Baja la presión del lobo sobre la ganadería: 46 avisos y 89 reses afectadas en la pasada campaña

La Consellería de Medio Ambiente ya dispone de los datos de daños producidos por el lobo durante la temporada pasada, entre el 1 de octubre de 2022 al 30 de septiembre de 2023. Por provincias, la de Pontevedra es la única de las cuatro que reduce su número de avisos, pasando de 85 a 78, mientras que la de Ourense pasa de 296 a 400, la de A Coruña de 291 a 316 y la de Lugo, de 660 a 850.

En Deza y Tabeirós-Montes también se recortan los avisos, al bajar de 54 a 46, así como los animales afectados, de 93 a 89. Si en la temporada pasada los concellos de Cerdedo-Cotobade y Dozón, fronterizos con Ourense, notaban esa presión del lobo, ahora es A Estrada la que lidera el número de avisos por ataques de lobo: tuvo 12, mientras que en 2022 habían sido 7. En esa docena de ataques, las explotaciones estradenses afectadas sufrieron daños en 19 reses: 5 caballos, 10 ovejas y 5 vacas. Forcarei, su concello vecino, elevó a la consellería 8 avisos, mientras que en 2022 hubo solo uno. En esas denuncias por daños, hay constancia de 9 animales heridos o muertos: 5 vacas, 2 caballos y 2 ovejas.

Lalín y Cerdedo-Cotobade presentan el mismo número de alertas por incursiones del lobo, 7 cada uno. Pero las pérdidas fueron más numerosas en la cabecera dezana, con 23 ovejas y 2 vacas, mientras que en Cerdedo-Cotobade el lobo hirió o mató 12 reses: un caballo, 9 ovejas y 2 vacas. En 2022, desde Lalín se habían recibido 4 avisos y en Cerdedo-Cotobade, 16. De hecho, el profundo descenso que registra este municipio explica el recorte global de la cifra de ataques.

Según el último censo de lobos, elaborado en 2021 y dado a conocer a principios de 2023, hay manadas con crías en Lalín, Silleda, Agolada, Rodeiro, Dozón y Forcarei. Por eso quizá hayan aumentado los avisos, como vimos, en Forcarei, Lalín y también en Silleda, donde frente a la única alerta formalizada en 2022 por el ataque a una oveja, hubo en 2023 un total de 4 avisos, por otras tantas vacas afectadas.

Vila de Cruces no formalizó ninguna denuncia, mientras que en 2022 sus granjas habían tramitado nueve

Suben también los números entre las explotaciones de Agolada, que pasa de 2 a 3 avisos. ¿El resultado? Daños en 2 ovejas y 2 vacas. Sin embargo, y pese a esa existencia de manadas en Rodeiro y Dozón, en estos dos municipios las ganaderías tienen un descenso de los avisos, pues en Camba hubo 2, con otras tantas vacas afectadas, mientras que en 2022 habían sido 4 alertas. Dozón es, junto a Cerdedo-Cotobade y Vila de Cruces, el concello con el descenso más pronunciado, al pasar de 10 avisos a solo 3. En estos ataques sufrieron daños 13 ovejas y una cabra. Por lo que se refiere al municipio cruceño, no se formalizó ninguna denuncia por parte de explotaciones ganaderas, mientras que en la temporada de 2022 habían sido 9, en los que hubo que lamentar pérdidas de 30 ovejas, una cabra y una vaca.

Las ayudas suben un 10% si hay prevención

La web Infolobo permite consultar los baremos de las ayudas por daños de lobo que, como decimos, para la presente temporada cubren hasta el 30 de septiembre, de modo que los ataques producidos a partir del 1 de octubre pueden comunicarse igualen el teléfono 012, pero las ayudas quedan condicionadas a una nueva convocatoria en 2025. Las subvenciones contemplan daños en el ganado ovino, caprino, porcino, bovino, equino, asnal y mular. En todos se tiene en cuenta la edad del animal para fijar el importe de la ayuda, pero en el porcino además se valora si se trata de hembras reproductoras y si están o no preñadas.

La subvención aumentará un 10% en aquellas granjas donde se compruebe que sí existían medidas preventivas adecuadas. En animales heridos tienen subvención los gastos veterinarios así como los abortos que haya causado el ataque. El importe máximo de la compensación de gastos de eutanasia será de 75 euros. Entre las medidas preventivas, Medio Ambiente recomienda malla cinegética con hilos electrificados, un vallado electrificado o perros de guardia que estén de forma continuada con las reses, amén de intensificar la vigilancia de los animales lo máximos posible.