Juan José García Olmedo | Artista y artesano del cuero

“El color, la textura y el volumen son las tres facetas extraordinarias del cuero”

“He mandado mis obras a concursos de pintura e incluso me las han premiado”

Juan José García Olmedo inauguró ayer su exposición en el MACK silledense.   | // BERNABÉ/LUCÍA ABELEDO

Juan José García Olmedo inauguró ayer su exposición en el MACK silledense. | // BERNABÉ/LUCÍA ABELEDO / Ángel graña

Ángel graña

El Museo das Artes do Coiro Kontemporáneo (MACK) de Silleda acoge desde ayer la muestra titulada “Mater gloriosa. Bulto redondo tamaño natural” del artesano cordobés Juan José García Olmedo. El artesano andaluz del cuero también aprovechó su estancia para impartir un taller en las instalaciones trasdezanas sobre esta modalidad artística incluidos el “cordobán” y el “guadamecil”, técnicas de repujado milenarias.

–Supongo que es consciente de que un trabajo de repujado como el suyo en tierras gallegas llama mucho la atención, ¿no?

–Desde finales de los 90 y principios de los 2000 es cuando nos juntamos gente de toda la península vinculada al cuero incluso gente internacional, y ahí es cuando yo conozco a varios colegas gallegos. Pero yo otra vez vuelvo a retomar Galicia hace unos ocho o diez años cuando vuelvo otra vez y contacto con gente como Manolo González en A Coruña, artesanos de Allariz o la Escola de Artes e Oficios de Vigo, con Pepe Pereira, también. Ahora ya el museo que ha montado José Villar en Silleda es fantástico. Aprecio y admiro el esfuerzo que hacen todos ellos y yo por supuesto apoyo todas sus iniciativas.

–¿Qué tiene el cuero de especial para que lleve tantos años dedicándose a él como artesano?

–Cuando yo estudié en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba era una formación muy integral porque ahora en las escuelas de arte prácticamente te forman en una sola materia. Cuando yo me formé había tres cursos comunes en los que pasabas por varios talleres con dibujo artístico, natural o historia del arte por lo que era una formación muy completa. Y, después, cuando tú estabas decidido en los dos últimos años te especializabas en una materia. Fue cuando descubrí tres facetas extraordinarias del cuero: un color único, una textura también única y un volumen exclusivo. Yo he tocado aspectos como la pintura o la escultura pero siempre he vuelto al cuero porque tiene muchas posibilidades de expresión. Entonces, claro, a mí me ha cautivado.

–Por lo que se ve incluso ha profundizado en técnicas ancestrales propia de su tierra natal.

–Sin duda. Por ejemplo, el guadamecil es algo que controlo y domino y también me gusta transmitirlo. Y como tú muy bien dices eso es algo que aquí, en Galicia, es muy exótico. En el taller de Silleda lo que quiero explicar es cómo yo trato el color sobre el cuero y voy a intentar que los asistentes hagan cada uno su guadamecil, que sepa como se platea y que resultados plásticos da esa técnica en el cuero.

–¿No le parece infravalorado el repujado en el mundo del arte?

–El cuero tiene unas connotaciones de artes suntuarias. Es como si hablamos de la cerámica, que no está incorporada realmente al mundo de las bellas artes. El cuero es algo como un arte accesorio. Sin embargo, yo lo he tratado con una entidad propia y mi obra plástica está ahí. Debo reconocer que tampoco lo he pretendido, pero mi obra en cuero la he mandado a concursos de pintura. Y no debía de estar tan loco como me decían porque primero me la han aceptado en exposiciones y, después, que me la han premiado. Hice lo mismo en concursos de escultura. Fíjate que a gente tan decimonónica como la de la Real Academia de Bellas Artes de Sevilla les he mandando una escultura en cuero y se la han comido con patatas fritas en el sentido de que han tenido que aceptar que es una obra de arte y una obra que se ha reconocido e incluso me la han premiado. Para que veas que no es todo tan descabellado.

“Me sirvo del busto femenino porque me gusta”

–¿Fue difícil decidir trabajar sólo con el cuero artesano?

–El año pasado en enero hice en el mismo sitio donde realicé mi primera exposición hace 40 años. Ahora llevo 41 años en esto pero justamente con las inquietudes que yo tenía del cuero, porque el cuero en Córdoba tiene mucha carga tradicional, yo quería hacer unos nuevos cueros y aquella exposición, que la llame así, fue justamente en el año 83. Y 40 años después volví al mismo sitio, que es la sala de arte que tiene la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba.

–La muestra que tiene en Silleda tiene un marcado carácter antropomórfico femenino. ¿A qué se debe esta temática?

–Yo trabajo el cuero bidimensional al plano pero hay veces que para expresarme necesito el volumen y casi siempre me sirvo del busto femenino porque me gusta. He traído cuatro piezas de una serie de seis porque una la tenía vendida desde hace mucho tiempo y he puteado mucho a sus dueños llevándola a varios sitios y ya le tocaba. Y la otra la he vendido a unos amigos que la quieren disfrutar como es lógico, claro.

–¿De dónde viene el título de “Mater gloriosa” de este trabajo?

–Digamos que con un tono dulcificante son temas agradables porque las otras dos obras son bastante más serias. Una es sobre Damasco cuando fue destruida hace unos seis años con la guerra en Siria, y la otra, que es la que acabo de vender, es una sobre Gaza y el conflicto actual. Son dos obras muy dramáticas, siempre utilizando el mismo volumen que modelé. Las que he traído a Silleda son dos piezas sobre el Mar Mediterráneo, una sobre Egipto, sobre el Nilo y la fertilidad, y hay una tercera que es un homenaje al mundo del cuero. Es un material que tiene un valor singular y un interés muy peculiar, por supuesto. En este sentido, tengo que decir que mis compañeros me valoran mucho porque en esto he abierto una brecha en el mundo del cuero que no ha sido fácil.