Balonmano - Copa del Rey

Con corazón de Asobal

El Valinox compitió durante 50 minutos contra el tercero de la máxima categoría

La defensa vallesana frena a Andrés Sánchez Pereiro.

La defensa vallesana frena a Andrés Sánchez Pereiro.

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Valinox NOvás  27

Javi Díaz; Santomé (1), Flores (2), Diego (4), Dacosta, Hermida (1), Leiras, Aladino (8), Andrés Sánchez (2), Trifkovic (2), Castro (1), Brais (1), Giráldez, Teixidor, Shcherbak (5), Gil.

Fraikin Granollers        35

Panitti; Lario, Yusuf (4), Romero 81), Arnau, Rey, Reguart (2), Adriá (3), Domingo (2), Montoya (8), Guijarro (2), Castillo (2), Franco (4), Buzle (5), Urdangarín (2).

Goles: 1-3, 3-6, 8-8, 10-11, 12-13, 13-17 (descanso), 16-19, 18-21, 21-25, 23-28, 24-32, 27-35. Árbitros: Friera y Rosendo. Excluyeron a los locales Santomé, Diego, Dacosta (2) y Oriol y al visitante Romero. Incidencias: O Calvario.

No importa el certificado de defunción, inevitable, sino el epitafio que resume la aventura. El Valinox Novás cayó eliminado en la tercera ronda de la Copa del Rey, a las puertas de la fase final. Un encuentro resuelto por el Granollers con más claridad en el resultado que en el juego. El duodécimo de Honor Plata plantó cara al tercero de la Liga Asobal. Aunque el presupuesto no alcance, al cuadro rosaleiro le sobra corazón de máxima categoría.

En ningún sitio se vive con mayor pasión el balonmano que en O Calvario. Esa fibra ha alimentado al equipo durante esta último lustro en el que ha llegado a coquetear con el ascenso. Hoy lo que prima es el duelo alimenticio del sábado contra el Antequera, con la permanencia aún en vilo. Pero el Valinox y los suyos se han ganado el derecho a disfrutar de momentos como la visita vallesana.

Tardaron los de Armán en descubrir que sus rivales también sangran como ellos. Tres pérdidas en los primeros ataques, 1-5 de parcial y tiempo muerto en el minuto 7. Funcionó. En el 13 era Antonio Rama el que abroncaba a los suyos, con 8-8 en el marcador.

Los dos contendientes se masticaban en un 6.0 profundo. La crisis sempiterna del balonmano español se ha llevado los centímetros al extranjero. Sin colosos delante, los locales descifraron los laberintos del Granollers con triangulaciones de la primera línea y circulaciones a seis metros.

La diferencia reside, claro, en la calidad que encarece el precio de cualquier error. Diego Pérez se topó con la cara del portero lanzando para el 12-12 y su exclusión, con varios goles a portería vacía, se tradujo en el 13-17 al descanso. Ahí se terminó cualquier atisbo de milagro y más cuando el partido se reanudó con otras dos exclusiones polémicas –cinco por una, en el recuento–.

Pese a las contrariedades, el Valinox mantuvo la tensión competitiva. Oriol y Aladino ofrecieron una exhibición en el dos contra dos. En defensa, los rosaleiros se desnudaban por los extremos. Javi Díaz ganó varios duelos. Suficiente para mantener la ventaja entre los tres y los cuatro goles.

El intercambio, con todo, era necesariamente provisional. Sin Manu Martínez ni Pedro Iglesias, Armán tuvo que exprimir a Oriol como central. La mayor profundidad de recursos y la frescura propiciaron el despegue definitivo del Granollers, con Pablo Urdangarín de Borbón anotando dos goles. Otro dato, este anecdótico, para la hermosa historia que el Valinox está escribiendo. Este sueño termina. Otros vendrán. El sábado, O Calvario volverá a llenarse.