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El Frigoríficos suma moral y carácter

Moyano valora los intangibles del punto del Granollers pero admite su sabor “agridulce”

Acción defensiva del duelo entre el Frigoríficos del Morrazo y el Granollers.

Acción defensiva del duelo entre el Frigoríficos del Morrazo y el Granollers. / Gonzalo Núñez

Un punto de valor clasificatorio y dos de refuerzo anímico. Ese podría ser el positivo balance del Frigoríficos del Morrazo en su duelo ante el Granollers, en un partido que dejó unas notables sensaciones en los cangueses, capaces de sobreponerse a un marcador adverso para acabar rescatando un valioso empate. El resultado, no obstante, deja un sabor agridulce en un Nacho Moyano que vio a los suyos con serias opciones de haberse llevado la victoria. “Si me lo dicen al principio del partido o en el minuto 50, hubiese firmado las tablas, pero al final tenemos un lanzamiento muy claro de Thymann en la recta final, que creo que si hubiésemos sido capaces de anotar, el marcador habría sido diferente”, señala.

Con todo, el entrenador madrileño se muestra muy satisfecho por el esfuerzo de su equipo. “Es un partido para estar muy orgulloso por la fe y el carácter que mostramos. Estaba claro que nuestro problema era mental y un espaldarazo como este nos viene perfecto”, subraya Moyano, que estima que este refuerzo anímico es incluso más valioso que el hecho de haber adquirido un colchón de tres puntos sobre su próximo rival y enemigo directo en la lucha por la permanencia, el Blendio Sinfín.

El triunfo de la fe

“Creo que el equipo tuvo varios momentos para desconectar, y lejos de ello, no perdió la fe. Incluso cuando estuvimos cinco goles abajo nos sentíamos en partido”, afirma, destacando la fortaleza mental mostrada. “No nos desesperamos incluso cuando después de varias buenas defensas acabábamos encajando bolas tras tocar en el blocaje o que tocaba Jorge”, manifiesta, antes de añadir que “el equipo tuvo mucha fe y la solución a nuestros problemas era tan sencilla o complicada como evitar las pérdidas de balón”.

Un tiempo muerto durante el choque entre Cangas y Granollers.

Un tiempo muerto durante el choque entre Cangas y Granollers. / Gonzalo Núñez

El aspecto defensivo fue uno de los más brillantes en el juego del Cangas, que se mostró sólido en las acciones posicionales del cuadro vallesano. “Llevamos bastantes partidos a buen nivel en la defensa posicional, pero hay muchos equipos, como el Granollers, peligrosos en todas las fases del contragolpe”, dice. “La sensación es que estábamos cómodos defendiendo, que les habíamos cogido la medida, cerrando todos los caminos hacia Montoya e incluso siendo profundos con su primera línea”, asegura.

Luces y sombras en ataque

En ataque, en cambio, hubo luces y sombras. Las primeras a la hora de mover la defensa visitante y encontrar opciones claras de lanzamiento. Las segundas, en los 15 balones perdidos. “Uno cuenta con que ellos te van a provocar unas 10 pérdidas por sus éxitos defensivos, porque lo hacen muy bien. El problema era reducir los errores no forzados”, subraya.

La charla del descanso se centró precisamente en ese aspecto, toda vez que, aunque los cangueses acumularon diez pérdidas en los primeros 30 minutos, solo perdían de 2 (15-17). “Si éramos capaces de reducir esos regalos, íbamos a estar en partido cien por cien seguro, porque nosotros también les estábamos provocando pérdidas”, apunta el entrenador del Frigoríficos del Morrazo. Luego, con cinco goles de desventaja a falta de once minutos llegó la traca final. “Ahí ya decidimos arriesgar atrás, abrir la defensa y ver cómo podían estar ellos más incómodos. Tocaba hacer gol rápido y defender bien. El problema podía ser que ellos encontrasen su ritmo, pero no fue así”, afirma. Y sentencia: “Se vio un Cangas muy valiente, con ganas de ir a por el partido”.

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