El desafío de la industria gallega: cubrir 2.500 jubilaciones al año en una década

El desafío de la industria gallega: cubrir 2.500 jubilaciones al año en una década

El desafío de la industria gallega: cubrir 2.500 jubilaciones al año en una década

La falta de relevo generacional aboca al sector a una pérdida de fuerza laboral en diez años

La industria gallega tiene un reto por delante: el relevo generacional de sus plantillas. Hasta 25.000 trabajadores se jubilarán en los próximos diez años, un goteo que se traduciría en 2.500 puestos de trabajo que cada año dejarán el mercado laboral a lo largo de una década. Una transformación en la que tiene, y mucho, que decir el proceso de digitalización que lleva la robotización y la industria 4.0 al sector, exigiendo una cualificación adaptada a estos nuevos requisitos técnicos.

De mantenerse los niveles de empleo actuales, con una fuerza laboral de 168.500 trabajadores en el sector industrial gallego, esas 25.000 jubilaciones implicarían que el 14,8% de los profesionales se retirarán en los próximos diez años. Los más afectados serán los perfiles técnicos y mandos intermedios, frente a los puestos administrativos. Una realidad que ya impacta en el metal gallego, que encuentra problemas para cubrir los perfiles vinculados a la formación profesional, reconoce Enrique Mallón, secretario general de la Asociación de Industrias del Metal y Tecnologías Asociadas de Galicia (Asime).

“Las empresas de Asime podrían captar un 20% más de carga de trabajo con más empleados”

Enrique Mallón

— Secretario general de Asime

Enrique Mallón - Secretario general de Asime

Enrique Mallón

Este problema estructural con raíces en la crisis del 2008, parte de una falta de relevo generacional en la industria gallega, reflexiona el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), Juan Vieites. “Somos conscientes de que tenemos un problema demográfico y de relevo generacional al que enfrentarnos”. Una coyuntura que puede afectar a la competitividad de la industria y a su eficacia a corto plazo, reconoce el portavoz de la CEG. De toda esta situación se deriva una carencia: el 35% de puestos de trabajadores que se jubilan dejan de cubrirse, “no porque no haya carga de trabajo sino porque no hay profesionales adecuados”, subraya Mallón. “De hecho, estimamos que las empresas de Asime podrían captar un 20% más de carga de trabajo si tuviera los profesionales necesarios”.

“Somos conscientes de que tenemos un problema demográfico y de relevo generacional”

Juan M. Vieites

— Presidente de la CEG

Juan Vieites - Secretario general de Anfaco-Cecopesca

Juan M. Vieites

“Las asociaciones de sectores como la construcción, el metal, la pesca y el naval ya se han hecho eco del problema y coinciden en la falta de mano de obra a pesar del paro elevado”, analiza el presidente de la CEG. La empleabilidad en el sector industrial emprendió una caída en picado en 2008 que no comenzó a levantar la cabeza hasta 2015. En todo caso, no todas las plantillas del sector tienen el mismo perfil de trabajadores, recuerda el secretario general de industria de UGT Vigo, Rubén Pérez. “En la industria más potente, como la del automóvil, las plantillas son relativamente jóvenes. Estos relevos generacionales se produjeron hace unos años de forma masiva y se producirán dentro de 15 años de nuevo”.

“La jubilación parcial es la mejor manera de apostar por la transmisión de conocimiento en el secto”

Rubén Pérez

— Scre. general de Fica-UGT Vigo

El representante sindical apunta al goteo de trabajadores en edad de jubilación en el sector de la construcción, mayor que el de la automoción, aunque tampoco se trata de plantillas demasiado envejecidas. “Los representantes de la construcción reconocen que el sector cuenta con mejores condiciones y futuro respecto a años anteriores”, añade Vieites.

La crisis del naval, por otra parte, provocó una perdida de profesionales de avanzada edad y la empleabilidad en este sector es baja, por su escasa actividad. “Donde probablemente tengamos mayor volumen de jubilaciones sea en la industria agroalimentaria”, analiza Pérez en referencia a las conserveras. “Ahí será importante cómo se hace la transición para atraer a nuevos trabajadores al sector para que, al mismo tiempo, puedan jubilarse otros en condiciones razonables. Estamos ante jubilaciones de empleo femenino”.

En el caso del metal gallego, la sangría se traducirá en 1.200 trabajadores que se jubilarán en los próximos cinco años de un total de 57.000 profesionales que conforman las plantillas de las empresas del sector, detalla Mallón. “El 70% de las jubilaciones se corresponderán con puestos técnicos y mandos intermedios, y un 30% serán puestos administrativos, gestión y dirección”, avanza el portavoz.

Se produce un desajuste entre la demanda laboral y la oferta educativa

Coinciden los expertos en apuntar a la promoción de la formación profesional como una de las principales salidas a esta problemática. “Hay un desajuste entre oferta laboral y educativa”, asegura Vieites. “Hay puestos en el sector que no interesan a los jóvenes, en un momento de cambio productivo”. En un paso más, a juicio del portavoz de Asime, las empresas son responsables de no mostrar las ventajas de trabajar en la industria y el metal, que garantizan un futuro laboral y buenos convenios de empresa. “Tenemos que hacer mejor difusión de las condiciones y de las mejoras de seguridad en la industria”, asevera Mallón.

La jubilación parcial es otra de las fórmulas que apunta Pérez para atajar este problema generacional. “Es la mejor manera de apostar por la transmisión de conocimiento y que las pensiones estén acordes al esfuerzo de los trabajadores. Es un elemento capital para hacer este relevo entre profesionales”, afirma el portavoz de UGT Vigo.

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