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Galicia necesita 100.000 jóvenes ante las jubilaciones de los próximos diez años

El mercado laboral autonómico tiene ahora mismo un menor de 30 años trabajando por cada dos mayores de 55 años

Un trabajador mayor, enseña a un joven recién llegado a controlar la presión en una envasadora FdV

El llamado “reto demográfico” vuelve a estar entre los ejes prioritarios del Plan Estratéxico de Galicia 2021-2030. Fue uno de los pilares ya en las anteriores hojas de ruta de la Xunta, sin que de momento se atisbe ni una sola señal sobre el salto del invierno a la primavera en la evolución de la pirámide de población.

Los inmigrantes impulsan la recuperación del empleo

¿Qué medidas se incluirán para revertir o, al menos, paliar esta situación?

El documento está aún a la espera de una tercera ronda “de mesas de expertos y representantes de la sociedad civil para seguir debatiendo las prioridades y los objetivos de Galicia de 2030”, como el propio presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, anunció en el último Consello da Xunta del pasado 2021. Cuando se apruebe, irá al Parlamento para que los partidos propongan sus aportaciones. Lo poco que transcendió hasta ahora son, básicamente, previsiones económicas: un incremento medio del Producto Interior Bruto (PIB) de entre el 2% y el 2,5%, alcanzar la plena convergencia con España en renta per cápita de los hogares y rebajar el paro hasta el 8%, a la mitad en el caso de la tasa juvenil. Nada descartable porque la incesante pérdida de habitantes, sobre todo de jóvenes, provoca de facto una reducción del desempleo y el acercamiento a la renta media nacional, que se mide con el reparto del valor de la actividad en un territorio entre el número de personas que residen en él. Como viene sucediendo en Galicia.

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Sin ir más lejos, el reciente 2021 acabó con 37.000 parados menos que en diciembre del ejercicio anterior, mientras que las afiliaciones a la Seguridad Social crecieron en alrededor de 30.600. Es cierto que Galicia recuperó hace meses los niveles de ocupación anteriores a la pandemia e, incluso, se mueve en cifras de empleo inéditas desde el periodo de bonanza previo a la doble recesión financiera. Pero su estructura laboral es débil, un calco del declive demográfico, y el zarpazo del coronavirus al mercado de trabajo agravó la herida de la falta de relevo generacional.

A diferencia de los datos globales de altas en la Seguridad Social, las afiliaciones de menores de 30 años se sitúan en línea con lo que había justo antes de la llegada de la COVID-19. Unas 115.000, según los datos recopilados por el Instituto Galego de Estatística (IGE) hasta noviembre de 2021. Los trabajadores en esta franja de edad representan ahora mismo únicamente el 11% del empleo en la región. En 2020, en plena crisis por la pandemia, rondaban el 10,7%. Abonados a la temporalidad y los contratos más precarios, fueron otra vez los primeros expulsados del mercado laboral. Pero su retirada viene de lejos, fruto de una mezcla de falta de oportunidades –y salida hacia otras comunidades y países– y la inexistencia de jóvenes por la merma constante de nacimientos. Desde 2002, sus afiliaciones a la Seguridad Social se desplomaron a la mitad. Entonces había 222.000 trabajadores de menos de 30 años en Galicia, cerca del 24% del total de altas.

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Ahora esa cuota está cerca para los mayores de 55. Eran 129.000 hace dos décadas y alcanzaron las 221.000 afiliaciones el pasado ejercicio. Este grupo de población enfila el retiro en los próximos 10 años siendo prácticamente el doble que los menores de 30 años ocupados. Galicia necesitaría, por lo tanto, más de 100.000 jóvenes para compensar las jubilaciones más inmediatas en el mercado laboral. Por cada menor de 30 años trabajando hay 1,9 mayores de 55 años.

El repunte de la llegada de inmigrantes en Galicia está ayudando a combatir una parte del problema. A falta de conocer los datos de diciembre, el número de extranjeros afiliados a la Seguridad Social en la comunidad ascendieron a casi 47.000, un pico sin precedentes. Los foráneos suponen el 4,5% de las altas laborales tras un incremento anual del 14%. Su peso en la recuperación de la ocupación es más que evidente. En comparación con 2019, antes del inicio de la pandemia, Galicia ganó en total 11.900 afiliados a la Seguridad Social. Los extranjeros aumentaron en 6.800.

Aunque el envejecimiento demográfico es un mal común en casi toda España y en la mayoría de los países europeos, algunas zonas acumulan décadas con la encrucijada a las espaldas y, por tanto, un futuro todavía más comprometido. La tasa de actividad –el porcentaje de población trabajando o en disposición de hacerlo entre todos los mayores de 16 años– fue del 52,9% en Galicia en el tercer trimestre de 2021, la segunda más por detrás de Asturias (51%). El dato real empeora la previsión que hizo el IGE a principios de 2020 (un 53%), con lo que es posible que también se pase de optimista el pronóstico de 2032. : 50,2%.

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