Esgrima

La calidad del esgrimista ciego de Paradela que llega a ojos de Italia

Marcos “Kiko” Rodríguez ficha por el Scherma de Milán y se organiza el 3 de febrero una andaina solidaria para ayudarle en su prometedora carrera

Kiko Rodríguez ayer en Cangas desempeñando su trabajo en la ONCE.

Kiko Rodríguez ayer en Cangas desempeñando su trabajo en la ONCE. / Julio Santos Álvarez

Marcos “Kiko” Rodríguez es un joven de 20 años natural de Paradela y residente en Cangas. Con apenas doce años tuvieron que extirparle un tumor cerebral que cambiaría para siempre su vida. Aquella intervención le provocó una pérdida de visión que supuso un antes y un después.

Su nueva situación le obligó a un periodo de adaptación que encontró en el deporte, y más concretamente en la esgrima, un balón de oxígeno. Después de algunos años en los que incluso salir de casa era una odisea, su atracción por la espada fue a más de la mano de la Escola Hungaresa de Pontevedra. De la mano de Adrián Cubela como entrenador, fue escalando peldaños. Llegó a ser campeón de España de esgrima para ciegos y tercero a nivel europeo.

Ese crecimiento en el estatus deportivo también supuso un incremento de las exigencias económicas. Su paso al Club Esgrima Cidade de Vigo y una dedicación exhaustiva, que compagina con su trabajo en la ONCE, le obliga a costear los gastos de viajes, entrenadores, gimnasio. Todo ello con entrenamientos diarios para mantener su alto nivel competitivo.

Su pasión le lleva a tener que asumir unos gastos muy elevados.

Su pasión le lleva a tener que asumir unos gastos muy elevados. / FDV

Es su ambición por seguir mejorando en su disciplina la que le llevó el pasado 7 de octubre a Milán para disputar una competición de carácter internacional. Allí conoció a Lorenzo Radice, un entrenador italiano al que no se le escapó su talento. “Me ofreció fichar por el Club Scherma Milano. Me dijo que podía participar en sus competiciones y que entrenaría en un centro de alto rendimiento cada vez que fuera para luego competir el fin de semana”.

El club italiano le ofrece correr con todos los gastos una vez ponga un pie en suelo transalpino, pero todos los viajes correrían a cargo de las arcas del joven de Paradela. Apunta Kiko que “antes la Federación Europea pagaba los costes, pero ahora solo quedan tres países en los que se practique esgrima para ciegos y los fondos ya no son los mismos”.

La falta de estructura competitiva en España es otra de las cuestiones que llevó a Kiko Rodríguez a aceptar el ofrecimiento del equipo de Milán. Un reto que supondrá también un cambio importante para su familia que tendrá que ayudarle a costear todos los gastos para poder ir más de una vez al mes a Italia para seguir adelante con la mayor motivación de su vida.

Kiko después de imponerse en una competición.

Kiko después de imponerse en una competición. / FDV

Con un porcentaje de visión muy reducido, el desarrollo de la esgrima para ciegos se iguala con la utilización de antifaces. Sobre el desarrollo de la competición, los tiradores tienen en el suelo un carril con relieve sobre el que siempre tienen que mantener un pie en contacto como mínimo. Además, los tocados tienen que tener un contacto previo con la espada del rival para que se pueda dar por válido.

En ese trabajo por seguir escalando posiciones en el ránking mundial, el nivel de preparación exige trabajo de nutricionistas, incluso de estudio de los rivales, además de los propios entrenadores y material. Todo ello supone unos gastos que alcanzan las cinco cifras al término del año.

Con el objetivo de sufragar la prometedora carrera de Kiko, su familia, en colaboración con la Asociación Cultural Croa, organiza el próximo 3 de febrero una andaina solidaria para ayudarle a costear todos los gastos. Serán seis kilómetros que partirán a las 11.00 horas desde el Campo das Bocas de Paradela y la ayuda por participar será de 5 euros.

Además del aliciente de la ayuda al esgrimista meisino, los que quieran acudir a Paradela también podrán disfrutar a mediodía de la II Festa do Cocido para reponer fuerzas, por lo que ya no existe disculpa para no colaborar con una causa tan meritoria.

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