Los temporales de frío no animaron unas rebajas que pasaron “sin pena ni gloria” en Lalín y A Estrada

Las bajas temperaturas sí animaron las compras en Silleda, donde se detecta un público dispuesto a pagar más por prendas fabricadas en Galicia o en España | El sector detecta un descenso en las compras por internet

Una mujer pasa junto a un escaparate de Lalín con rebajas de hasta el 80%.

Una mujer pasa junto a un escaparate de Lalín con rebajas de hasta el 80%. / Bernabé/Javier Lalín

Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

Nunca llueve al gusto de todos, incluso en este invierno, en el que hemos vivido ya seis borrascas. Pese a las precipitaciones y a jornadas de frío en las últimas semanas, las rebajas de invierno han sido flojas, “aunque la última quincena de febrero nos ayudó a vender prendas exteriores de abrigo, por las bajas temperaturas”, apunta Yolanda Mato, expresidenta del colectivo de Empresarios e Comerciantes de Silleda (ECOS).

Mato recuerda que ya la temporada de otoño-invierno comenzó mal, con temperaturas muy altas hasta el mes de noviembre, lo que ralentizó las compras. “Sí fue bien la época de Navidad”, una campaña que, como la temporada de verano siempre funciona, tanto en Silleda como en Lalín y A Estrada.

Precisamente en Navidades, “en A Estrada hubo un retorno al comercio de proximidad. La gente vuelve al pequeño comercio por calidad y por precio”, apunta el presidente de la Asociación de Comerciantes de A Estrada (ACOE), Alfredo González. El problema está en que ya en las fiestas navideñas varios negocios aplicaron descuentos del 20%, ya fuese para recuperar las ventas no realizadas en los dos meses previos o para poder ser un reclamo frente a las rebajas de las grandes áreas comerciales de las ciudades o de las plataformas del comercio por internet. Este comercio virtual, añade González “está bajando. Las plataformas recortaron un 40% sus ventas, porque la gente se da cuenta de que esto provoca que el pequeño comercio cierre” y además, ahora las ventas on line presentan más dificultades a la hora de devolver las prendas. González también considera que el cliente está ya cansado de ofertas continuas de descuentos a lo largo de la campaña, “y no se fía ya de deducciones del 40 o del 50% en el comercio por internet”, asegura.

Aún así, tanto en las rebajas como en el resto de la campaña de invierno el pequeño comercio tiene en las ventas por internet a su gran competidor, sobre todo entre la clientela más joven, señala la vocal de Comercio de la Asociación de Empresarios de Deza (AED), Meritxell Silva. Y las tiendas de las comarcas tampoco son ajenas a la entrada de clientela que primero se prueba la ropa en una tienda física pero después la encarga en una plataforma digital.

Así, ante el continuo bombardeo de ofertas en las áreas comerciales y por internet, que llegan a cansar al cliente, Alfredo González insta a las administraciones a que escuchen a los colectivos de comerciantes “que pedimos volver a lo de antes”, con periodos concretos de rebajas y con la eliminación de descuentos a lo largo de la temporada, puesto que lo único que consiguen es ralentizar, y mucho, el consumo. Esta demora en las ventas, entre la falta de frío, el comercio por internet y el recorte del gasto por la subida de los alimentos, provocó que algunos comercios arrancasen la campaña de rebajas ya con descuentos del 50%, como ocurrió en algunas tiendas de Silleda y en Lalín.

Regalos y cumpleaños

Estamos en los últimos días en que las prendas de abrigo comparten espacio con la ropa de primavera-verano que, debido ahora a las bajas temperaturas, también se despachan a cuentagotas. “Sí se vende para algún regalo, como para el Día del Padre, aunque estas ventas subirán la semana próxima”, indica Yolanda Mato. En Lalín, estas primeras semanas de la nueva campaña cuentan con clientes que buscan ropa para acudir a cumpleaños o para ceremonias como primeras comuniones o bautizos, “aunque son ventas que de momento van lentas”, puntualiza Meritxell Silva.

Los fabricantes suben un 5% las prendas

En los comercios vemos las primeras colecciones de primavera-verano, pero el sector ya está visitando muestrarios y comprando para el próximo otoño-invierno. “Es probable que la ropa en fábrica nos cueste un 5% más que este pasado invierno, por el coste del algodón del transporte y de la luz”, explica la vocal de Comercio de la AED, Meritxell Silva. El conflicto en el Mar Rojo también pone en jaque la llegada de prendas textiles que se fabrican en Asia. Y ese 5% de subida es muy probable que no puedan aplicarlo los comerciantes al precio final de la ropa que venden, en un local donde además ahora la luz se pagará más cara, al quedar fuera del IVA reducido.

Liquidación de stocks en una tienda de ropa infantil de Lalín.

Liquidación de stocks en una tienda de ropa infantil de Lalín. / BERNABE/JAVIER LALIN

El incremento de los costes es tal que muchos fabricantes ya optan por enviar los pedidos a los comercios “sin perchas o sin embalaje de cartón”, para reducir material, apunta Yolanda Mato. Así, también recorta los impuestos que debe abonar por generación de residuos como el plástico y el cartón. En ese afán por reducir costes, hay fabricantes que han trasladado sus centros de producción a Bangladesh o India. Esto abarata los costes, pero también puede afectar a la calidad de las prendas. “Nosotros apostamos por marcas gallegas y españolas, y también por marcas foráneas, al ser competitivas en precio”, explica Mato. “Y vemos que hay un público, aunque sea reducido, que sí se para a mirar dónde se fabricó la prenda, y que está dispuesto a pagar un precio más elevado por ropa fabricada aquí” y que ayuda a mantener el tejido empresarial.

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