesias - Clúster da Madeira

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De otra parte, es clave en esta casuística la irrupción de nuevos modelos productivos, en el contexto de las nuevas tecnologías o la digitalización, como aprecian desde el Clúster de Empresas de Automoción de Galicia (Ceaga). A las empresas del motor les está costando encontrar “dos perfiles profesionales: por un lado, operarios con titulación de Formación Profesional y, por otro, los perfiles de ingenieros principalmente en especialidades como ingeniería mecánica o, incluso, telecomunicaciones, informática o electrónica, en el contexto de las nuevas tecnologías y modelos de vehículos (coche eléctrico y fábrica del futuro)”.

“Debemos solucionar esta carencia, haremos una apuesta histórica”

Enrique Mallón - Patronal metalúrgica Asime

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Este, el de la adaptación a la era digital, es un diagnóstico también compartido por la madera y el metal. “Los procesos de digitalización se han acelerado y se necesitan personas formadas en el manejo de control numérico, diseño, montaje de estructuras y de herramientas informáticas complejas que hasta ahora no se empleaban”, agrega Iglesias. En la metalúrgica, abunda el secretario general de la patronal Asime, Enrique Mallón, no han dejado de incorporarse “empresas técnicas y tecnológicas, que provocan que “necesitemos un número importante de personas vinculadas a las ingenierías de telecomunicaciones, informática y sistemas”. Solo el metal calcula que precisa de 800 profesionales, y podría alcanzar una demanda de mano de obra de 1.200 si da por finiquitada de inmediato la resaca de la pandemia.

Remedios

“Notamos dificultades, el crecimiento del sector supera el 10%”

Carme Pampín - Clúster Ciencias da Vida

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Arvi, Asime o Ceaga destacan sus apuestas por los proyectos formativos, pero también hay iniciativas disruptivas. Como la de las empresas biotecnológicas, agrupadas en torno a Bioga. La organización que preside Carme Pampín ha contactado con la la Secretaría Xeral de Emigración para “tratar de cubrir esta demanda cualificada a través de perfiles vinculados a los gallegos de segunda o tercera generación residentes en el exterior”. El sector bio está creciendo más de un 10% anual, con “dificultades” para fichar mano de obra muy cualificada. Ceaga, por ejemplo, ha puesto en marcha un grupo de trabajo, con las empresas, para identificar perfiles y competencias que está demandando el sector y es difícil encontrar como la automatización y robótica, modelización o simulación y virtualización de procesos o la programación. El textil está recurriendo directamente a los ciclos formativos, para captar profesionales en los mismos centros de formación, y Asime anticipa una “apuesta histórica” para este año y 2023 “por planes formativos industriales”.

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