Baloncesto - Liga Femenina Endesa

El Celta Zorka Recalvi se aleja de la orilla

Las viguesas pierden la ocasión de dejar casi sellada la permanencia tras perder en su pista con el Jairis | Un nefasto último cuarto, en el que solo anotaron dos puntos, estropeó el esfuerzo del conjunto de Cantero

Cris Cantero da instrucciones durante el partido de ayer. // MARTA G.BREA

Cris Cantero da instrucciones durante el partido de ayer. // MARTA G.BREA / juan carlos álvarez

Juan Carlos Álvarez

Juan Carlos Álvarez

51 Celta Zorka Recalvi: Aguilar (8), Samson (11), Musa (10), Haidara (6), Vidal, Benton (3), Senosiain (2), Garfella, Trahan-Davis (11), Prats.

59 Hozono Global Jairis: Konig (9), Nelson (4), Bishop (6), Horvat (7), Ayuso (9), Arrojo (2), Bettencourt (3), Grande (7), López-Senechal (8), Rembiszewska (4).

Parciales: 19-18, 13-9, 17-14 y 2-18.

Árbitros: Joaquín Lizana, Francisco González y María Cortés.

Incidencias: Partido disputado en el pabellón de Navia. Lleno.

El Celta Zorka Recalvi acariciaba tierra, esa playa donde espera llegar para tumbarse a disfrutar de la salvación. La podía ver, casi sentir, apenas tocar. Estaba allí tras un esfuerzo considerable ante el Hozono Global Jairis en un Navia entregado a las suyas. Pero una corriente inesperada las arrastró mar adentro y dejó las cosas como estaban con una fecha menos por delante. Un parcial terrible de 2-18 en el último cuarto sepultó las esperanzas del equipo de Cristina Cantero, superado por el cansancio y por un bloqueo general del que nadie fue capaz de sacarlas. Ni dentro ni fuera de la cancha. El viento había cambiado por completo y ya nadie era capaz de dar una brazada en la dirección correcta.

Haidara trata de penetrar durante el partido de ayer. |  // MARTA G.BREA

Haidara trata de penetrar durante el partido de ayer. | // MARTA G.BREA / juan carlos álvarez

La posibilidad de dar un esquinazo a la angustia que se adivina en las dos jornadas que restan pasó de largo. Por fortuna perdió el Barcelona en Ferrol (las catalanas tienen un calendario temible) y se cruzan los dedos para que el Canarias caiga hoy en Zaragoza. Eso minimizaría la tristeza que se respiraba al finalizar el partido en Navia. Porque el Celta lo había acariciado durante treinta minutos en los que fue mejor, más intenso e inteligente que su rival. No fue un partido deslumbrante, ni de gran anotación. Las de Cantero se aplicaron en defensa como han hecho de forma ejemplar en este tramo de temporada y compensaron con piernas e intensidad la diferencia de centímetros que había dentro de la zona, donde el Jairis trató sin éxito de sacar ventaja. No pudieron porque el Celta cerró bien y fue al rebote con una fe inquebrantable. Reinó Musa, como era de esperar, pero hubo sólidas cooperantes. Nadie se escapó de su responsabilidad y el Celta fue encontrando situaciones en ataque para tomar las primeras ventajas (19-18 al final del primer cuarto).

El partido no concedía tregua porque Jairis, pese a su desacierto en el lanzamiento, no se dejó ir en ningún momento pese a la evidencia que el Celta tenía un extra que ellas no alcanzaban. Se llama fe y ha sido una herramienta indispensable en la resurrección de las viguesas mediada la temporada. Musa abrió la grieta con su omnipresencia y esas manos que lo agarran todo. Samson se unió con un triple, Haidara con una canasta marca de la casa y el partido se fue al descanso con un 32-27 esperanzado.

El Celta fue compensando el cansancio con la implicación general de todas sus jugadoras. El tercer cuarto fue lo mejor de la tarde porque pese a que el Jairis empezó a dar muestras de su peligro (Konig por ejemplo se entonó en el lanzamiento de distancia) el cuadro olívico no solo conservó la ventaja sino que fue ampliándola gracias a la aportación de Celeste Trahan-Davis que aportó puntos y rebote en el momento en el que Musa comenzó a desaparecer. De hecho, la nigeriana ya no volvería a anotar en todo el partido. El Celta se situó 49-39, la máxima diferencia de todo el partido, cuando el tercer cuarto se acababa. Navia estallaba de felicidad. La orilla estaba ahí delante, solo había que nadar de forma regular durante diez minutos más.

Pero cambió el viento por completo. El Celta Zorka Recalvi no volvió a la cancha a jugar el cuarto parcial. Konig y Ayuso anotaron unos triples en los primeros ataques y de repente la ventaja del tercer cuarto se esfumó por completo (49-49). El Celta mantuvo el decoro en defensa porque se entregó en la tarea, pero el problema lo tenía en la otra canasta. Nadie apareció. Musa estaba muerta, las dos bases estaban perdidas, Samson falló un par de tiros seguidos que la sacaron del partido y el resto fue un rosario de malas decisiones, de elecciones de lanzamiento deficientes que el Jairis fue poco a poco convirtieron en una ventaja amenazante. Cristina Cantero trató de cortar la hemorragia con un tiempo muerto que sirvió de pocos. En siete minutos el Celta solo había sido capaz de anotar dos tristes puntos y el Jairis, sin dar grandes zancadas, pero encontrando buenas situaciones y el rebote que le había faltado a ese momento, construyó la base para conseguir una victoria importante. El Celta Zorka Recalvi sufrió un mazazo considerable. Era el día señalado para acariciar la salvación y el golpe es importante. Pero mañana saldrá de nuevo el sol y la playa seguirá allí, unas brazadas más lejos, esperando por ellas. Faltan dos semanas en las que la angustia va a ser general entre Celta, Canarias y Barcelona, los tres implicados en esta guerra por salvar el cuello.